Opinión: Borja Iglesias y el ruido de fondo

Si ya de por sí las decisiones de Luis de la Fuente (como las de cualquier seleccionador) son continuamente criticadas y discutidas, esta en particular ha dejado al delantero gallego en medio de dos frentes muy polarizados a los que poco o nada les interesa el fútbol y mucho menos el propio Borja Iglesias.

A Borja le cae hate porque un día se pintó las uñas. Porque llevó un bolso a una boda. Y sobre todo, porque en el absoluto silencio del fútbol masculino para con la bochornosa situación de la Selección española femenina, él fue de los pocos que alzó la voz. Dijo que no volvería a jugar con España hasta que las cosas cambiaran. Lo dijo tras el famoso "No voy a dimitir" de Rubiales en una Asamblea donde se suponía que iba a abandonar el cargo con algo de decoro. Lo dijo tras la gota que colmó el vaso en una Selección que se acaba de proclamar campeona del mundo sin más de una decena de sus mejores jugadoras, y después de unas escenas durante la celebración en el césped que dejaron al país entero en mal lugar.

Fue el comienzo del "Se acabó". Casi 40 jugadoras con pasado o presente en el equipo nacional firmaron un comunicado denunciando una situación intolerable. Futbolistas (mujeres) de todo el mundo expresaron su máximo apoyo al equipo femenino. La FIFA y el CSD intervinieron, con Luis Rubiales inhabilitado y Jorge Vilda destituido. Se llegó a un acuerdo con las jugadoras, prometiendo "cambios profundos" en la estructura de la RFEF, así como la creación de un departamento de igualdad.

Hay cosas que no han cambiado (a Vilda le sustituyó Tomé, su segunda, y desde los Juegos Jenni Hermoso ha vivido en un polémico ostracismo), pero es obvio que se acabó con el germen que lo provocó todo, que esa situación insostenible desapareció el día que Rubiales cruzó la puerta de salida.

Pues a Borja Iglesias, del que se rieron cuando lanzó aquel mensaje (por entonces era menos convocable) le echan ahora en cara que haya querido volver con la Selección, porque estaría incumpliendo su palabra. Claro que sí. Los que no quieren ver a Borja jugando con España son los que le odian por apoyar el Black Lives Matter, por defender los derechos del fútbol femenino, por denunciar un genocidio en Palestina o protagonizar una campaña contra la homofobia. De hecho, por esto último ha recibido numerosos insultos hómofobos en redes sociales entre el domingo y este mismo martes.

Poco se habla de que Borja Iglesias vive el mejor momento de su carrera, que ha marcado en seis partidos consecutivos o que es el mejor '9' español del momento. Por suerte, el ruido de fondo no va a robarle la sonrisa al Panda. Ni un poquito.