2004-2022: Las coincidencias del Barcelona: Laporta, Xavi... Y la Europa League (antes Copa de la UEFA)

Joan Laporta de presidente, Xavi como una figura preponderante del simbolismo del barcelonismo, y la segunda competición continental contemplada como la salida a una sequía de títulos y éxitos colectiva. Lo que era el Barcelona en los inicios del siglo en el que nos hallamos se asemeja a la situación que atraviesa actualmente el club blaugrana. Es cierto que los jugadores, los contextos y los motivos han cambiado, pero en 2004 el Camp Nou acogió por última vez un partido de la entonces llamada Copa de la UEFA, y en 2022 vuelve a ser el anfitrión de una eliminatoria de la ahora considerada como Europa League.

Aquel curso en el que el Barcelona jugó por última vez la segunda competición de la UEFA fue el primer año completo de Joan Laporta como presidente, que llegó prometiendo cambios después de la era de Gaspart pues el club estaba en una situación complicada. Llevaban cuatro años sin ganar una Liga, cinco sin levantar una Copa del Rey y hasta ese momento solamente habían conseguido conquistar una vez la Champions.

El entrenador era un técnico neerlandés, leyenda del fútbol de los Países Bajos, como era Frank Rijkaard, y consiguieron darle la vuelta a la mala situación del club con una temporada que acabó con brotes verdes a pesar de la eliminación en los octavos de final en la Copa de la UEFA. Esos brotes verdes tenían nombres y apellidos.

Andrés Iniesta empezó a asentarse en la primera plantilla. Xavi hizo el mejor año de su carrera estadísticamente, hasta ese momento. Y, sobre todo, apareció Lionel Messi, que debutó con el primer equipo en un partido amistoso ante el Porto.

Actualmente Iniesta no está, y Messi tampoco, pero sí han aparecido Gavi y Nico, y Xavi ha empezado con muy buen pie su carrera como entrenador, teniendo datos que respaldan la apuesta de Joan Laporta por su llegada.

Un Joan Laporta que está completando, en esta 2021/22, su primer año completo como presidente, en su segunda etapa. Llegó, al igual que hizo 18 años atrás, prometiendo una mejoría respecto a la época de Josep Maria Bartomeu. Eso sí, la situación no era tan difícil como hace dos décadas, pues la última liga fue en 2019, la última Copa en el mismo año de 2021 y la Champions League no queda tan atrás, con el éxito del 2015. Pero aun con esas, el Barcelona necesitaba un nuevo impulso.

Así se pasó de un técnico neerlandés, leyenda del club, como es Ronald Koeman a un entrenador que estaba en Oriente y no tenía mucha experiencia pero que transformó todo el sentir de la afición. Y ha conseguido arrancar brotes verdes deshechando las malas hierbas a través de la dirección deportiva de Mateu Alemany. Ferran o Adama no son ni Ronaldinho ni Quaresma, pero provocan que la emoción vuelva a asentarse en las gradas del Camp Nou.

La Europa League es una oportunidad para que esa ilusión crezca. Es un título continental, deja dinero en las cuentas del club y, si la ganas, eres cabeza de serie en el sorteo de los grupos de la siguiente edición de la Champions. Ganarla no es fácil, y hay que derrotar a equipos como el Nápoles, que pueden recordar al Celtic del pasado, pero es un reto que tiene recompensas a la altura.