Inter-Roma: Derbi romano en la final (2-3)

De las muchas palabras existentes en un diccionario que podría valorar la situación actual del Inter, espejismo sería la que definiría mejor lo vivido por el Inter de Milán en la vuelta de semifinales de Copa, encuentro en el que estaba obligado a remontar el 2-1 en contra que la Roma consiguió sacar en la idea jugada en su feudo.

En una temporada en el desierto de la Serie A, el único oasis que quedaba a los interistas tenía hasta ahora forma de Copa, pero la realidad se fue imponiendo con el paso de los minutos en su propio estadio. Los de Andrea Stramaccioni empezaron a vislumbrar el milagro desde el ecuador de la primera mitad, cuando un tanto de Jonathan hizo creer a un equipo que después del dominio inicial romano lograron reponerse para llevar casi todas las ocasiones de peligro en el primer asalto.

La Roma, que en ningún momento se dio por vencido, fue sin embargo la que dio el último aviso antes del descanso con una oportunidad que el meta interista salvó por los pelos y daba una idea de lo que estaba por venir tras el descanso.

A pesar de que los visitantes habían avisado, el Inter no se dio por aludido y comenzó la segunda parte totalmente dormido, carente de intensidad y permitiendo las llegadas de la Roma, que ante una oportunidad así no iba a aprovechar los apetitosos regalos. El primero en hacerlo fue Destro, que cazó un pase al hueco de Lamela para batir por encima a Handanovic y dar el primer borrón en las esperanzas interistas. El propio Destro, tan solo unos minutos después, dio el golpe casi definitivo al empujar sin ninguna dificultad un gran pase en horizontal de Balzaretti, solo en el costado izquierdo cedido por el Inter.

Torosidis culminó el asedio con un tanto lejano que no sorprendió a un Inter rendido que, ni siquiera con el gol de Ricky Álvarez, que dejaba el pase a golpe de dos tantos más, despertó ni un ápice.

Al final, el Inter sigue vagando en tierra de nadie y con la derrota en su propio estadio permite la configuración de una final entre Roma y Lazio, un derbi romano insólito en una final de Copa que aporta la dosis de sangre y honor que precisamente le ha faltado al Inter de Milán en gran parte del año.