Los lunes de David Sánchez: Luis Enrique es (casi) Dios

Los debates han ido cayendo como fruta madura. A horas de las semifinales ante Italia ya nadie pregunta (de forma ultra cansina y repetitiva) por Sergio Canales, Iago Aspas o Jesús Navas. Después llegó el debate Morata, que era malo, que no tenía calidad, que fallaba más que una escopeta de feria y que tenía cara de triste (os prometo que se dijo), pero hoy lleva dos goles, que son justo dos goles más de los que marcó el todopoderoso Mbappé. Y para cargarse a Morata, parte de la Madrid mediática anti-Luis Enrique, se dedicó a dar la matraca exigiendo que era Gerard Moreno el nueve que debía jugar. Que tenía más calidad que el de la Juve y más gol que cualquiera de esta selección. Era el remedio a todos los males. Pues hoy Gerard Moreno (que es muy bueno) lleva los mismos goles que el todopoderoso Mbappé, es decir, ni un solo gol. Los mismos que he marcado yo. Otro debate tumbado. Uno tras otro; todos los debates ficticios organizados para tumbar a Luis Enrique han desaparecido a medida que la roja avanzaba rondas en esta Euro. Lamentable.

Visto que la selección ganaba y pasaba rondas, se intentó a la desesperada, mandar un mensaje difícil de encajar, pero no imposible. Se intentó que calase el mensaje de que España jugaba bien y ganaba, pese a Luis Enrique. Como si la autogestión fuese algo real. En un grupo donde recordemos, todos (desde Luis Rubiales al último utilero) tienen asumido que el líder es asturiano, jugó en el Madrid, después fichó por el Barcelona y es, a día de hoy más anti madridista que Gareth Bale.

Los cañones le siguen apuntando. En el momento de la eliminación (si esta llega), todas las críticas estarán focalizadas en el entrenador. No le van a perdonar lo de no convocar a madridistas, lo de tener ese aire chulesco en ruedas de prensa, y el no caer simpático a los medios de comunicación en general. Esto es lo único que no cambiará. Jamás caerá bien. No se venderán cintas de casete del asturiano en gasolineras compartiendo estante con Eugenio, Manolito Rollo, Jaimito Borromeo o Ángel Garó. Lucho cae mal, pero porque se ha vendido esa imagen de él. Los que le conocen dicen y cuentan que es un tío genial. Que va de frente, que hace grupo y que es leal. Lo demás, lo que se venda de él es humo para dañar y perjudicar su imagen.

Imposible sacarle más rendimiento a este grupo. No nos engañemos, España tiene la calidad que tiene, y es inferior a las que a priori eran las grandes favoritas, Portugal, Bélgica y sobre todo Francia. Las sorpresas y el poder de convicción del asturiano han bastado para que España se haya plantado en semifinales de la Eurocopa que todos dábamos por amortizada llegando a cuartos de final. Luis Enrique influye en sus equipos, se nota que están trabajados por él y eso le ha bastado para alcanzar un notable alto de nota, pase lo que pase ante Italia.

El Barco de Lucho no acepta nuevos polizontes. Ninguno subirá a este barco. Especialmente le negaremos (hablo como Capitán condecorado de ese barco) la entrada a todos aquellos que la primera semana apoyaron a Portugal y la segunda a Francia y Alemania. Todos esos se quedarán en tierra deseándoles eso sí, que pasen un buen verano y que disfruten de la España de Lucho viéndola por la tele. En el barco solo esteremos los fieles a la selección o fieles a Lucho. Tampoco os voy a engañar, no era yo el Manolo del Bombo de la selección antes de la llegada del asturiano, pero ahora reconozco que Lucho ha conseguido convertirme en español de pies a cabeza, admirador de la copla, devorador de pinchos de tortilla y de las cañas. Todo gracias a Lucho.

PD: Xavi Hernández lleva más razón que un santo. La selección es algo muy complicado por el entorno madridista que abre y cierra debates en función de sus intereses. La prensa que cubre a la selección suele ser la misma que cubre el día del Madrid, con lo cual está claro que Xavi sabe de lo que habla. Lo ve hasta un ciego.