Nigeria: Las Águilas vuelan bajo en Brasil

Nigeria llega con opciones de clasificación a la última jornada del Grupo B de la Copa Confederaciones, aunque el momento de juego que atraviesan las ‘Súper Águilas Verdes’ hace pensar que el equipo que se enfrentará a España estará lejos de ser el mejor, a mucha distancia del que en se proclamó campeón de la Copa de África a principios de año y a años luz del que sorprendió en el Mundial de Francia’98 a ‘La Roja’ en un partido inaugural de infausto recuerdo para la selección entrenada por aquel entonces por Javier Clemente.

La falta de acuerdo entre los jugadores y la federación sobre las primas a recibir por participar en el ‘Festival de Campeones’ hizo que la participación del campeón africano estuviera en el aire hasta el último momento, teniendo que tomar cartas en el asunto la propia FIFA, que puso a disposición de los nigerianos un vuelo para que llegaran a Brasil un día antes de su debut.

Los buenos resultados cosechados en la Copa de África han permitido que Nigeria ocupe en la actualidad el 31º puesto en la Clasificación Mundial, un registro que en la práctica se puede situar varios escalafones por debajo a tenor de la convocatoria de Stephen Keshi y del nivel de juego mostrado hasta el momento frente a Tahití y Uruguay.

En su camino al Mundial 2014, Nigeria tiene en su mano el pase a la tercera y definitiva fase de clasificación en la CAF, ya que lidera su grupo con dos puntos de ventaja sobre Malaui a falta de un único partido, precisamente ante las ‘llamas’. Semejante descalabro sería una sorpresa de magnitudes impredecibles, no sólo para Stephen Keshi, sino para el futuro del fútbol nigeriano.

La selección que presenta Nigeria está basada en gran parte en la que se proclamó campeona de África frente a Burkina Faso, pero la ausencia del extremo del Chelsea Victor Moses –lesionado- hace que el nivel competitivo de las ‘Súper Águilas Verdes’ no sea el mismo.

Liderada por John Obi Mikel en el centro del campo, las ausencias de los hermanos Uche, de John Utaka y del delantero del Spartak de Moscú Emenike hace que se valore más al equipo por lo que falta que por lo que presenta. Ogenyi Onazi estaba llamado a ser la gran revelación del torneo, pero el centrocampista de la Lazio sufrió una lesión de rodilla que lo tendrá apartado de los terrenos de juego ocho semanas, lo que empobrece visiblemente la elaboración del juego.

Sí están presentes Ahmed Musa y Brown Ideye en el frente de ataque y Efe Ambrose en el lateral derecho, jugadores con cierta experiencia a nivel internacional.

El seleccionador nigeriano es Stephen Keshi, exinternacional con la absoluta en su etapa de jugador, en la que defendió los colores del Lokeren y el Anderlecht, además de recalar en otros equipos de menor enjundia en Nigeria, Costa de Marfil, Bélgica y Francia.

De su mano, Nigeria quiso apartar la tradición de fichar seleccionadores extranjeros que prometían un salto de calidad en el juego del equipo nacional que luego se quedaba en meras promesas. Con Keshi, Nigeria consiguió coronarse campeona continental y volver a la primera plana internacional, lo que lo ha convertido en una especie de héroe nacional, estatus que puede verse amenazado en función de la imagen dada en Brasil, que hasta el momento no ha sido muy vistosa.

Antes del partido frente a Uruguay, Keshi realizó unas declaraciones sorprendentes, en las que afirmaba que el fútbol africano “creo que está cerca de ganar algo importante”. Visto el nivel futbolístico de la Copa de África y el desempeño nigeriano en este mes de junio, esta afirmación parece estar más cerca del terreno de la fantasía que del de la realidad.

Las protestas que se viven estos días por todo Brasil no son ajenas al estadio Castelao de Fortaleza. La inseguridad de los alrededores y la explosiva situación social que vive el país sudamericano hacen que la expectación por el partido quede en un segundo plano.

En este estadio hubo problemas de acceso en el primer partido de la Copa Confederaciones, y dos portones tuvieron que ser abiertos con alicantes ante la pérdida de las llaves, que dejaron a varios aficionados esperando fuera del coliseo durante dos horas. Brasil tiene mucho que mejorar en cuanto a organización, y Fortaleza es uno de sus puntos más débiles durante todo el año.

En este estadio, que ha sufrido un profundo lavado de cara de cara al Mundial 2014, juegan el Fortaleza y el Ceará, dos equipos alejados de la aristocracia futbolística brasileña que durante el Brasileirao tendrán que esforzarse mucho para llenar las más de 60.000 localidades que tiene el Castelao.