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Blog Vintage: Borussia Moenchengladbach, cantera de los grandes de España

Iván Castelló

Publicado 09/12/2020 a las 13:25 GMT

La visita en Liga de Campeones del Borussia Moenchengladbach, que se juega la clasificación contra el Real Madrid, nos recuerda en el Blog Vintage de Eurosport la importancia para LaLiga de jugadores históricos de su procedencia.

Stielike (Borussia Moenchengladbach).

Fuente de la imagen: Imago

Son varios los precedentes que relacionan con el balompié español a jugadores del mítico Gladbach, potencia del fútbol europeo en los años 70 cuando llegó a sus metas más altas no repetidas posteriormente: finalista de la Copa de Europa en 1977 (perdió por 3-1 en el Olímpico romano frente al Liverpool) y campeón de la UEFA en 1975 y 1979, además de subcampeón de la Copa Intercontinental en el mismo 77 (derrota ante Boca Juniors) y de otras dos UEFAs (73 y 80). Conclusión: equipazo en esa década.
Marc-André ter Stegen (Barcelona)
El fabuloso portero moderno del Barcelona, apuesta en 2014 de Andoni Zubizarreta desde la secretaría técnica del Barça, se formó en la cantera ‘borusser’ para terminar fichando por el club catalán. Combina paradas imposibles con errores imperdonables pese a una notable técnica con los pies. Jugó cuatro temporadas en la Bundesliga con el Gladbach antes de ser portero azulgrana.
Günter Netzer (Real Madrid)
La historia del Real Madrid se ha escrito siempre con grandes jugadores fichados. El primero en fijarse en las estrellas del Borussia de los 70, la dñecada dorada del club alemán, fue Santiago Bernabéu, que era quien fichaba personalmente en la mayoría de las oportunidades los nuevos refuerzos del Madrid. Es así cómo llegó para la campaña 73/74 Günter Netzer, un excelente centrocampista, quien calzaba un número 47 y que debía ser la réplica madridista al holandés Johan Cruyff en el Barcelona. Pero no terminó nunca de triunfar, lo mismo que tampoco fue determinante en la Alemania Occidental campeona del mundo en su Mundial de 1974.
Henning Jensen (Real Madrid)
Después de Netzer llegó al Madrid un danés con mucho menos nombre, pero igual procedencia: el Moenchengladbach, donde militó los cuatro años previos. Era Henning Jensen, extremo goleador y que encandiló por su entrega y honradez futbolística al Bernabéu en muchas ocasiones. Fue el autor del gol 300 del Madrid en Europa y ganó dos Ligas, 78 y 79. Luego fichó por el Ajax.
Uli Stielike (Real Madrid)
El tercer madridista (y el que triunfó indiscutiblemente) que llegó a Chamartín procedente del Borussia Moenchengladbach fue un jugador de dudosa imagen física, pero entrega sin fin. Y éste sí que enamoró al Bernabéu por su corazón desbordante en cada acción. Fue Ulrich ‘Uli’ Stielike, el último fichaje personal de Bernabéu. Y eso que el objetivo para suplir a otro germano de la época en la plantilla blanca, Paul Breitner, era Herbert Wimmer. Pero Bernabéu lo vio y no lo dudó: el del bigote. Stielike fue durante ocho años ídolo del madridismo, que luego tuvo que asistir al bochornoso pique posterior con el malogrado Juanito en un partido europeo contra el siguiente club del alemán, el Neuchatel Xamax suizo.
Rainer Bonhof (Valencia)
No sólo el Real Madrid bebió en aquella época en la fuente del Gladbach. El Valencia, que preparaba un equipazo con el argentino Mario Alberto Kempes como líder, se fijó en un centrocampista de tremendo disparo nacido holandés, pero alemán desde los tres años. Tras ochos años como ‘borusser’, en el Valencia aguantó dos campañas, pero le dio para ser campeón de la Copa del Rey ante el Madrid y de la posterior Recopa de Europa contra el Arsenal en Heysel.
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Allan Simonsen

Fuente de la imagen: Eurosport

Allan Simonsen (Barcelona)
Bautizado por la afición catalana como ‘Simonet’ en cuanto arribó, el danés Simonsen había sido determinante en la década de los 70 del mejor Borussia Moenchengladbach. Así que el Barça, en 1979, fichaba a una estrella contrastada del fútbol europeo y a ninguna promesa o experimento. Balón de Oro de 1977, el pequeño extremo danés coincidió con un gran grupo de jugadores tipo Krankl, Quini, Carrasco o Schuster lo que, al final, restó trascendencia al juego de Simonsen. Su momento álgido fue la final de la Recopa de 1982, cuando marcó el 1-0 y asistió a Quini para el 2-1 final contra el Standard de Lieja y hacer al Barça campeón en una temporada marcada por el secuestro de Quini que echó por tierra la ventaja para ganar la Liga. Con el fichaje de Maradona en 1982 ya no había sitio para el danés y menos por la legislación, con cupo para solo dos extranjeros. El otro era Schuster.
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