La otra temporada del Atlético: Crisis en el femenino, filial y Academia

En plena lucha por el título de Liga, el Atlético de Madrid como club no atraviesa por su mejor momento en lo que se refiere al resto de equipos que lo conforman. El equipo femenino ocupa la séptima plaza de la tabla y alcanzar los puestos que dan acceso a la próxima edición de la Champions League se ha convertido en toda una quimera en esta recta final del campeonato. El filial, por su parte, ha pagado en exceso la pérdida de piezas importantes, así como el cambio en el formato de la competición y tendrá que pelear para mantenerse en la Segunda RFEF -equivalente a la cuarta división del fútbol español- y evitar descender a la Tercera división, que desde el año próximo será la quinta categoría de nuestro fútbol.

Muchos de esos jugadores que fueron cedidos a principios de temporada tampoco han tenido las oportunidades que se esperaban en sus destinos, por lo que cuesta pensar en volver ver a futbolistas de la casa ocupando puestos de relevancia en la plantilla. El último canterano que logró asentarse en el primer equipo fue Lucas Hernández y su debut se remonta a 2015. Seis años sin la irrupción de canteranos para un equipo obligado a reinventarse cada año es un tiempo demasiado largo. Esta falta de referentes en las categorías inferiores se ha sentido también en la Selección española. Así, el actual combinado Sub 21 que se encuentra disputando el Europeo no cuenta con ningún futbolista procedente de la cantera atlética.

El equipo femenino está viviendo una temporada agridulce. La conquista de la Supercopa de España hace apenas unos meses fue la mejor noticia para un equipo que ha visto cómo el Barcelona se distanciaba hasta el punto de hacer imposible disputar el campeonato -las azulgranas llevan 21 triunfos en 21 partidos, con 103 goles a favor y apenas 3 en contra-. El objetivo, por tanto, pasaba por garantizar la segunda o tercera plaza que permiten disputar la Champions League la próxima temporada. Sin embargo, lo que parecía un objetivo asequible se ha convertido en prácticamente un imposible. La gran temporada del Levante y la irrupción del Real Madrid tienen a las rojiblancas a ocho puntos del objetivo con solo 30 por disputar. Además, clubes de menor rango a priori como Madrid Club de Fútbol, Real Sociedad o Granadilla también superan a las colchoneras en la tabla.

Aunque no existe un motivo aparente que justifique este bajón, lo cierto es que el grueso de la plantilla que conquistó tres de las últimas cuatro ligas ha ido desapareciendo. Pesos pesados del vestuario como Lola Gallardo, Kenti Robles o Ángela Sosa han abandonado el club y otras jugadoras han ido fortaleciendo a sus rivales mientras al Atlético llegaban más de una quincena de futbolistas extranjeras en busca de conformar un bloque con más opciones en Europa y que se ha terminado por convertir en una Torre de Babel que naufraga en el campeonato doméstico. Esta inestabilidad también se ha visto en un banquillo que ha cambiado hasta tres veces de inquilino hasta volver al hombre con el que se inició el éxito, José Luis Sánchez Vera, pero que en esta nueva etapa no está logrando repetir sus anteriores resultados.

Para colmo de males, en una temporada tan atípica, el Atlético ha sufrido la pérdida de una jugadora importante dentro y fuera del vestuario como Virginia Torrecilla, que ha luchado desde hace meses contra un tumor. Otras futbolistas que no ha podido ayudar al equipo como hubiese desado debido a lesiones de larga duración han sido Carmen Menayo y Charlyn Corral.

La presencia de futbolistas del Atlético de Madrid se ha resentido en las filas de la Selección. Así, de las cinco o seis futbolistas que había en el combinado nacional se ha pasado a una sola representante en la última convocatoria del seleccionador Jorge Vilda. Laia Alexandri será la única rojiblanca en los partidos de España frente a Países Bajos y México.

El filial masculino tampoco lo ha tenido fácil este curso. Después de disputar el pasado mes de julio el playoff de ascenso a Segunda división, ha visto cómo mucho de sus futbolistas más prometedores eran cedidos a clubes de Primera, Segunda o incluso al extranjero en busca de minutos de mayor calidad. El cambio en el sistema organizativo -la 2ªB desaparecerá la próxima temporada- tampoco ha ayudado a un equipo al que ha lastrado su inexperiencia y la falta de concentración en los minutos finales, un tramo en el que se han esfumado una gran cantidad de puntos que les podían haber permitido pelear por objetivos bien distintos.

Ahora, el equipo dirigido por Nacho Fernández, está obligado a quedar primero, segundo o no ser el tercero con peor coeficiente de todos los nuevos grupos, para mantenerse en la Segunda RFEF, equivalente a la cuarta categoría del fútbol español. De lo contrario, se vería obligado a disputar la próxima temporada en la Tercera división, que abandonó en 2017 para regresar a la categoría de bronce. El salto desde esta nueva Tercera división a la élite de LaLiga y la Champions supondría un salto todavía mayor al actual y complicaría en exceso la posibilidad de promoción de las jóvenes perlas de la cantera colchonera.

La presencia de futbolistas del filial en el primer equipo este curso se reduce a 50 minutos de Manu Sánchez en Liga -ahora cedido en Osasuna-, un total de 168 minutos de Ricard Sánchez repartidos entre Liga y Copa, 10 minutos en Champions de Sergio Camello y 16 y 7 minutos en Copa respectivamente de Mario Soriano y Juan Manuel Sanabria.

El Atlético realizó la cesión de algunos futbolistas con potencial presencia en el primer equipo en un futuro a corto plazo. Víctor Mollejo, uno de los futbolistas más destacados ya en el pasado curso en Segunda con el Deportivo, se marchó a Getafe para asentarse en Primera, pero la experiencia no ha sido para nada positiva y el joven atacante ha recalado a préstamo en el Mallorca en el último mercado invernal. Lo mismo sucedió con Darío Poveda, que debutó a las órdenes de Simeone pero que, en el presente curso, solo ha disputado cuatro minutos en su cesión al conjunto azulón tras recuperarse de una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla.

Rodrigo Riquelme, otro futbolista con experiencia en el primer equipo, emigró a la Championship inglesa para enrolarse en las filas del Bournemouth, donde ha jugado 13 partidos -tres más en la FA Cup- en los que tampoco ha logrado asentarse como pieza importante. La llegada del exmadridista Jonathan Woodgate al banquillo podría revertir la situación en este tramo final de la temporada. El último en unirse a esta lista ha sido el lateral Manu Sánchez, uno de los jugadores preferidos de Simeone, que sí está gozando de oportunidades en Osasuna. Desde su llegada a Pamplona en el mercado invernal, ha disputado más de 600 minutos entre Liga y Copa.

Las salidas de cedidos en el mercado invernal se completaron con Borja Garcés (Fuenlabrada) y Germán Valera (Tenerife). En ambos casos, su presencia en Segunda está siendo habitual aunque sin hacerse un puesto aún entre los titulares.

El resto de los principales equipos de cantera tampoco darán una alegría al club. Los Juveniles de División de Honor y Liga Nacional no han logrado imponerse en la clasificación al Real Madrid, gran rival en sus respectivas categorías. La falta de futbolistas destacados también hace que la presencia en las categorías inferiores de la Selección haya decaído. Así, el conjunto que disputa actualmente el Europeo Sub 21 no cuenta con ningún futbolista de la Academia rojiblanca. En la última lista de la selección Sub 19, únicamente aparece como representante atlético Carlos Rojas, delantero del Juvenil A.