Ana Tejada, el talento precoz de la Liga que sueña con hacer historia en el Mundial (20:00)

Prueba de ello es que 14 de los 16 equipos de la Liga Iberdrola cuentan con al menos una futbolista que ha sido campeona o subcampeona con la sub-17, la sub-19 o la sub-20 en los últimos meses.

Claro que pocos podían imaginar que una niña de 16 años recién cumplidos lograra afianzarse en el centro de la zaga de un equipo de Primera con la soltura de la que lleva jugando toda la vida. Ana Tejada, la futbolista más joven de la Liga Iberdrola, puede presumir de ser una de las dos únicas convocadas por Toña Is para el Mundial sub-17 de Uruguay que ha disputado las siete primeras jornadas como titular (la otra es Eva Alonso, del Rayo Vallecano).

“A mi y al equipo nos ha costado adaptarnos a la Liga Iberdrola porque al fin y al cabo es la máxima categoría”, nos cuenta Ana en la concentración de la Rojita. Antes de viajar hacia Madrid contribuyó a que su equipo, el EDF Logroño, lograra la primera victoria de su historia en la máxima categoría al derrotar por 3-4 al Sevilla en un partido loco. Es un club atípico el riojano, creado hace apenas una década y que cuenta con alrededor de mil futbolistas en su cantera. De allí también salió Tejada, la máxima exponente de esa filosofía y una de las grandes artífices del histórico ascenso la pasada temporada.

“Confían mucho en la gente de abajo, hay un territorial que entrena con nosotros los jueves y que tiene buen equipo, y nos echan una mano cuando hace falta. Dan muchas oportunidades, a mí podían haberme dicho que al tener 16 años no me sacaban y bueno… Creo que la he aprovechado”, explica Ana, que empezó a jugar al fútbol casi al mismo tiempo que andar, con apenas dos años en casa de su abuela. En quinto de primaria ya formaba parte del club y siete años después apunta a ser una zaguera de muchos años en la Selección.

¿Cómo es la vida de una chica de 16 años que cada fin de semana compite contra las mejores futbolistas del país? “Es complicado porque pierdes mucho tiempo entrenando, pero tenemos que hacer un esfuerzo porque no podemos vivir del fútbol de momento”. Cuando acabe quiere estudiar para ser profesora de Educación Física, como su madre, algo que tiene claro desde hace mucho, aunque sepa que eso le supondrá un desgaste añadido. “Es lo que me apasiona, lo sé desde pequeña y no lo voy a cambiar”.

Ana Tejada no solo es titular en un equipo de Primera División. En Lituania, fue una de las mejores jugadoras españolas en la conquista del Europeo sub-17 donde derrotaron 2-0 a Alemania. Además, fue incluida en el once ideal del torneo como una de las mejores zagueras (la Rojita solo encajó un gol, ante Inglaterra). Ya entonces había dejado su puesto en la medular y se había afianzado en el centro de la defensa. “He cogido el gusto a jugar de central, me gusta sacar el balón y me gusta defender. A todas las centrales de la Selección nos gusta llevar el peso de salir con el balón jugado, y tenemos que asumirlo porque nuestro juego está basado en eso". Tras un 2018 plagado de éxitos en las categorías inferiores llegamos al último torneo, el Mundial, donde España ha sido subcampeona en 2014 y tercera en 2010 y 2016. ¿Sería decepcionante no hacer también un buen papel? “No estamos presionadas, tenemos esas ganas de ganar y llegar lo más lejos posible”, asegura.

La contradicción que hababamos al principio salta a la vista: Es la segunda jugadora más joven de la convocatoria (solo por detrás de Salma Paralluelo, que ha cumplido 15 este martes 13 de noviembre) y, sin embargo, es una de las que parten con más experiencia por haber disputado el Europeo sub-17 y haberse rodado en Primera División más que ninguna otra. “A mi no me importa ser la más pequeña, yo hago lo que sé y doy el máximo. A veces se notan los nervios al empezar el partido o haces las cosas un poco más lentas, pero cuando llevas un minuto en el campo se pasa. Siempre he estado tranquila en ese sentido”.

Como adolescente, está acostumbrada a recibir consejos: Mi familia me mantiene los pies en el suelo, me dicen que tengo que ser la misma, que tengo que cuidar a mis amigos y que el instituto es muy importante. De los entrenadores, que son los que más saben, hay que aceptar los consejos que te den. Y las compañeras son mayores, tienen más experiencia y lo que me dicen lo acepto, lo asimilo y si veo que lo puedo hacer en el campo, pues lo hago”. Aunque creció sin referentes femeninos, se fija mucho en Mapi León y su sueño no es otro que jugar algún día en la selección absoluta. Todo indica a que lo conseguirá más pronto que tarde.