El 1-10 del Barça y cómo la ambición debe ser el motor del fútbol femenino español

Más todavía sorprendieron las declaraciones de Gonzalo Arconada, técnico realista, que fruto del calentón buscó culpas a la dolorosa derrota en los despachos de la RFEF. “Todos los equipos sentimos que no podemos competir con este Barça. La Federación tendrá que valorar si quería esto, que la única opción fuera que ganara el Barça y que sufriéramos esta humillación”. Lo cierto es que el conjunto azulgrana marcha líder incontestable de la Primera División con nueve puntos de diferencia sobre el Atlético, al que goleó por 6-1 en la primera vuelta. El CD Tacón (futuro Real Madrid) ha sufrido hasta dos hachazos con el 9-1 de la primera jornada y el 0-6 del pasado mes de enero. Las azulgranas solo se han dejado cuatro puntos de los 54 en juego en las 18 jornadas disputadas y ha anotado 68 goles, una media de casi cuatro por partido.

Cuesta entender, sin embargo, las palabras de Arconada. ¿Tiene la culpa la RFEF de que la Real no pueda competir con el Barça? El Atlético sí peleó en la semifinal e incluso rozó el empate (2-3) frente a las culés. Fue un partido entretenido donde las rojiblancas se desquitaron del mar sabor de boca de los últimos enfrentamientos y mantienen la esperanza de volver a plantar cara e incluso superarlas en el duelo de cuartos en la Women’s Champions League. Que la Real Sociedad, vigente campeona de Copa de la Reina, no haya podido competir ante el Barça no es problema de un sistema de competición, sino, en parte, de la diferencia de inversión entre un equipo y otro. Además, Arconada sustentó su crítica en el ‘elevado’ número de jugadoras extranjeras en el once azulgrana, cuando en realidad solo tres formaron parte de la alineación titular (Martens, Graham y Oshoala). De las 15 futbolistas que participaron en la goleada culé, 11 eran españolas. El Barça no ha dudado en responder al técnico donostiarra de la forma más sutil.

No obstante, hay que sacar conclusiones tras el grotesco resultado. Este 1-10 invita a reflexionar. El Barça se ha convertido en el Lyon de la Primera Iberdrola, un equipo que barre a sus rivales con una superioridad bárbara, y no precisamente por casualidad. Hay que tener en cuenta que la sección femenina lleva años siendo impulsada por el club, con resultados cuanto menos decepcionantes. Encadena casi un lustro sin ganar la Liga y el último curso, pese a alcanzar la final de Champions, lo acabó en blanco. Así pues, el último empujón ha terminado por resultar. Fichar en un mismo verano a Caroline Graham y Jenni Hermoso fue hasta un abuso, y terminó por debilitar al máximo rival en el fútbol español en beneficio propio. Hoy el Barça puede presumir de contar con la mejor plantilla de su historia, un grupo en la que no se echa de menos a piezas clave como Lieke Martens o Vicky Losada, lesionadas durante el primer tramo de curso, y en la que cualquier jugadora destaca.

El Barça se ha tomado esto en serio. Su objetivo, además de recuperar el trono en España, es el de ser el primer equipo de nuestro país en conquistar la máxima competición europea. De ahí que ya sea considerado en la terna de favoritos a alzarse con el trofeo, siempre por detrás de los dominantes Lyon y Wolfsburgo. Harían bien el resto de clubes españoles en tener al menos una décima parte de ambición y aumentar sus inversiones en fútbol femenino, sobre todo los que sí gastan grandes cantidades en el masculino. De lo contrario, quejarse a la Federación por encajar diez goles es cuanto menos absurdo. ¿O se quejó el Barça por recibir un 3-0 en 19 minutos en la pasada final de Champions ante las lionesas? Calló, trabajó y ahora está en disposición de ganar cuatro títulos. Toca pensar si queremos un torneo igualado o uno que se pueda equiparar a los mejores del mundo.