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Grecia-Costa de Marfil: Comedia griega (2-1)
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Publicado 24/06/2014 a las 20:52 GMT+2
Grecia se clasficó de manera agónica en la última jugada del partido tras un penalti transformado por Samaras. Durante los 90 minutos fueron superiores pero Bony hacía que los costa marfileños pusiesen rumbo a la siguiente fase. Cuando todo parecía hecho, el milagro se obró y los helenos esperan a Costa Rica.
Arthur Boka (L) of Ivory Coast in action with Dimitrios Salpingidis of Greece during the FIFA World Cup 2
Fuente de la imagen: EFE
2-Grecia: Karnezis (Glykos Min.24); Maniatis, Manolas, Samaras, Kone (Samaris, Min.13); Karagounis (Gekas, Min.77), Salpingidis, Torosidis, Lazaros, Sokratis y Cholevas.
1-Costa de Marfil: Barry; Boka, K Toure, Kalou, Tiote (Bony Min.70); Gervinho, Drogba (Diomande Min.79), Aurier, Yaya Toure, Serey y Bamba.
Goles: 1-0 Cholevas Min.44; 1-1 Bony Min 73; 2-1 Samaras Min 90+2
Árbitro: Carlos Vera (Ecuador) Amonestó a Drogba Min.35; Kalou, Min. 63
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada del grupo C en el Estadio Arena Castelao de Fortaleza. Lleno.
En un partido en el que ni el griego más optimista pagaba un euro por su selección, los marfileños se veían en octavos de final con los ojos cerrados. Dependían de sí mismos para poder pasar esa barrera infranqueable para los elefantes. Y lo tuvieron, pero el fútbol a veces es justo y puso a los helenos en la siguiente fase.
El guión de la película, además no podía ser más aterrador para Grecia. En apenas 30 minutos dos sustituciones forzadas, como en el segundo partido. Como si se tratase de una epidemia de siglos pretéritos en la antigua Grecia, los jugadores helenos van cayendo como chinches. Contra Costa de Marfil le tocó a Karnezis y a Kone, que dejaría su hueco a uno de los grandes protagonistas del partido, Samaris.
Con esos dos cambios en los primeros minutos, Grecia poseído por el espíritu guerrero que tiene en su alma, fue a por el gol como un hombre soltero desesperado en la barra de una discoteca en pleno sábado a las 6 de la mañana. Salpingidis era una pesadilla para Kolo y Bamba y el siempre voluntarioso Samaras ofrecía grandes opciones en ataque.
Con Drogba y Gervinho a pensar en las playas brasileñas, Grecia vivía en las medianías de la meta de Barry, ese portero que nunca se sabrá si salta porque es necesario o porque quiere tener una colección de fotos bonitas de este Mundial.
Antes del gol, Grecia avisó a Costa de Marfil con un trallazo al palo. Cholevas salió de la madriguera para dejar tirtitando la portería de Barry, que en esa jugada pensó que lo mejor era mirar la bonita trayectoria del esférico.
Entonces, el joven Samaris decidió que como broma, las ocasiones erradas estaban bien, y aprovechó un regalo de Tiote para hacer el gol.
Samaras eleva la locura
En la reanudación, Grecia no se defendió ni mucho menos. Como si de una guerra se tratase cogió todas las lanzas, espadas y caballería y se fue a por el segundo gol…pero se topó con la mala suerte de los palos.
Con el 1-0 y con una Costa de Marfil a la deriva Karagounis se sacó un zurriagazo con destino a la madera. Era el presagio a lo aque iba a pasar. Por cierto, a Barry se le debió quedar clavado un taco porque también decidió no saltar.
Y con la mente puesta en octavos, mazazo. Costa de Marfil de la nada se encontró el empate. Bony, que había entrado por un inoperante Tiote, fusiló en el a´rea grande a pase de Gervinho. Sin hacer nada, de nada se iban a clasificar a octavos.
Con el 1-1, a Grecia le daba lo mismo morir con una flecha en el pecho que con siete. Sin escudo se fue a por el partido y se topó de nuevo con los palos. Torosidis volvió a pinchar en hueso.
Pero los dioses del Monte Olimpo, hasta el momento de vacaciones, decidieron echar una mano a los guerreros que se han levantado una y mil veces en este Mundial. En el minuto 93, Samaras cayó dentro del área tras un penalti indiscutible.
El jugador del Celtic, feo fuerte y formal, agarró el esférico con toda las ganas del mundo. A pesar de la cara de miedo y de fallo que tenía antes de empezar la carrerilla, lo anotó con seguridad y maestría. Este jugador no encandila, pero a los más puristas, enamora.
El resto, sobran las palabras. Locura, gritos, llantos… lo que es un Mundial, y unos octavos. Primeros para ser exactos en la historia griega.
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