Entrevista Eurosport: Celia Jiménez, de El Retiro a los confines del mundo

Para más inri y tras un 2019 mágico, el próximo martes arrancará una nueva aventura en Australia, de la mano del Perth Glory. Antes, atiende a Eurosport en el corazón del Parque del Retiro, el lugar idóneo para perderse tras un día exhausto de actos y atención a medios.

Como un cohete. Así marcha la vida de Celia Jiménez (Alcaudete, 1995), que pese a su juventud ya carga en la mochila con multitud de experiencias que muchos al final de su trayectoria difícilmente podrían igualar. Desde pequeña aprendió a vivir fuera del hogar y a convertir sus dos pasiones (fútbol e ingeniería) en el motor que le guiaría hasta un futuro lleno de esplendor. La primera de ellas le ha permitido debutar este año en la NSWL, considerada la mejor liga del planeta, en un Seattle Reign que llegó a rozar la final por el título. Única española en Estados Unidos junto a Verónica Boquete, puede presumir de ser la única futbolista en la historia de nuestro país en fichar por un equipo a través del Draft.

“Este ha sido un año muy especial. Fichar por el Seattle Reign fue un sueño hecho realidad, desde que llegue a Estados Unidos tenía ganas de dar el paso al fútbol profesional. Que me eligieran en el Draft fue un momento súper emocionante”, cuenta Celia con una sonrisa que contagia. Pocos podían esperar que en apenas unos meses se conviertiese en una de las jugadoras con más minutos de la plantilla e importante para su técnico, Vlatko Andonovski. “Cuando empecé esta aventura lo hice con conocimiento y mucha responsabilidad, sabiendo que cada día contaba. De hecho, antes de cada entrenamiento me hacía un planning con todas las cosas que quería mejorar. Ahora después de haber disfrutado de tantos minutos y de tener un papel importante en el equipo estoy bastante contenta”, afirma.

El sueño de lograr el título se esfumó ante el North Carolina Courage, a la postre campeón (venció 4-1), pero el balance sin duda es más que positivo. Antes si quiera de clasificar para play-offs, ya contaba con una oferta sobre la mesa para jugar los próximos meses en Australia, durante el parón norteamericano. Celia la aceptó aun sabiendo de la dureza del desafío. “Lo de los retos lo llevo un poco en mi personalidad (risas). Dar ese paso a lo desconocido. La liga australiana solo tiene ocho equipos, por lo que el nivel es bastante alto. El enfrentarme también a una nueva cultura, un nuevo equipo y un continente que no conozco me va a poner a prueba, fuera de mi forma confort”.

Celia tiene la fortuna de dedicarse al fútbol, lo que más le gusta. Y una vez acabe su carrera deportiva, seguirá haciendo lo que más le gusta: ejercerá como ingeniera aeroespacial. Ya con los estudios finiquitados a la espera del MBA, uno se pregunta: ¿Cómo es posible compaginar ambas cosas, siendo una adolescente, en un país a miles de kilómetros del tuyo? “Al cien por cien no tenía claro si iba a ser posible o no, pero eso lo experimenta cualquier persona que empieza su primer año en la Universidad. Lo que sí tenía claro es que me apasionaban ambos mundos y que no iba a ser por cuestión de trabajo y esfuerzo. Estoy contenta de poder mirar atrás y decir que tengo la carrera terminada y ya es algo de lo que no me tengo que preocupar”.

Para Celia nunca hubo plan A ni plan B. Ambas pasiones fueron de la mano. “De pequeña me encantaba el deporte y me encantaba ganar, no me gustaba perder ni a los chinos. Pero siempre me encantó también el tema de la ingeniería. De hecho, incluso con las cajas de cereales construía coches, ruedas con el rollo de papel de cocina… tuve la suerte de poder realizar ambas cosas, y ahora tener el título en el bolsillo y poder ejercer cuando quiera”.

Es éste uno de los grandes hándicaps del fútbol femenino, acostumbrado a ver cómo en el masculino la mayoría puede retirarse con un colchón tremendo y sin preocupaciones. Las futbolistas, a las que se les exige máxima profesionalidad y prácticamente el 100% de su tiempo diario, no gozan ni siquiera de un mínimo porcentaje del salario de los hombres. Las Universidades españolas, al contrario que en Estados Unidos, no ayudan mucho a la hora de flexibilizar horarios que permitan el desarrollo de la actividad deportiva al máximo nivel.

“Confío en que en España las Universidades apoyen el deporte, porque estoy cien por cien convencida de que pueden ir de la mano. He aprendido muchas cosas a través del deporte que he aplicado en mi carrera de ingeniería, y viceversa. Cuando es el minuto 80 en un partido y vas 1-0 ganando o perdiendo, y tienes que dar ese plus extra de fuerza mental, de no conformarte… esa sensación es similar a cuando te vas a presentar a un examen que llevas estudiando muchísimo tiempo. Ahí las fuerzas pueden flaquear, pero es la cabeza la que tiene que tomar las riendas y decir: Solo me queda el último esfuerzo, quiero terminar con una nota excelente”. En ese sentido, la mentalidad para realizar dos tareas que exprimen tanto tiempo y esfuerzo debe trabajarse al máximo. “Cuando estás poniéndote las botas estás pensando en la última clase, o incluso ya vestida esperando para entrar al campo he hecho algún cálculo de la última práctica (risas). Pero hay que aprovechar esos tiempos muertos de aquí o allí, y una vez empiezas la actividad en cuestión, prestarle atención al cien por cien y tratar de evadirte del resto de cosas”, explica.

Con todo, la gran pregunta: ¿Se puede tener vida social? “Poder se puede” (risas).

Además del de Celia, hay dos casos famosos en España que tienen que ver con el fútbol y los estudios. El primero es el de Silvia Meseguer, que tuvo que dejar la Selección por un tiempo para finiquitar sus estudios en Medicina. Luego redobló el esfuerzo para poder estar en el Mundial de Francia, su último torneo internacional. “A Silvia le tengo muchísimo respeto. Es una de las mejores jugadoras de España y a nivel intelectual se ha esforzado muchísimo. Siempre ha sobrepuesto su sueño ante los momentos difíciles, siempre ha encontrado la forma de hacerlo posible. Para mí ha sido agradable tener cerca una persona que sabe por lo que estás pasando, que te ayuda y te apoya”, cuenta.

El otro es el de Salma Paralluelo, quizás más espectacular: a sus 15 años compagina estudios, atletismo y fútbol cada año a más alto nivel. “Si ya está haciendo eso, el consejo más sincero que le puedo dar es que lo siga haciendo. Si está siendo capaz de conseguir los objetivos porque tiene una cabeza bien puesta, tiene las cosas claras y no teme al trabajo duro ni al sacrificio ni al esfuerzo… que siga siendo tal y como es”, señala Celia.

Aunque para nombres propios, citemos dos. Verónica Boquete y Megan Rapinoe.

“Jugar contra Vero siempre es especial, más cuando estás tan lejos de casa, y que solo estamos dos españolas en la liga estadounidense. Le tengo muchísimo respeto, tanto en lo futbolístico como en personal. Ha sido una pionera, ha escrito unas páginas muy importantes en el fútbol femenino. La última vez que jugamos estábamos empatados a puntos y quien ganara se aseguraba el play-off (ganó el equipo de Celia). Cambiamos alguna mirada que otra y fueron unos minutos bastante aguerridos (risas). Pero ella además tiene mucha elegancia, la sana competitividad lo lleva a rajatabla”.

"Megan siempre digo que tiene una ambición y un deseo por mejorar remarcable. El primer día en pretemporada estaba lesionada, y en vez de utilizar el centro de entrenamiento para su rehabilitación, venía con nosotras y trataba de ayudarnos y darnos consejos. Hizo un pedazo de Mundial, se está reflejando en todos los premios que está consiguiendo. Recuerdo un momento especial después del partido ante Estados Unidos. Evidentemente estaba con un poco de rabia porque la habíamos plantado cara a una gran potencia, le habíamos jugado de tú a tú. Y al acabar vino Rapinoe y me dio un abrazo. Aunque en ese momento éramos rivales, el sentimiento de respeto hacia tu compañera es superior que cualquier otra cosa”.

Creo que estamos en un momento de cambio. Llevamos cosechando buenos resultados a nivel de clubes y de Selección, incluso en categorías inferiores. Habrá altibajos, pero confío en que se va a seguir en la dirección correcta.

El embarazo está reconocido y amparado en cualquier otra profesión. Aunque en el fútbol se requiere mayor actividad física, debería estar igualmente amparado por la ley. Simplemente es un derecho. De hecho, Alex Morgan como bien dices lo acaba de anunciar. En Utah hay otro caso.

Respeto la opinión de cualquier persona, pero evidentemente no la comparto.

Creo que lo estaba disfrutando. Es muy importante ponerte metas en la vida pero tan importa es ser consciente de la gente que te ha ayudado a conseguirlas y de no conformarte, que queda mucho por aprender y crecer.

Disfrutar de todas esas decisiones y de todas esas experiencias a las que me enfrento. Eso me haría sentir con el trabajo hecho.