Los jueves de Luis Villarejo: Modric y el aplauso italiano

Fue un gesto hermoso hacia Modric. Siempre hubo una especial conexión entre el Madrid y los clubes italianos. De respeto y admiración. En el Bernabéu han sido despedidos históricamente con aplausos futbolistas como Buffon, Totti, Pirlo o Del Piero. La ciudad donde más afecto demostraron a Raúl siempre en la calle fue Roma. Con mucha diferencia. Incluso en los momentos más ásperos de Liga de Campeones, los grandes futbolistas cuentan con un pasaporte especial, que les blinda de por vida en ambientes con ruido. Y en un mundo y una época de tanto conocimiento y escasa sabiduría, reconforta ver en el mundo del fútbol acciones que devuelven al fútbol a su razón de ser.

La afición del Inter fue especialmente afectuosa con Modric. Tiene 36 años. Y este año va a poder descansar además con la llegada de un chaval que tiene hambre de fútbol como Eduardo Camavinga. Tiene Camavinga 18 años, es un futbolista ligero, dinámico, con clase, precisión, rápido en la ejecución de movimientos y de regalo, tiene gol. Puede convertirse en uno de los grandes fichajes de la historia reciente del club. En Rennes lo bordó.

En las distintas selecciones francesas, ha sido un gusto para la vista disfrutar de él. Ha jugado dos ratitos, pero todo lo que toca, tiene finura, peligro y definición. Y lo más, importante para un jugador de verdad del Madrid, no necesita período de adaptación. No da pereza ver a Camavinga. Ha entrado como cuchillo en mantequilla. Sin anestesia. Va como un tiro. Y es que hay jugadores que vienen con una etiqueta de paciencia cosida en el cuello de la camiseta y otros como Camavinga, que claramente disfrutan desde el minuto 1 que le da el entrenador.

Modric sigue en forma. Ancelotti, su entrenador, se ve reflejado en él. En el gran AC Milán de Arrigo Sacchi le vería seguro cerca de él, de Rijkaard, Donadoni, Colombo o Gullit. Y sabe que es un año donde puede dosificar a Modric durante todo el año. Modric es mucho Modric. Es un tipo que se cuida. Y regular. Siempre te da un 8 o un 9. El altavoz de Mbappé ha dejado en un segundo plano el fichaje de Camavinga, pero Ancelotti ya sabe que el niño francés le va a dar respiros a él y a Modric.

Ancelotti insiste sin preguntarle al final de los partidos que la intensidad defensiva tiene margen de mejora, pero sabe que su equipo cuenta con el compromiso y la determinación necesarias que permiten al Real Madrid firmar un partido valiente, con un plus de ilusión juvenil que acabó en Milán con un gol de Rodrygo tras una acción de escuadra y cartabón con Valverde y Camavinga.

Ancelotti sabe que ese vértigo de su Real Madrid le va a dar mucho gol todo el año. Puede correr riesgos atrás, pero él sabe que tiene un comodín, un extra, un portero diferente, que vale por dos y que le permite respirar en instantes críticos. Courtois para y desespera al rival. Las dos funciones de un gran portero. Brazos interminables, piernas largas, el somatotipo longilíneo de Courtois, le permite ocupar portería y sacar casi todo lo que le llega. El ectomorfismo de Thibaut Courtois es ideal no sólo para jugar al fútbol de portero, también al voleibol como su hermana Valerie. Un deporte que se le da bien y que practica en sus vacaciones de verano en Costa Adeje, en Tenerife. Courtois anda fino.

Acaba de empezar la Champions. Pero echando un vistazo al paisaje y ver el panorama, el Real Madrid tiene pinta ya de poder navegar en cuartos de final sin agobios, a la espera de los grandes cruces que serán apasionantes.