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Blog Uría: Menos que un ciego en novelas

Rubén Uría

Publicado 18/05/2017 a las 09:36 GMT

Simeone no se va a cansar de insistir. Ni de trabajar, ni de creer. Pero pide mucho más. De una vez por todas, ahora le toca al club.

Simeone, durante el Atlético-Real Madrid

Fuente de la imagen: EFE

Indestructible. Algo así parece el Atlético, exhausto después del esfuerzo titánico de otra temporada donde los que le quieren reconocen su mérito y los que le desprecian hablan de fracaso. En el año más difícil para Simeone (el supuesto y dañino cambio de estilo que costó puntos, la plaga de lesiones en momentos clave y la nula aportación de unos fichajes que rindieron poco o nada), el Atlético se ha vuelto a consolidar entre la elite europea. Otra vez, alcanzó el objetivo de estar entre los tres primeros de una Liga en la que Madrid y Barça tienen 400 millones de euros más de presupuesto. Otra vez, se metió entre los cuatro mejores de Champions, con menos dinero que todos los cuartofinalistas de la competición. Y de propina, se quedó a sólo un gol de disputar la final de Copa, un premio que se le negó por su gran asignatura pendiente: la falta de gol. En definitiva, una temporada meritoria, pero que no es suficiente para la ambición del Cholo. Simeone, al que llevan sacando del Atlético los últimos cinco veranos, está resuelto a seguir, pero se pone serio. Después de una temporada donde los Gabi, Godín, Juanfran y compañía se han echado el equipo a la espalda, incluso sabiendo que lo que había venido no mejoraba lo que había, Simeone ansía que, de una vez por todas, el club le permita dar el salto de calidad definitivo. No se va a cansar de insistir. Ni de trabajar, ni de creer. Pero quiere que le den mucho más.
Simeone no ignora que este equipo necesita regenerarse, encontrar nuevas piezas en el mercado, dotarse de nuevos registros. De ahí que, como miles de hinchas rojiblancos, esté rezando para que al club le retiren la famosa sanción de la FIFA, que tuvo que sufrir el Cholo sin comerlo ni beberlo. Si no se puede fichar, regresarán los cedidos y los que siguen en el Atleti tendrán que competir con lo que ya existe. Que es mucho, pero que no alcanza para luchar con Madrid y Barça. Y si se puede fichar, Simeone pedirá el máximo: sabe que lo barato ha salido caro y tiene presente que las necesidades del equipo son prioritarias: necesita gol, poderío en el centro del campo, revitalizar el juego aéreo y algo más de último pase para avanzar en la construcción del juego ofensivo del equipo. Todo eso vale dinero. Y es cosa de los todavía dueños. Ahora les toca a ellos. Ahora, después de un lustro protegidos por la alargada sombra del carisma de Simeone y el trabajo de sus chicos, por fin les toca a ellos.
El Cholo necesita más armas. Ya ha competido, tuteado e incluso alguna vez ganado a otros gigantes financieros con un grupo que destila identidad y compromiso, pero ahora exige y merece un esfuerzo mayor, redoblado, instantáneo. Hace años que el palco ha acostumbrado a los aficionados a una política de refuerzos sencilla: para fichar nuevas piezas, se obliga antes a venderlas. Está por ver si repiten maniobra. El Atlético tiene dos variantes de actuación: potenciarse a costa del resto de clubes españoles que no son Madrid y Barça, yendo a buscar a jugadores de otros equipos nacionales (Camacho, Sandro, Vitolo, Ceballos, etc) o bien comprar poco pero muy bueno en el caladero europeo (Diego Costa, Icardi, Belotti o Lacazzette). Los más viejos del lugar sabemos que esta gente se gasta menos que un ciego en novelas y que, cuando se lo gasta, es porque antes han recaudado un dineral con una o varias ventas. Ojalá erremos el tiro. El curso pasado, lejos de reinvertir los 42 kilos que dejó en caja Jackson, la dirigencia se los metió en el bolsillo. Esta temporada, mientras se escriben estas líneas, conviene recordar que ya cuenta con 20 millones de la venta definitiva de Óliver Torres al Oporto y, por lo visto, también podrían contar con los 30 de la venta (sí, negociada, porque por lo visto no son capaces de exigir la cláusula) de Theo, del que hablaremos, como del Gobierno, otro día...
Simeone ha llegado donde ha llegado con lo que le han dado. Ahora necesita más. Un esfuerzo financiero de verdad. Uno que no sea de cartón piedra. Uno que le permita dar un salto de calidad, el que el equipo se merece. El Atlético lleva cinco años entre los mejores de Europa. No faltarán voces que les cuenten que el club ha hecho un gran esfuerzo y una gran inversión para conseguirlo, pero la realidad es que es el único club entre los veinte más grandes de Europa que ha ingresado más por ventas que lo que se ha gastado en fichajes. Esa es la cruda realidad. Y ahora, con el cambio de casa, habrá quien se escude en que no es el momento de grandes dispendios. Mentira. Simeone necesita refuerzos de primer nivel. De esos que no se pagan con Sugus, ni a plazos, sino con ese dinero que Simeone ha inyectado en las arcas del club, porque ha forrado a pasta al Atlético en Champions. El Cholo ya ha hecho lo suyo. Ahora les toca a otros. Ya van cinco años sacando pecho y presumiendo de que Simeone, con un tenedor de plástico, es capaz de montar un Vietnam. Va siendo hora de que le den, como mínimo un machete. De no ser así, los aficionados del Atleti tendrán claro qué es lo que está pasando: que otra vez, se gastarán menos que un ciego en novelas.
Rubén Uría / Eurosport
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