La organización no está siendo el fuerte de Brasil

Siempre se ha dicho que gran parte de culpa para el éxito en la vida lo tiene la organización, el saber tomar determinadas decisiones en el momento y en la horas precisos. Pues bien, Brasil, país anfitrión de la Copa Confederaciones y del Mundial del próximo año no están acertando en esa faceta, lo que no está gustando nada a los equipos, a la prensa e incluso hasta a la FIFA, aunque no lo haya dicho públicamente.

Para empezar, el capitán de Uruguay, Lugano, lo manifestó abiertamente: "Es increíble que Uruguay no haya podido entrenar por falta de campos hasta 48 horas antes de su debut. ¡No había un solo césped correcto y disponible en todo el estado! Intolerable. ¿Se imaginan que le pasa eso a Italia o Inglaterra en pleno Mundial 2014?"

Otro punto negro hasta la fecha están siendo las comunicaciones. 'La Celeste' tardó el viernes una hora y media desde el hotel al campo de juego que, a última hora, le buscaron. El aeropuerto de Recife no presenta un funcionamiento a la altura de lo esperado de un país que está albergando la Copa Confederaciones y que contará con la presencia de las mejores selecciones en la Copa del Mundo de 2014. El desorden es muy grande en líneas generales.

Ahí no queda el asunto. Una protesta de movimientos sociales en Brasilia se sumó este fin de semana a las masivas manifestaciones ocurridas por las alzas del transporte en Sao Paulo y Río de Janeiro, que han generado un clima de tensión que pone en alerta a la organización de la Copa Confederaciones.

En el caso de Brasilia, la manifestación fue precisamente contra el torneo promovido por la FIFA y, a pesar de las extremas medidas de seguridad que existen en la ciudad, ocurrió frente al estadio en el que este sábado Brasil y Japón disputaron el partido inaugural. La protesta fue convocada por movimientos sociales que reclamaron por el elevado gasto público para el torneo y las expropiaciones que han supuesto en varias de las seis ciudades sedes.

Las autoridades no supieron explicar cómo, pese a las medidas de seguridad, las casi 500 personas que participaron en la protesta de Brasilia pudieron bloquear el tránsito y desplegar unos 200 neumáticos a los que les prendieron fuego frente al estadio Nacional en el que se jugó el ya mencionado encuentro entre brasileños y japoneses.

Si hay que destacar un hecho que es de mayor preocupación es la mochila sospechosa que se encontró esta semana en el estadio Arena Pernambuco de Recife, lo que generó la alerta de la policía federal. Después de un rápido análisis, la alerta de bomba fue descartada.

Visto lo visto, esperemos que solo sea el comienzo y que en los días venideros y en el Mundial, Brasil esté a la altura de los esperado para un evento de tal magnitud.