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Los jueves de Luis Villarejo: Möet Sarabia

Luis Villarejo

Actualizado 24/06/2021 a las 07:17 GMT

Pablo Sarabia sale como gran triunfador del descorche del cava ante Eslovaquia. Es un chico discreto, podría ser un Brut Nature, sin azúcar, al que su experiencia en el PSG le ha hecho perder timidez,.

Pablo Sarabia (España)

Fuente de la imagen: Getty Images

Sarabia es un futbolista notable, fino, que al gran público llamó la atención su inclusión en la lista para la Eurocopa pero al que Luis Enrique le había echado el ojo hace meses y por diversas lesiones nunca había podido incluirle en una convocatoria.
Participó en el festival del 5-0 en La Cartuja, con tres acciones directas de gol. En una ellas haciendo de Messi, firmando con gol una jugada que Jordi Alba ha plasmado con Leo en decenas de ocasiones. Jordi encontró su Messi en el área con la aparición de Sarabia. Y es que Luis Enrique estaba seguro que sin agitar el vino espumoso, el talento y el gol saldría solo de la botella.
Y así fue. Luis Enrique también sabía que Eslovaquia no era el Brasil de Pelé. El conoce lo que es soltar tensión en una concentración. Con un equipo muy joven, él se echó la presión a la espalda durante la semana. Muy al estilo de Javi Clemente, siempre proactivo en su época de seleccionador para acumular piedras en su mochila y evitar así que tocaran a sus jugadores.
Clemente era como un portero de balonmano en un penalti. Aireaba sus brazos y no permitía que nadie pintara la cara a su gente. Fiel a sus empleados, a los más modestos, éstos podían sentarse en su mesa a la hora de comer. Hay muchos entrenadores estrella que hablan de equipo, de grupo, de gestores de recursos humanos, pero que no permiten sentarse en su mesa a gente que no es de su cuerpo técnico. Un error imperdonable. Todavía hay alguno por ahí, instalado en la nube, en su burbuja, lejos de la realidad. Los grandes entrenadores, da igual el deporte, manejan con sutileza estos detalles, como Valero Rivera y su selección española de balonmano donde el conductor del bus también era un comensal más. Sentado en aquella mesa, uno se bebe la vida de verdad. Imagino a Luis Enrique sonreír en la intimidad cuando ha escuchado que ha atravesado una crisis esta semana. Al lado de lo que vivió él de jugador en la selección, estos cuatro pellizcos de monja que le han dado porque Morata no tenía gol, es un juego de niños. Una película de dibujos animados.
El fútbol es puro ventajismo. Permanente además. Así que hará bien en disfrutar del momento. Puso a Azpilicueta, parecía dar la razón a la prensa en la víspera, pero no, dejó en el banquillo a Marcos Llorente, el futbolista español más influyente de la Liga en la presente temporada. Dejó su sello, cambió un central -Pau-, y además del regreso obvio de Busquets, el gran campanazo fue dar la titularidad a Pablo Sarabia.
El madridismo, tan huérfano en esta selección, se puede agarrar a Pablo Sarabia, un niño que llegó al Rea Madrid de alevín en 2004 procedente de la EFMO -Escuela de Fútbol Madrid Oeste de Boadilla del Monte-, un club formador donde jugaba Pablo aquel año cuando se proclamó campeón de España con la selección de la Comunidad de Madrid. El mismo equipo donde comenzó Pepe Reina de niño antes de fichar por el FC Barcelona.
Hace años, cuando comenzó a ser popular en 'la fábrica' tras un triunfo internacional, comprobó un día sin partido como es el Bernabéu desde el gallinero. Subió las escaleras de dos en dos, cumplió con cortesía un compromiso con un fotógrafo y volvió al césped en un abrir y cerrar de ojos. Sarabia sigue rápido, le ha venido bien competir con Mbappé, Neymar y Di María todos los días. Ha ganado en control mental. Y lo mismo Luis Enrique ha encontrado a ese jugador con el que un entrenador sueña. Eso de inventar y dejar un legado, es lo que al final queda.
No es aún fútbol champán ni mucho menos lo que ha ofrecido España en esta Eurocopa, el acceso libre de tanto equipo ha bajado el nivel del torneo, pero por arriba los grandes no arrasan. Y ni Portugal, ni Alemania ni Francia han demostrado este miércoles un dominio insultante. Con permiso de Bélgica, y a la espera de Croacia en octavos, España puede crecer aún más con un plantel joven, en formación, con buenos jugadores. A veces parecen lejanos porque no juegan en España, hoy cinco de inicio - Azpilicueta, Laporte, Eric García, Sarabia y Morata-, pero a los que la selección va a acercar al público si hay resultados. Los triunfos unen. Vino espumoso de calidad.
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Resumen Eslovaquia-España: Y la botella se descorchó

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