Blog De la Calle: ¡Cristiano, siempre caminarás solo!

Era difícil de explicar. Sentimientos encontrados. Comportamientos antagónicos. Loris Karius pidiendo disculpas a sus aficionados envuelto en lágrimas. Con el alma rota por los dos errores que privaron al Liverpool de la Champions. Y sus aficionados llorando sin consuelo aplaudiendo a un portero hundido anímicamente en una imagen descorazonadora.

A unos metros de allí. Cristiano Ronaldo robando protagonismo a la hazaña de Real Madrid, que acababa de conquistar la 13ª Copa de Europa. La tercera consecutiva. El portugués había preferido dar el titular de la noche cuestionando su continuidad en el club blanco. Una treta oportunista para presionar a Florentino Pérez en el tira y afloja que libra con el presidente para lograr una mejora de contrato con la que sufragar la multa que tendrá que asumir por defraudar a Hacienda.

Las dos caras del deporte. Saber perder y no saber ganar. Anteponer el bien del equipo al de uno mismo. O manchar egoístamente el momento más dulce de la temporada y de los últimos años de tu club. Faltar al respeto a los compañeros al robarles el protagonismo con una maniobra tan zafia como oportunista.

Pero Cristiano ha medido mal. Al madridismo no le dolerán prendas para despedirle después de su egoísta proceder. El Real Madrid trasciende a todos. A presidentes como Santiago Bernabéu, a entrenadores como Miguel Muñoz, a estrellas como Alfredo Di Stéfano. Es la grandeza del Real Madrid, que siempre vuelve. Y lo hará cuando se vaya Florentino Pérez (cinco Champions), cuando no esté Zinedine Zidane (tres Copas de Europa seguidas) o cuando el propio Cristiano emigre al calor de un jeque que le cubra mejor el riñón. No todo es business.

Cristiano necesita más al Real Madrid que el Real Madrid a Cristiano. Ayer mismo ganó una final en la que el portugués estuvo desaparecido. Una final en la que Benzema brilló y marcó. Y una final que será recordada por el gol del chilena de Bale. Una chilena que manda al limbo la que tantos años ha buscado CR7 y que encontró en Turín. Ronaldo no marcó en las semifinales. Ni marcó en la final. Y el Real Madrid salió campeón. Porque el Real Madrid siempre vuelve.

No hay remedio posible para curar la cicatriz que deja Ronaldo con este indigno comportamiento. Una maniobra que se vio avalada por su agente, Jorge Mendes, quien se limitó a alimentar la megalomanía de su representado. Sin embargo, se han topado con un hueso duro de roer. "Yo también tengo cinco Champions", apuntó Florentino. "Aquí el importante soy yo", respondió socarronamente preguntado por las incendiarias declaraciones del portugués. "Tiene contrato, así que no sé dónde va a ir", concluyó ya con tono serio el presidente. Hay dos formas de tratar de arreglar el desfeito. Por las buenas o por las malas. Y en ambos casos el presidente tiene la sartén por el mangoSe vienen unos días volcánicos en las oficinas del Bernabéu.

La maniobra de Cristiano huele a retirada. A medida desesperada. Florentino no le va a pagar los 40 millones anuales que cobra Messi ni los 35 que recibe Neymar. Y él exige ese estatus. Se lo ha ganado en el campo. Lástima que toda la razón que gana sobre el césped la pierda al abrir la boca ante los micrófonos. Todo lo contrario que el desconsolado Karius. Un portero que la afición de Liverpool "nunca dejará caminar solo". Justo al revés que el camino que ha elegido Cristiano.