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El post del Ajax-Real Madrid: VARiaciones sobre el mismo tema

Iván Castelló

Actualizado 14/02/2019 a las 16:19 GMT

El Real Madrid mantuvo su legendaria infalibilidad en su competición favorita, la Champions League, por la que prosigue su camino hacia el decimocuarto entorchado gracias a un triunfo en Ámsterdam ante el Ajax por 1-2 que certificó su primer día en Europa que el VAR no acabará con la polémica arbitral en el fútbol.

referee Damir Skomina, Gareth Bale of Real Madrid during the UEFA Champions League round of 16 match Ajax Amsterdam and Real Madrid at the Johan Cruijff Arena on February 13, 2019 in Amsterdam, The Netherlands

Fuente de la imagen: Getty Images

En el estadio de la Séptima, y en la ida de los octavos de final, el Madrid sufrió frente a un atrevido Ajax pero ganó por su demoledora ambición para no desconectarse sino aprovechar los vaivenes anímicos de un oponente que en la noche de este miércoles estuvo muy pendiente del árbitro y del VAR.
El VAR marcó la agenda del Ajax-Real Madrid, nueva demostración de que el juego del balompié es, per se, ingobernable para ser pulcramente justo. Por su velocidad, por sus distintas variables condenatorias, porque la pasión es tal que se aceleran hasta los corazones de los jueces. VAR mediante, con un polémico gol anulado al Ajax con 0-0, otro concedido que también fue revisado y una falta previa en el 1-2, el duelo deparó una inesperada lucha de gigantes. ¿Inesperada? Y tanto. Que este Ajax moderno en nada debía parecerse al cuatro veces campeón de Europa que refleja su historia. Pero vaya que si lo emuló.
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FEBRUARY 13: (L-R) Frenkie de Jong of Ajax, Gareth Bale of Real Madrid during the UEFA Champions League match between Ajax v Real Madrid at the Johan Cruijff Arena on February 13, 2019 in Amsterdam Netherlands

Fuente de la imagen: Getty Images

El Ajax, que transitaba por los octavos después de 13 años sin brújula, practicó de primeras una reedición maravillosa del fútbol total que caracterizó en los años 70 a la Holanda de Johan Cruyff y Rinus Michels.
Y es que, por momentos, fue un baile de fútbol total, sin recompensa en el marcador, que eso queda para el más grande, el rey de la contundencia, el tricampeón de Europa. Ese Madrid implacable que con los goles de Benzema y Asensio se siente en los cuartos de final con un probable coser y cantar en la vuelta, que hasta Sergio Ramos vio la quinta amarilla para perdérselo.
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