Maldición del central

El Barça sigue buscando un central de garantías que complete el plantel culé, algo escaso en su parte defensiva. Es por eso que el hecho de que haya aparecido el nombre de Thiago Silva para reforzar la zaga, no haya extrañado a nadie. De hecho el propio defensa aseguró que "las negociaciones con el Barça están próximas".

El coste de la operación rondaría los 12 millones de euros, ya que el Milán fichó al brasileño por 10 millones, y esto hace que debamos echar un ojo a los fichajes azulgranas en esa zona, más si cabe desde la llegada de Guardiola que no ha tenido excesivo tino con futbolistas que no triunfaron en esa posición.

A los casos de Chygrynski (25 millones), Cáceres (16 millones) o Henrique hay que sumar otros siete nombres, más otros muchos canteranos, que llegaron a la disciplina culé pero que no se consolidaron y acabaron saliendo por la puerta de atrás (Christanval, Okunowo, Márquez, Edmilson Thuram, Milito). Sólo Piqué, repescado por Pep en uno de sus grandes méritos fichando, se ha salvado de la maldición de los centrales culés.

Hasta la llegada de Carvalho, el Madrid había intentado encontrar un central de garantías que supliera la marcha de Hierro, el último gran defensa blanco. En esos 13 años había invertido 175 millones, pero año tras año su plan fracasó.

Unos por lesión, otros por falta de adaptación y otros por mala suerte, lo cierto es que los Woodgate, Metzelder, Cannavaro o Samuel no lograron asentarse en el club merengue. Tampoco dio había dado fruto el experimento de los Pavones, donde el propio Pavón o Mejía fue abanderados de una cantera que no consiguió colocar un defensa central que triunfase en el Madrid. Por eso los 8 millones de Carvalho, más la recuperación de Pepe, han dado al Madrid ese punch que necesitaba en su parte defensiva.