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Historias Eurosport: La magia del Benito Villamarín

Enrique Sánchez

Actualizado 13/10/2018 a las 18:39 GMT

La Selección Española de fútbol regresa al Benito Villamarín tras más de 20 años sin jugar en el estadio del Real Betis Balompié. Una larga ausencia que evoca una época pasada en la que el feudo bético y el Ramón Sánchez Pizjuán convirtieron a Sevilla en la casa de España. Una historia de amor que duró más de una década y que nació en la milagrosa noche del 12-1 a Malta en las Navidades de 1983.

España 12-1 Malta

Fuente de la imagen: Imago

El 21 de diciembre de 1983 quedó marcado en la historia de España como el día que la Selección obró un milagro. El combinado nacional necesitaba anotar nada menos que once goles ante Malta para clasificarse para la Eurocopa de 1984. España 12-1 Malta. Y lo logró.

De la Transición al Mundial de España 1982

El país entero vivía una época convulsa, de muchos cambios. Tras la muerte del dictador Francisco Franco a finales de 1975 el sistema político, y la nación entera, entraron en la llamada Transición. La democracia regresaba a España en forma de monarquía parlamentaria y se abría un mundo desconocido para la sociedad en todos los ámbitos. Político, cultural, económico, laboral… El golpe de Estado del 23-F (de 1981), el nuevo gobierno del PSOE (1982), la entrada en la OTAN (1982), la negociaciones para entrar en la Comunidad Económica Europea (Actual Unión Europea)...
A nivel deportivo la Transición también traía novedades. Para la Selección no supuso ningún aperturismo, pues ya las competiciones internacionales eran bien conocidas, más sí coincidió con un periodo de evolución. En 1964 se había organizado, a una escala mucho menor que la actual, y ganado la Eurocopa en casa (venciendo 2-1 en la final a la Unión Soviética).
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Naranjito, mascota del Mundial de España 1982

Fuente de la imagen: Eurosport

Lejos quedaba la victoria más prestigiosa e importante de España (no digamos ya el subcampeonato en los Juegos Olímpicos de Amberes 1920) y los malos resultados del último Mundial disputado (eliminados en primera fase en Argentina 1978) y Copa de Europa de Naciones (eliminados en primer fase en Italia 1980) no hacían más que incrementar la frustración de la afición. Organizar el Mundial de 1982 era la esperanza para el resurgir del fútbol de la Roja y fue también el desastre, deportivo, que nadie quería.
Todo el país se había engalanado para recibir el mayor evento del deporte rey y los estadios tuvieron su parte de remodelaciones y ampliaciones. El Benito Villamarín fue uno de los que amplió aforo. Dos partidos mundialistas de primera fase (Grupo 6) se disputaron allí. Brasil-Escocia (4-1) y Brasil-Nueva Zelanda (4-0).

Con Miguel Muñoz rumbo a la Euro 84

Tras la decepción tocaba una reinvención y el presidente de la Federación, Pablo Porta, apostó por Miguel Muñoz como seleccionador. El exentrenador del Real Madrid, Granada y Las Palmas llegó renovando las caras del conjunto patrio y consciente del cambio de rumbo que debían dar: En el Mundial hubo una gran decepción para España. Debemos partir de esta base, sin engañarnos. Por eso, lo primero que hay que hacer es cambiar la imagen de la selección. (...) La selección necesita ilusión mucho por parte de todos, y estos jugadores jóvenes, que tienen ganas de triunfar, la pueden aportar, recoge ‘ABC’ el miércoles 6 de octubre de 1982, antes del primer entrenamiento del técnico madrileño.
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Miguel Muñoz

Fuente de la imagen: Imago

Los primeros compromisos eran directamente enfrentamientos de clasificación para la Euro 84. Se cumplió con los partidos de casa ante Islandia (1-0), Holanda (1-0) e Irlanda (2-0), pero fuera hubo dos pinchazos. Se empató en Dublín (3-3) y se perdió (2-1) contra los Países Bajos en Rotterdam.
La situación dejó a España con la necesidad de ganar a Malta por once goles de diferencia para superar a Holanda en un empate a puntos que la dejaría fuera sin el milagro. Se había jugado en Málaga (Islandia), Sevilla (Holanda) y Zaragoza (Islandia) y para la goleada imposible se decidió regresar a la capital hispalense.

España 12-1 Malta: La noche mágica del Villamarín

El 12-1 a Malta no fue tarea fácil. Con un penalti fallado y un gol en contra que complicaba las cosas al descanso se llegó con 3-1. Algunas ocasiones desperdiciadas y varios palos dejaban entrever que el lejanísimo milagro fuese posible y en la segunda parte se completó. A los tres iniciales de Santillana en los primeros 45 minutos le siguió un doblete de Poli Rincón a la vuelta del descanso. En apenas tres minutos 62’-64’ Maceda (2) y Poli ponían el marcador 8-1. Otra oleada entre el 76’ y el 80’ puso el 11-1 (Santillana, Poli y Sarabia).*
El duodécimo tanto quedó para la posteridad como el gallo más famoso de la historia de la televisión española. José Ángel de la Casa no pudo reprimir su emoción al narrar y “Gol de Señor” se convirtió en uno de los gritos del anecdotario nacional. Teníamos esperanza. El momento más alegre de mi vida, esto es increíble, este campo es fenomenal, todo, decía Miguel Muñoz a pie de campo durante la retransmisión de TVE. En el Villamarín se vivió el cuento de hadas que todos los aficionados necesitaban para volver a creer en la selección.
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Portada Marca España 12-1 Malta

Fuente de la imagen: From Official Website

Fue magnífico el desarrollo del juego y del marcador, el colorido del campo, la impresionante alegría del público y disfrutar de esos siete minutos finales que sobraron para paladear el éxito, decía Pablo Porta. No sé si saltar, chillar, reír o llorar. En mi vida he visto cosa igual. Es lo más importante de mi carrera deportiva. Estoy muy emocionado, comentaba Gordillo. Esto es lo más maravilloso que me ha ocurrido en la vida, aseguraba el Lobo Carrasco. Lo que ha pasado esta noche solo ocurre una vez en mil años, sentenciaba Santillana.
En medio de un ambiente impresionante, con el público sevillano volcado como nunca en apoyo de su selección, España venció ayer a Malta por 12-1…, rezaba la crónica de Luis Miguel Lainz en ‘La Vanguardia’.
Cuando llegó el gol de Señor y el público, puesto en pie y al borde de la locura colectiva comenzó a gritar a pleno pulmón «sí, sí, sí, España. a. París», la hazaña se había logrado. El milagro se había producido y el fútbol español había marcado uno de sus mayores hitos y escrito una de las más emocionantes gestas de toda su historia, escribía Juan Antonio Calvo el 23 de diciembre de 1983 en ‘Mundo Deportivo’.
1983 estaba siendo de triste final. ETA mató a 44 personas solamente ese año. El 27 de noviembre un accidente aéreo en Mejorada del Campo dejó 181 fallecidos. El 7 de diciembre dos aviones chocaron en Barajas dejando un balance de 93 muertos. El 12 de diciembre dos trenes chocaron en el metro de Madrid provocando 91 heridos. Y finalmente el día 17, tan solo unos días antes del partido, morían asfixiadas 82 personas en la discoteca Alcalá 20 de Madrid.
Tras un otoño lleno de malas noticias, la SelecciónEspañola devolvía la ilusión a un país entero gracias a la noche mágica del Villamarín.
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España-Malta 12-1, Mundo Deportivo, 23 diciembre 1983

Fuente de la imagen: From Official Website

El orgullo nacional había vuelto

Hace tres años algunos de sus protagonistas y otros grandes futbolistas españoles repasaban esos recuerdos creados en la capital hispalense en ‘El País’. Ocurrió que la afición de Sevilla se metió en el papel para animar a la selección, como si fuera la hinchada de un equipo. Lo tomaron como algo suyo y siempre ganábamos, rememoraba Rafael Gordillo.
No creo que se pueda repetir un partido como este. Ni un resultado semejante, en esas condiciones. Nunca habrá nada igual. Usted puede recordar y recordará que se venía de un fracaso muy grande en el Mundial de España de 1982, y ese resultado sirvió para levantar el orgullo nacional, definía a la perfección uno de sus protagonistas, Poli Rincón, en una reciente entrevista en ‘A la contra’.
Todo el mundo, antes y ahora, coincidía en el ambiente como una de las claves de la remontada. Gradas cercanas, recogepelotas cada cinco metros y muchísima animación pese a que la entrada no había llenado el estadio. La continuación del milagro se (casi) completó en la Eurocopa. Subcampeones ante la anfitriona Francia con el famoso tanto encajado por Arconada, se le escapó el balón entre las manos, en la final en una falta directa lanzada por Platini.

Sevilla, sede de la Selección Española

El Villamarín fue el culpable de que España regresase a Sevilla una y otra vez durante más de una década. El estadio del Betis había sido remodelado para el Mundial y Miguel Muñoz encontró allí (y en el Pizjuán) el estadio perfecto para convertir a Sevilla en la casa de la Selección tras la goleada a Malta. Hasta 1995 fue la sede para los partidos oficiales. Tanto en el Pizjuán como en el feudo verdiblanco se disputaron las fases de clasificación de los siguientes torneos: Eurocopas de Alemania 1988 y Suecia 1992; y Mundiales de México 1986, Italia 1990 y Estados Unidos 1994. La única clasificación que no se consiguió fue para Suecia 92.
Muñoz había encontrado el paradigma de un estadio nacional fijo al estilo de Inglaterra con Wembley o Francia con el Stade de France. El seleccionador quería sentir al jugador número 12 y tener ese apoyo diferencial de la afición cada vez que se jugase en casa.
El legendario 12-1 se convirtió en la excusa perfecta para regresar al Villamarín. Así lo pensaba Miguel Muñoz en la previa del primera partido oficial tras Francia 84: Hay que buscar lugares donde haya calor, no sólo climatológico, sino en la grada. Ni en el Bernabéu ni en el Camp Nou encuentra el equipo ese calor. (...) Jugar el primer partido oficial en el campo del Betis es un compromiso que contrajimos el día del 12-1. Pero ese compromiso fue mucho más allá.
Está claro que la selección encuentra en Sevilla un calor que difícilmente tiene en otros lugares, definía Alberto Sanchís en ‘Mundo Deportivo’ en concordancia con el seleccionador justo antes de ese España-Gales de clasificación para México 86.
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Emilio Butragueño y Willie Miller, España-Escocia, 1985, estadio Benito Villamarín

Fuente de la imagen: Getty Images

El buen ambiente, tanto en el campo como fuera, con las famosas concentraciones en la Oromana, y los resultados hicieron el resto. Sevilla quedaba así establecida como sede para los partidos oficiales. Trece partidos acogió el estadio del Betis hasta 1995, de los cuales se ganaron 12 y solamente se perdió uno de ellos. El último fue un 7 de junio de 1995 ante Armenia, victoria por 1-0.
Los trucos se acabaron en 1995 cuando Javier Clemente decidió acabar con la tradición de jugar en la ciudad hispalense por motivo del mal estado del terreno de juego. Más de 20 años después la Selección retorna a un estadio al que le debía una visita y que tras su reciente renovación quiere volver a dejar huella en la historia del fútbol español. ¡Bienvenido de nuevo, estadio Benito Villamarín!
*En marzo de 2018 el programa 'Fiebre-Maldini' emitía un especial dedicado al España 12-1 Malta. En dicho programa los malteses aseguraban haber sido drogados en el descanso y acusaban a los españoles de haberse dopado. Tanto los jugadores de dicho partido como la Real Federación Española de Fútbol negaron rotundamente las acusaciones.
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