La pitada al himno será sancionada este lunes

Ahora, ambos clubes (aunque la organizadora de la final es la Federación Española de Fútbol) quedan expuestos a sanciones tal y como se advirtió desde el Consejo Superior de Deportes, aunque en ningún momento se consideró la suspensión de la final como se llegó a plantear desde filas del partido en el Gobierno en la reciente campaña electoral.

El morbo estaba señalado para cuando sonara el himno de España momentos antes del comienzo de la final entre rojiblancos y azulgranas, al ser la mayoría de sus aficionados habitantes de las denominadas comunidades históricas y proclives a defender la clave independentista. Así que en cuanto salieron los equipos, y con el rey Felipe VI en el palco, el ensordecedor ruido habitual en una final se vio descompensado hacia el lado de los silbidos y abucheos desde ambos sectores de aficionados. También se exhibieron símbolos como las banderas de Euskadi y la 'estelada' de Cataluña.

Telecinco, quien televisó la final, no censuró el himno y se pudo ver íntegro en la retransmisión, lo que no sucedió con TVE, por ejemplo, en otro partido con ambos equipos como protagonistas del último duelo de la Copa en Mestalla en el año 2009.

El trofeo de la Copa del Rey 2015 ha llevado en el Camp Nou por vez primera el escudo de armas de Felipe VI, quien sustituyó al de su padre, Juan Carlos I. El trofeo no lleva ni la cruz de Borgoña ni el yugo y las flechas. Mantiene los cuarteles del escudo de España, la Corona real y el collar del Toisón de Oro.

Felipe VI ya entregó la Copa de campeón al Sevilla en este mismo escenario en 2010, en la final que vencieron por 2-0 al Atlético de Madrid, el club del que es seguidor el rey. Entonces, Juan Carlos I se encontraba con problemas de salud.

Al acabar el encuentro se conoció a través de EFE la condena del Gobierno por los ataques contra los símbolos que representan "al conjunto de los españoles, a la democracia que los ampara y a la convivencia que comparten" con motivo de la pitada. El Ministerio de la Presidencia ha informado en una nota de que el Gobierno "considera que cualquier muestra o manifestación de intolerancia es siempre reprochable; y lo es más todavía cuando busca la repercusión pública aprovechando un espectáculo deportivo, que todos los españoles tienen derecho a disfrutar, sin la protesta y la perturbación que algunos quieran imponer. Las cuestiones ideológicas o políticas no deben interferir el normal desarrollo de los acontecimientos sociales, culturales y deportivos", añade la nota oficial.

Aprovechar un encuentro de fútbol, según el Gobierno, para escenificar una protesta de carácter político "es una falta de respeto para este deporte, para el conjunto de los aficionados y para todos los españoles, que tienen derecho a disfrutar de este partido como lo que es, un espectáculo deportivo, y, al mismo tiempo, a ser respetados a través de los símbolos que nos representan a todos y a nuestra democracia".

Presidencia opina que "quienes promueven y participan de actuaciones como ésta pretenden hacer pagar las consecuencias de su proceder a los aficionados al deporte y al conjunto de los ciudadanos, a quienes no demuestran la más mínima consideración". "En todo caso, la intolerancia de algunos no debe poner en riesgo la convivencia de todos", añade.

Presidencia del Gobierno ha anunciado en la misma nota que como consecuencia de lo sucedido se ha convocado para este lunes la Comisión Estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, con el objetivo de "proceder a denunciar las actuaciones inconvenientes y, en su caso, proponer las sanciones que fueran procedentes, en aplicación de la vigente legislación, cuyos principios deben ser preservados".

El Gobierno informa de que esta decisión fue comunicada a los presidentes de la Real Federación Española de Fútbol y de los clubes participantes en la final, en cartas remitidas el pasado 27 de mayo por el presidente del Consejo Superior de Deportes y el secretario de Estado de Seguridad.