Eurocopa 2020, España-Polonia | Pedri, la apuesta de Luis Enrique

Poca gente ya no conoce a Pedri González. El centrocampista azulgrana ha sido una de las apariciones más notorias, sorprendentes y revitalizantes de los últimos años en el panorama futbolístico nacional. Un chico que llegó a 'Can Barça' tras un buen año en Segunda, con la esperanza de hacer la pretemporada con el primer equipo y salir cedido a un club de Primera. Pero a Koeman le agradó en sus primeras semanas de corto, y decidió probarlo en el primer amistoso ante el Nástic. Fue el único que jugaría el partido entero, fruto del agrado que había dejado en el primer tiempo. Y de ahí ya no se iba a mover.

Con ficha del primer equipo y aunque eclipsado por el fenómeno Ansu Fati, la irrupción de Pedri fue de lo más positivo en los primeros meses del Barça. No tardó en ganarse la titularidad tras demostrar, en los tramos en los que tenía opciones de jugar, la clase que desprende en un terreno de juego. Pausa, visión de juego, recuperaciones sin balón y algo muy importante… ¡se entiende con Messi! Si es capaz de asociarse con el diez, no hay quién lo mueva del once. Y así fue. 52 partidos en su primera temporada como blaugrana, cuatro goles y seis asistencias. Unos números que, unidos a las sensaciones, le sirvieron para estar en su primera lista con la absoluta. Era marzo de 2021 y Luis Enrique ya hablaba maravillas del mediocampista tinerfeño.

El asturiano lo tenía claro entonces, tenía que ser de la partida en la Eurocopa. Nadie ponía en duda su presencia entre los 26 elegidos. Pero lo que sí ha podido llamar la atención, sin duda, es su titularidad. En pocas quinielas aparecía entre los once iniciales ante Suecia. Pero ‘Lucho’, entrenador al que se le podrán criticar cosas, pero no su valentía y determinación, lo puso de inicio en la Cartuja. Por delante de jugadores como Fabián o Thiago. Pedri se convertía en el futbolista más joven en jugar una Eurocopa con España. 18 años, seis meses y 18 días de temple y calidad. Aunque no todo iba a ser de color de rosas.

Como en el día de su titularidad en ‘El Clásico’, no tuvo demasiada participación en el juego. Algo extraño con una España que presionaba muy arriba, se hacía con el dominio del balón y creaba ocasiones. Pedri pasaba desapercibido entre la desesperación de una grada más pendiente de juzgar a Morata que de otra cosa. No llegaba el gol y mover el banquillo era capital para ‘La Roja’. El seleccionador inició el carrusel de cambios, y en la mayoría de retransmisiones y tertulias, uno de los damnificados asegurados era el canario. Ya había debutado, pero estaba gris y España necesitaba otra cosa. Pero en la cabeza de Luis Enrique se dibujaba otra cosa. Ese técnico que, entre otras cosas, ha demostrado que lo predecible no va de la mano con él.

Pedri se mantuvo en el terreno de juego, para incredulidad y crítica de algunos, de manera directamente paralela a la apatía y dificultades de creación de juego que tenía la absoluta en el segundo periodo. Iba a ser entonces cuando el talento canario, como el que se da cuenta de que su momento ha llegado, comenzó a impartir un clínic de cómo hay que actuar en los momentos de atasco, nerviosismo y dificultad. El blaugrana, ofreciéndose y reclamando su relevancia, fue capaz de encontrar la pausa y los espacios para relanzar a España, que a partir de ahí volvió a meter en su área al combinado sueco.

Entre otras acciones, un pase de fantasía con el exterior a Jordi Alba que no pudo finalizar Sarabia por muy poco. Fue el mejor en el peor momento de la selección. Y sobre todo, le devolvió la confianza a Luis Enrique, que apostó por él para mantenerlo en el campo tras una primera mitad dubitativa. Pedri era el cambio fácil, pero Luis jugó fuerte y le salió bien. Aunque no pudo verse reflejado en el marcador, dejó un poso muy notable. Pedri es madurez, personalidad y calidad. Luis Enrique lo sabe. Es su apuesta en esta Eurocopa. Y parece que va a ir con ella hasta el final. Pase lo que pase.