Antecedentes en los que debe fijarse el Barça para evitar sustos en Copa

Luis Enrique vivió dos varapalos como jugador. No era el mismo Barça y ante todo, no era la misma Copa del Rey, porque la primera ronda era a partido único en casa del club más modesto. El actual entrenador azulgrana no jugó ninguno de esos dos partidos, pero recuerda perfectamente cómo dos equipos de Segunda B le pintaron la cara. La UE Figueres en 2001 con gol un gol de Kali Garrido en la prórroga y el Novelda en 2002. Un 3-2 que enterró la segunda etapa de Van Gaal ante el colista del Grupo III de Segunda B.

El aviso del Numancia en el Camp Nou. En la temporada 1995-1996, la última del ya decadente Dream Team de Johan Cruyff, un modesto equipo soriano de la Segunda B se quedó a las puertas de la proeza. En Los Pajaritos un empate (2-2) y en la vuelta en Barcelona, un tempranero gol de Kike Alonso complicó la vida a los culés, hasta que en la segunda parte fueron capaces de dar la vuelta al marcador y acceder a semifinales.

Alcorconazo y Real Unión. Ya en eliminatorias de ida y vuelta y dejando en el pasado la eliminación en 2000 a manos del Toledo a partido único, el equipo blanco tiene dos antecedentes muy recientes de los que el Barça debe tomar buena nota. En 2009 volvieron de Santo Domingo con un 4-0 y un año antes, en 2008 el Real Unión de Irún dio la vuelta a la eliminatoria en el mismísimo Bernabéu con un gol en el último minuto. Han sido las últimas eliminaciones sonrojantes del equipo blanco.

El Nástic de Tarragona, un mejor ejemplo para el Barça. En el duelo de octavos de final de la temporada 2001/2002, el Real Madrid de los Galácticos cayó 1-0 en la ida y vio cómo en los primeros minutos del partido de vuelta en el Santiago Bernabéu los tarraconenses llegaron a ir ganando 0-1 y 1-2, hasta que en la segunda parte resolvieron con un 4-2.

Eliminados por un Segunda, en partido de vuelta. El Real Madrid cayó en casa ante Real Valladolid a mitad de la pasada década. Un mal resultado en el partido de ida y un gol de Xavi Moré a 12 minutos del final hizo que el gol de Michael Owen no sirviera para nada. El Deportivo Alavés en 1998 también tomó el Bernabéu ante el equipo que meses más tarde sería campeón de Europa.

Un once de garantías. Ter Stegen no va a jugar por unas molestias en su rodilla. La opción es alinear a Jordi Masip, como sucedió en la ida, o blindar la portería con Claudio Bravo. Luis Enrique tranquilizó a la afición en la rueda de prensa previa. Aunque no juegue la MSN y algunos habituales descansen, pondrá sobre el césped del Camp Nou casi todo lo mejor que tenga.

Oportunidad para canteranos, pero ojo cuidado. Sandro, Munir, Samper o Gumbau pueden tener su gran ocasión de jugar bien y marcar las diferencias para ir entrando también en la rotación en partidos de Liga y Champions.

Dominar el partido con máxima concentración desde el inicio. Luis Enrique no permitirá relajarse a sus jugadores, y ellos son conscientes del gran momento futbolístico que viven. De ahí a que sea esencial marcar uno o dos goles en la primera media hora para frenar el ímpetu y la ilusión rival. Solo así evitarán sorpresas y que el Villanovense pueda crecerse en el Camp Nou.

Sin prisas si las cosas no salen. Podría pasar, en el peor escenario posible. Que el balón no quiera entrar o que el portero y la defensa del equipo extremeño estén haciendo el partido de su vida. El Barça debe ser fiel a su estilo siempre, por muy complicada que sea la situación.