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¿Lo sabías? El desalojo del Bernabéu y el partido de los 6 minutos

Adrián G. Roca

Actualizado 01/03/2021 a las 09:57 GMT

Han casi 20 años de la famosa reanudación del Real Madrid-Real Sociedad que fue suspendido por una amenaza de la banda terrorista ETA. Una tarde de Reyes Magos en la que debutó Vanderlei Luxemburgo como entrenador blanco y que además de aquel desalojo previo del Bernabéu trajo una especie de regalo a todo el madridismo: tres puntos para creer en una remontada imposible al Barça.

Historias Eurosport - Del desalojo al regalo de Reyes

Fuente de la imagen: Getty Images

Además del ‘cuadrado mágico’, una de las frases más célebres de Vanderlei Luxemburgo como entrenador del Real Madrid fue pocos días después de su inesperada presentación. A caballo entre el portugués y un notable intento de castellano, quiso decir algo así como. “Yo no soy mago (literalmente dijo ‘mágico’), soy entrenador de fútbol”. En efecto, su primera misión para remontar el vuelo de la nave blanca fue la misma tarde de los Reyes Magos, a la misma hora de la cabalgata.
Su debut fue en los seis minutos aplazados que el Real Madrid tuvo que jugar contra la Real Sociedad. Poco más de 400 segundos para levantar un partido que se suspendió tres semanas antes en el minuto 88 debido a una amenaza de bomba en el Santiago Bernabéu por parte del grupo terrorista ETA. Las imágenes de un desalojo ejemplar de 70.000 personas que duró menos de diez minutos forman parte de la historia del fútbol español. Igual que las de los jugadores de ambos equipos asustados, especialmente la de Guti hablando por teléfono en plena calle Concha Espina para informar de la situación a su familia, como recogió el diario Marca en su portada del día siguiente.
Tampoco es que sea preciso recrearse en esta historia, pero una llamada desde el diario Gara a la Policía Nacional en nombre de ETA anunciando que un artefacto explosivo se detonaría a la hora prevista para el final de ese Real Madrid-Real Sociedad, propició ese desalojo de jugadores y público. En los informativos de todo el mundo se vieron esas imágenes de centenares de aficionados pisando el césped y saludando a las cámaras de televisión, incluso fotografiándose con los teléfonos de la época, aún faltos de megapíxeles y buena resolución para inmortalizar ese momento tan insólito.
Muchos no eran conscientes de la gravedad de la situación, pues la megafonía del estadio tan sólo pidió que se desalojara el campo sin evidentemente anunciar el motivo real para evitar que reinara el caos. El árbitro del partido que decretó la suspensión del partido y mandó a los jugadores rápidamente a vestuarios fue Vicente Lizondo Cortés, y recordaba así este episodio: "A mí me dijeron el motivo, pero no se lo transmití a los jugadores. Tenían familiares en el campo y la situación se podía haber complicado y trasladarse a toda la grada, y eso era lo que no quería nadie. Les dije que teníamos que irnos y ellos no paraban de preguntarme".
No hubo más preguntas, pero sí tres semanas hasta que se reanudó el partido más corto de la historia reciente. Tres semanas con muchos cambios, para empezar Mariano García Remón dejó su puesto de interino para dejar paso a un entrenador brasileño sin experiencia en Europa pero con la fama de mano dura requerida para poner firmes a unos Galácticos a la deriva.
Como el mismo Luxemburgo dijo cuando fue preguntado por cómo sería capaz de ganar un partido tan corto, él no era un mago aunque lo pretendiera con su innovador sistema de walkie-talkies que le conectaban a un asistente que tenía sentado en la grada. Pero logró hacer magia a la primera: el Real Madrid ganó en menos de seis minutos y gracias a esos tres puntos se colocaron a ‘sólo’ diez puntos del Barça de Rijkaard. Se empezó a forjar una ilusión de remontada, de que era posible seguir recortando tal y como anunciaba sin éxito Roberto Carlos en cada entrevista. “En marzo seremos líderes”, pero llegó marzo y después mayo y el Barça fue campeón pese a que de la mano de ‘Luxa’ los blancos se convirtieron en un implacable perseguidor.
Era un nuevo partido de seis minutos y cuarenta segundos, el reglamento permitía hacer cuantos cambios fueran necesarios y Luxemburgo puso todo lo que tenía en ataque, incluido a un Morientes que pocas semanas después se iría al Liverpool. Pese a que los Reyes Magos reales estaban repartiendo regalos e ilusión a esa misma hora en todos los puntos de España, esos seis minutos se jugaron con un Bernabéu casi lleno y en esos escasos minutos los blancos llegaron hasta siete veces a la portería que defendía Asier Riesgo.
En una de esas internadas, Ronaldo Nazario hizo una bicicleta a Íñigo Labaka. El lateral vasco le derribó sin remedio y ese penalti lo transformó Zinedine Zidane para delirio del madridismo. Oro, incienso y mirra en poco más de cinco minutos aunque a la larga el sello de Luxemburgo en el Real Madrid acabara siendo algo más parecido al carbón que a cualquier metal precioso.
Desalojo del Bernabéu en 2004 - El partido de los seis minutos
Lamentablemente el Real Madrid y su afición saben lo que es sentir de cerca las amenazas de la ya disuelta banda terrorista ETA. La explosión de una bomba en la previa de la vuelta de la semifinal de Champions League de 2002 en plena Castellana fue algo mucho más grave aunque no se tuvo que lamentar ninguna víctima. Esta amenaza y el desalojo cívico y pacífico del estadio y más de 70.000 personas se quedó afortunadamente en eso, en un falso aviso que acabó en esta curiosa historia. Una vez más, el fútbol y el deporte ganaron la partida a la violencia y en aquella tarde de Reyes Magos, Luxemburgo, Ronaldo, Zidane y compañía regalaron una pequeña dosis de ilusión. Los Magos son los de Oriente, no un entrenador de fútbol -como él mismo dijo- que vino a revolucionar todo y no cambió absolutamente nada.
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