Bayern, la máquina perfecta que Simeone sabe gripar

Desde que se conoció el sorteo de la fase de grupos de la Champions League, el Bayern se ha encargado de recordarle al mundo del fútbol y en concreto al Atlético de Madrid que no es el vigente campeón por casualidad. Los bávaros despertaron algunas dudas cuando recibieron cuatro goles del Hoffenheim tras disputar una dura Supercopa de Europa contra el Sevilla, pero Lewandowski empezó a disipar las dudas con un póker a principios de mes ante el Hertha antes del parón de selecciones.

Tras los compromisos internacionales, los bávaros despacharon sin miramientos al Düren de la DFB Pokal y le endosaron otros cuatro al Bielefeld como calentamiento antes de que el himno de la Champions vuelva a sonar en Múnich. Müller y Lewandowski se repartieron los goles como buenos hermanos de delantera que son en la Bundesliga y se presentan de nuevo como la mayor amenaza para el Atlético, que tiene ganas de resarcirse tras su sorprendente KO ante el Leipzig en los últimos minutos la temporada pasada.

El dominio de los bávaros en cada partido, a excepción de la goleada recibida contra el Hoffenheim, es tan apabullante como rutinario, y la presión sobre el Leipzig, líder en estos momentos con 10 puntos en cuatro partidos, seguirá de forma permanente hasta que se produzca el adelantamiento de rigor. No obstante, Hansi Flick ya debe de estar advertido a estas alturas de que, si algo le gusta a Diego Simeone, es cruzarse con equipos que buscan ejercer ese dominio absoluto.

La característica principal del Cholo en su andadura europea con el Atlético es la de saber negarle el pan y la sal a equipos de este perfil, sufriendo mucho más con sorpresas emergentes que buscan esperar a los rojiblancos. A Simeone le agrada ser el púgil que desgasta al rival, y el guion de este primer partido en Champions parece perfilarse de esta manera.

En su currículum lucen dos victorias ante el Bayern, ambas en el Calderón y por la mínima, mientras que los alemanes se llevó sus dos partidos jugados en casa, también por la mínima. En el recuerdo quedará por siempre la vuelta de las semifinales en el München Fussball Arena de 2016, cuando el Bayern de Pep Guardiola no encontró la forma de darle la vuelta al 1-0 cosechado en Madrid. El técnico catalán aún sostiene que aquel partido fue uno de los mejores que jugó su Bayern, a pesar de la derrota, pero el colmillo férreo de Simeone cantó victoria al final.

Respecto al equipo que alzó la última Champions League en agosto ante el PSG, Hansi Flick no ha hecho demasiados cambios, más allá de las habituales rotaciones de cada inicio de temporada. Sí se podría ver a Lucas Hernández, que el curso pasado tuvo un rol minoritario por culpa de una lesión y el altísimo nivel de Alphonso Davies. El exrojiblanco ha empezado gozando de varios minutos, aunque cuando el telón de la Champions se alce no debería extrañar que Davies recupere su puesto en el lateral para volver a deleitar al continente. La ausencia de Thiago en el centro del campo puede ser el factor más diferencial respecto al Bayern triunfante de Lisboa, pero en la máquina perfecta que son los bávaros las individualidades siempre fueron suplidas con un alto grado de eficiencia, cualidad que Goretzka y Kimmich aportan a raudales.

En el banquillo contrario al de Flick estará observador Diego Simeone, que buscará asaltar nuevamente la Champions con su estilo guerrero. Lo hace con armas nuevas, como las de Luis Suárez, que seguirá batallando por romper su gafe ante la puerta rival a domicilio en Europa, o el también charrúa Lucas Torreira en el centro del campo, y lo seguirá haciendo sin temblarle el pulso ante los gigantes del continente.