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Los martes de Elías Israel: Hacia una Liga peor

Elías Israel

Actualizado 20/07/2021 a las 07:39 GMT

Cuando los estertores de los audios de Florentino empiezan a apagarse, los mentideros del fútbol vuelven a asomarse al mercado post pandémico que deja un panorama diferente, novedoso o desolador, según el prisma con el que se mire.

Javier Tebas

Fuente de la imagen: EFE

La oportuna, y obligada por los ruidos de sables, ampliación de capital del Atlético de Madrid ha dejado al club rojiblanco en una situación privilegiada. Es de los pocos con margen, proyecto y solvencia para acercarse al trono de los grandes portaaviones. De momento, Andrea Berta ya ha complacido a su entrenador con el fichajazo de Rodrigo de Paul, se negocia en serio el trueque Saúl-Griezmann, que es cambiar una lámpara por un sofá futbolísticamente hablando, pero que tiene sentido en mejorar la plantilla donde más lo necesita. Simeone sabe todo lo que le puede dar Antoine al Atlético y está dispuesto a ponerse como escudo ante la lamentable manera de escoger la puerta de salida del francés hacia la infelicidad azulgrana. De la afición se encarga él. La plantilla del campeón liguero, nombre por nombre, es de mucho peso. Mientras los demás lloran por las esquinas, el Atlético se va haciendo más temible y se ha convertido en el más ferviente guardián de los límites salariales. Quien le ha visto y quien le ve.
En el Real Madrid, su lenguaraz presidente está obsesionado con M’Bappé. Si el mercado, o sea el jeque del PSG da la oportunidad, Florentino se lo jugará todo al francés. De una tacada, enviará el mensaje de que el club blanco sigue siendo el lugar elegido por los grandes futbolistas del mundo y amplificará su fama de conseguidor, manchada por el fiasco de la Superliga y por el problema reputacional derivado de los audios. Sin Ramos y sin Varane, que acabará yéndose al United para hacer algo de caja, la defensa blanca será objetivamente más débil que la del año pasado. Es cierto que Militao ha dado un salto cualitativo, que Nacho es una garantía y que David Alaba es un fuera de serie, pero dejar marchar a tus dos centrales titulares es apuesta de riesgo cuando tus centrocampistas son un año mayores. Se confía en la mano pacificadora de Ancelotti para rescatar a Hazard o a Bale, los dos sueldos más importantes de la plantilla, de sus respectivos bucles, que transitan entre las lesiones, las prioridades fuera del fútbol y el desencanto de un respetable, harto ya de estar harto.
Laporta, mientras tanto, sigue barriendo debajo de las alfombras de Bartomeu, echándose las manos a la cabeza con el Barça que se ha encontrado y haciendo encaje de bolillos para poder inscribir a Messi primero y luego a sus nuevos fichajes. En lugar de hacer caso al siempre recurrente “dejen salir antes de entrar”, se dio mucha prisa por anunciar a Kun, a Depay y a Eric García y ahora está todo el mercado esperando a que la soga económica le vaya apretando cada vez más para pescar gangas en Can Barça. Algunos de los fichajes más caros de la historia del fútbol (Coutinho, Dembelé o Griezmann) son ahora jugadores de saldo, dispuesto a ser canjeados o regalados con tal de superar los dichosos límites salariales. De esas prioridades mal escogidas no le va a poder echar la culpa al anterior presidente.
A los directores deportivos más reputados y a los menos conocidos del mercado, les ha pillado con el pie cambiado el nuevo escenario. Obligados a vender por poco, apretados por sus aficiones y por sus entrenadores para tener unas plantillas que permitan aspirar a los objetivos mínimos, sería más realista contar las verdades del barquero, sin necesidad de ser grabados, antes que inflar globos de ilusión con aires de grandeza, pero sin jugadores de solvencia para mejorar los resultados del ejercicio anterior. Si han llegado las vacas flacas, se dice, se asume y se apechuga.
La próxima Liga de los límites salariales va a ser peor como producto. Ya se puede inventar Tebas los paquetes televisivos que quiera, pero el fútbol profesional español está perdiendo punch. La mayoría de los equipos serán peores que los del año anterior. Al Atlético se le está quedando un panorama que ni pintado para dar el salto definitivo que le falta y que no tiene que ver precisamente con el fútbol español…
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