analisis-españa-mundioal de catar-futbol-crónica de un fiasco anunciado: Esta España no tiene defensa

España tendrá que sellar su pase para el Mundial de Catar 2022 en la repesca, salvo milagro inesperado. Suecia ganó a la España de Luis Enrique, que llegaba relajado tras ser semifinalista de la Eurocopa. Y lo hizo de forma absolutamente predecible con un equipo metido atrás que salía a la contra con jugadores veloces como Forsberg y delanteros potentes como Isak y Kulusevski. Futbolistas más que reconocibles para cualquiera que ponga un poco de interés a los partidos de otras ligas. Sin embargo, no parece que el scouting de la Selección hubiese trabajado especialmente la forma de neutralizar a los dos últimos, que retrataron la debilidad defensiva de España.

Lo cierto es que la Roja comenzó bien, con profundidad en ataque y un gol rápido de Soler llegando al segundo palo. Lástima que en la siguiente jugada el propio Soler y Busquets, en una mala tarde, se enredasen permitiendo a Isak robar la bola y sacar un zapatazo en el que Unai Simón debió hacer más. España ha llegado hasta aquí ganando un solo partido durante los 90 minutos en los últimos meses, el de Eslovaquia en la Eurocopa. Por el camino se ha ido dejando empatar evidenciando un par de problemas graves: su vulnerabilidad defensiva y la escasa productividad que saca de su juego de posesión. Luis Enrique acumula 8 victorias, 10 empates y dos derrotas en esta segunda etapa. Numeros mediocres.

Luis Enrique se abraza con insistencia a la audacía táctica, ambicionando quizás ser equiparado a Guardiola. Pero eso le empuja muchas veces a un caos táctico y a decisiones injustificables. Es complicado argumentar la entrada de un extremo como Adama Traoré para poner balones desde la línea de fondo cuando has quitado a tu ariete de referencia en el área (Morata) y el otro (Gerard) se ha ido tocado. El mediocampo hizo aguas durante todo el partido ante el juego directo de los suecos. Mal Busquets, peor Koke y efervescente Soler. Pero el gran señalado fue Luis Enrique, incapaz de frenar una sangría en la que quedaban retratados en la foto siempre Eric García y Laporte. El primero no es jugador de selección. De hecho, veremos si lo es del Barcelona. El segundo pinta a digno central de acompañamiento, pero desde luego no tiene carisma para ser el capo de una zaga que, sin embargo, sí podía liderar Azpilicueta.

El seleccionador no ha conseguido implantar un estilo reconocible, tener un equipo conocido, o dirigir a unas estrellas identificables. No sabemos quiénes son sus líderes, ni a qué juegan, ni los fijos en cada línea. Y este suspense ha terminado por contagiar a un grupo de jugadores que tampoco está a la altura de defender el legado heredado. Y no es una crítica, es una constatación. Esta España no tiene calidad, como equipo, para abordar estos desafíos. Le ganó Suecia y eso retrata perfectamente laa jerarquía de esta España. Estamos más cerca de un equipo de repesca que de un semifinalista de Eurocopa. Esta España no tiene defensa. Y por eso es más fácil atacarla... Fuera y, sobre todo, dentro del campo.