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Blog Vintage: La historia de Larios, el Platini oscuro

Iván Castelló

Actualizado 16/11/2017 a las 19:53 GMT

No era una ginebra, aunque contentaba a paladares exigentes. Así es la historia de Larios, ahora protagonista por revelar que se dopó en los 70 en su autobiografía 'Jean-François Larios, yo jugué con el fuego'.

Larios y Platini

Fuente de la imagen: Imago

Era Jean-François Larios, compañero de Michel Platini en el centro del campo del Saint-Etienne y la selección francesa de los primeros ochenta, fichaje frustrado del Atlético de Madrid y galán de galanes, tanto que un ‘affaire’ con la mujer del hoy presidente de la UEFA le costaría en realidad un mayor éxito en su carrera.
O él o yo tras aquello con Christelle, la esposa de Platini desde 1977 y con la que tuvo dos hijos. Así acabó de forma brusca un matrimonio sobre el terreno de juego que podría haber sido muy fructífero, más que el cuarto puesto alcanzado en el Mundial de España 82 por la selección de Francia y aquella época dorada del ‘fútbol champagne’.
Lario, espigado centrocampista de enorme trabajo físico y buen golpeo con ambas piernas, era ‘Pied-Noir’ (apelativo para los franceses nacidos en Argelia) y se le apodaba ‘Turbo’ por sus cambios de ritmo que en un medio recordaban incluso al mejor Johan Cruyff. Vital junto a Platini en el Saint-Etienne posterior a la final de la Copa de Europa en Glasgow 76 (derrota por 1-0 contra el Bayern), el incidente personal puso fin a su etapa en ‘les verts’ y empezó el carrusel de clubes menores. También lo dejó con su pareja, Annie, quien dijo saber desde hacía tiempo el ‘affaire’ con Christelle.
Un mes en el Atleti
Su historia, no obstante, pudo cambiar, pues fichó en enero de 1983 por el Atlético de Madrid aunque la aventura duró un mes entre el reconocimiento médico, su condición de extranjero cuando sólo podían jugar dos (Hugo Sánchez y Votava) y el plan de jugar hasta final de temporada en el Atlético Madrileño más sus excesivas pretensiones económicas. Aunque había acuerdo previo por tres años y medio, la presión de su agente, el excéntrico Michel-Georges Basilevich (acabó mal con su socio Cruyff), cansó al Atlético y todo se fue al traste.
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Larios, en el Mundial de España 82.

Fuente de la imagen: Imago

Sin cuajar en la entidad madrileña se marchó a Canadá, a los Montreal Manic, para luego regresar a Europa: Neuchatel Xamax, Lyon, Estrasburgo, Niza y retirada en el Montpellier. No volvió a la selección mientras Platini siguió mandando allí y en la Juventus de Turín para confirmarse como el mejor jugador francés de la historia.
Larios ha vuelto a ser por sus revelaciones autobiográficas en las que ha concretado, incluso, su dopaje por el estimulante Captagon en octubre de 1976, en octavos de final de la Copa de Europa contra el PSV, que se saldó con una victoria de los franceses del Saint-Etienne por 1-0. Además, el francés describe su descenso personal a los infiernos con la droga, el alcohol y las copìosas comidas.
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