La Selección ante Holanda, de la gloria absoluta a la decepción

Mucho tiene que cambiar la historia para que la primera imagen que se le venga a un español al hablarle de la selección holandesa no sea la de Casillas levantando el Mundial de 2010 en Johannesburgo, un partido histórico que logró que todo un país vibrara con una de las mejores generaciones futbolísticas de la historia.

El combinado de Vicente del Bosque estaba en la final tras un duro camino en el que se midieron a Suiza, Honduras, Chile, Portugal, Paraguay y Alemania con David Villa, Xavi, Casillas, Puyol e Iniesta como grandes protagonistas y habiendo perdido un único partido, el inaugural. Mientras que los holandeses habían ganado todos sus encuentros ante Dinamarca, Japón, Camerún, Eslovaquia, Brasil y Uruguay.

11 de julio de 2010, la fecha que podía quedar marcada en nuestra historia para bien o para mal. El combinado español llegaba realizando un juego de posesión y dominio muy similar al del Barça de Guardiola debido a la gran cantidad de jugadores culés que formaron aquel día el once: Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta y Pedro. Sin embargo, enfrente encontrarían a un equipo que renunció a su estilo clásico y apostó por un juego agresivo que buscaba cortocircuitar la maquinaria de La Roja con interrupciones constantes y patadas.

Ni la dura entrada de De Jong sobre Xabi Alonso o el agresivo juego de Van Bommel, que desquició hasta a Iniesta, impidió que la selección española siguiera apostando por el modelo futbolístico que los había llevado hasta ahí. La Roja era superior, pero Holanda era tan rocosa que parecía impenetrable. De hecho, si no llega a ser por el milagroso pie derecho de Casillas que sacó un mano a mano a Robben en el 62’, la historia podría ser completamente diferente.

Los 90 minutos se acababan, los aficionados se quedaban sin uñas frente al televisor y el partido se iba a la prórroga. El partido poco variaría hasta el minuto 116, el que cambiaría la historia de nuestro fútbol con el gol de Iniesta. Todavía lo recordamos como si acabara de suceder. Cabalgada de Navas, que combina con el manchego y el balón llega a Fábregas. El pase es cortado, pero vuelve a recibir el jugador del Sevilla, que abre para Torres a la banda. El ‘Niño’ ve el desmarque del ‘6’, pero Van der Vaart corta. Cesc recoge el rechace, filtra para Iniesta, que recibe, controla, remata… y el resto es historia.

España era campeona del Mundo, el país vibraba y festejaba en las calles a la vez que una rivalidad futbolística acababa de nacer.

Por caprichos del destino, los finalistas del Mundial de 2010 se encontrarían en la jornada inaugural de la fase de grupos del de Brasil de 2014 en situaciones muy diferentes. Del Bosque estaba señalado por seguir apostando por algunos jugadores del 2010 que no estaban en su mejor momento, como Xavi o el discutido Iker Casillas. Holanda se había rejuvenecido algo, pero sus estrellas seguían siendo Robben, Sneijder o Van Persie.

España comenzaría adelantándose desde el punto de penalti con un tanto de Xabi Alonso, pero esto solo sería un espejismo. En el 44’ Van Persie igualó el marcador con un acrobático gol suspendiéndose en el aire y comenzando lo que terminaría siendo una goleada histórica.

Dos de Robben (53’ y 80’), uno de De Vrij (64’) y otro de Van Persie (70’) sacarían a relucir las vergüenzas de algunas piezas indiscutibles en España y firmarían un 1-5 doloroso que serviría a los holandeses como venganza de lo ocurrido en Sudáfrica cuatro años antes.

Tras esa dura derrota, la selección española de Del Bosque cayó eliminada en grupos tras perder ante Chile y ganar a Australia. Mientras que los de Van Gaal llegarían a semifinales, donde cedieron en una agónica tanda de penaltis ante Argentina.