Guardiola vs Bielsa

En el choque entre Athletic y Barcelona que pondrá fin a la temporada de clubes en España habrá mucho más en juego que el título de Copa del Rey, será el duelo definitivo entre uno de los técnicos más admirados del fútbol mundial en las últimas décadas, y su mejor discípulo, que tras el partido se despedirá del banquillo del club de sus amores. Bielsa y Guardiola guardan muchos parecidos, pero sus estilos también tiene matices muy distintos.

Puede parecer una perogrullada, pero ambos técnicos se han caracterizado siempre por basar sus estilos en un fútbol ofensivo, tratando de ganar los partidos con el balón frente a la cada vez más extendida tendencia de blindar la propia portería dejando la contraria para un segundo plano. Ni Guardiola ni Bielsa conciben el fútbol para ganar los partidos por 1-0. Su idea es haber metido ya dos goles cuando el rival haga el primero.

Pep heredó de Bielsa la norma de no conceder entrevistas personales. El propio argentino se lo explicó cuando Guardiola le visitó antes de hacerse entrenador. El 'Loco' no concedía entrevistas para huir del ventajismo que produciría aceptar las de algunos periodistas rechazando las de otros. De igual forma, el azulgrana siempre contesta todas las preguntas en la rueda de prensa sin mirar el reloj.

Tal y como sucede en el gusto por el fútbol de ataque, la preponderancia del estilo o la idea por encima de los resultados es otra seña de identidad de ambos entrenadores. Son una especie en peligro de extinción, prefieren marcharse con una derrota tras ver a sus jugadores aplicar los conceptos sobre el césped antes que ganar un partido en el que el juego de los suyos no se ha parecido en nada al trazado en la pizarra.

Ninguno de los dos tiene ningún problema en presentar a un jugador el reto de variar de posición dentro del terreno de juego, lo que ha producido un hecho muy similar en sus respectivos equipos. Los centrales más fiables de Barça y Athletic en la presente temporada han sido Javier Mascherano y Javi Martínez, ambos mediocentros defensivos antes de las llegadas de sus actuales técnicos. Además, ninguno de los dos circunscribe a sus jugadores a una posición fija, otorgando gran libertad de movimientos.

Pero más allá de diversas similitudes de consideración, entre Guardiola y Bielsa también existen notables diferencias, más incluso de las que se podría pensar:

Aunque sus ideas generales sobre el juego son muy parecidas, lo cierto es que no han logrado aplicarlas de la misma forma en sus respectivos equipos, lo que pueden entenderse según sus diferentes formas de expresarse. Mientras Guardiola utiliza un lenguaje cristalino para explicar conceptos en ocasiones complejos, las palabras de Bielsa con frecuencia parecen auténticos jeroglíficos capaces de despistar al mejor entendedor.

Quizá el aspecto más dispar entre ambos sea el de el éxito. En más de dos décadas en el banquillo, Bielsa solamente acumula cuatro títulos, el último de ellos el oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 con el combinado argentino. Una trayectoria totalmente opuesta a la de Guardiola, que en solo cuatro temporadas acumula la friolera de trece títulos, que pueden ser catorce si se hace con la Copa del Rey.

El punto de mayor divergencia es el de las rotaciones. Guardiola rara vez repite el mismo equipo en dos encuentros consecutivos, utilizando a un número muy elevado de jugadores y dándole una buena cantidad de minutos a todos ellos. Por el contrario, Bielsa es probablemente el técnico más reacio a las rotaciones, posee un once fijo y prácticamente solo lo modifica cuando no tiene otro remedio.

Aunque la idea general tiene un gran número de convergencias, la forma de aplicarla varía considerablemente. Guardiola aboga por el juego de posesión en su máximo exponente, cercar al rival en su área dando siempre un pase más. Por el contrario, Bielsa no tiene miedo al balón en largo como forma igual de válida de ataque. Además, Pep ha acuñado la idea del falso nueve, mientras que Bielsa prefiere jugar con una referencia arriba. Los siguientes esquemas tácticos son una buena prueba: