Paciencia y polivalencia, las claves de Sergi Roberto para triunfar en el Barça

Mucha paciencia y un poco de confianza. A grandes rasgos, estas son las dos claves que han hecho de Sergi Roberto un jugador residual en la rotación del Barça a un futbolista fundamental esta temporada. El centrocampista llevaba esperando continuidad y minutos de calidad para sentirse titular desde su ingreso en el primer equipo en la temporada 2012/2013.

No convenció a Josep Guardiola, no convenció a Tito Vilanova, no convenció al Tata Martino y tampoco acabó de convencer a Luis Enrique la pasada temporada. Pero según relató el futbolista en agosto, una charla con el entrenador tricampeón cambió todo. El asturiano le trasladó su confianza y le confirmó que sin Xavi Hernández en el equipo, crecerían sus minutos y su protagonismo.

La polivalencia, otra gran clave. El tarraconense, lesionado en las últimas semanas, ha disputado 13 partidos esta temporada y lo ha hecho como lateral derecho de urgencia, en la que fue una posición inédita para él, y también de pivote defensivo y volante, su posición natural y en la que este sábado brilló con luz propia en Getafe. Saber adaptarse a cualquier posición y a cualquier situación es algo imprescindible en este Barça, como ya demostró en su día Javier Mascherano, quien fue fichado como mediocentro defensivo y ha acabado siendo fundamental como central.

Salvo las excepciones de Pedro Rodríguez y Sergio Busquets, únicos canteranos salidos de la Masía en la era Guardiola que tuvieron condición de titular desde el inicio, ningún otro jugador prometedor aguantó tanto como Sergi Roberto. Algunos buscaron la fórmula de la cesión para seguir creciendo, caso de Rafinha Alcántara, y otros ya cansados de esperar pusieron punto y final a su estancia en el Barça.

En esta generación, Sergi Roberto y otros tantos alternaron estancias en el filial y convocatorias con el primer equipo hasta que se asentaron en la elite: Rafinha y Thiago Alcántara, Isaac Cuenca, Cristian Tello, Jonathan Dos Santos, Andreu Fontás y Martín Montoya. Éste último salió cedido al Inter de Milán, con opción de compra para los italianos, siendo el último en abandonar la disciplina azulgrana.