Se puede ganar un Mundial pasando como segunda: los tres antecedentes históricos que deben inspirar a España

La última vez que España fue segunda de grupo en un Mundial fue en Estados Unidos 1994 tras Alemania. La selección entrenada por Javier Clemente empató en el partido inaugural ante Corea del Sur, sumó un punto ante los germanos y ganó con solvencia a Bolivia para acabar subcampeona del Grupo C. En octavos Suiza no fue rival y en cuartos ya es de sobra conocida la dolorosa eliminación ante Italia con el fallo de Julio Salinas y el codazo de Tasotti al hoy seleccionador nacional, Luis Enrique.

En los siguientes Mundiales España o ha sido primera o se ha ido prematuramente a casa en fase de grupos, como en Francia 1998 o Brasil 2014. En Corea-Japón 2002, Alemania 2006 y Sudáfrica 2010 La Roja lideró su respectivo grupo, igual que en Rusia 2018, empatada a puntos con Portugal pero con mejor diferencia de goles, por sólo un tanto.

En Qatar 2022 España ha sido segunda de grupo, pero no debe cundir ningún tipo de desanimo ni alarmismo. En primer lugar porque pese a lo doloroso que fue perder contra Japón y navegar por el Mundial de más a menos, la Selección va por el lado aparentemente más sencillo del cuadro hacia semifinales, logrando haber evitado a Brasil o Argentina.

Lo otro bueno de haber sido segundos de grupo es mirar un poco hacia la historia de los Mundiales y ver cómo Alemania Federal en 1974, Argentina en 1978 e Italia en 1982, acabaron segundas de sus grupos y, después, se llevaron la Copa del Mundo a casa.

Italia sólo sumó 3 puntos en el Grupo 1 del Mundial de Naranjito y a punto estuvo de irse a casa antes de hora sumando únicamente 3 puntos, empatada con Camerún. Los transalpinos empataron contra Polonia, Perú y Camerún, sin ganar ni un solo partido en esa primera fase.

El formato de competición era diferente entonces y lograron acceder como mejor segunda a una segunda liguilla compuesta por grupos de tres equipos. Ahí acabaron por delante de Brasil y Argentina para ir volando a semifinales y a la gran final que ganaron a la República Federal Alemana en el Santiago Bernabéu.

La primera fase del Mundial de Argentina 1978 no se le dio del todo bien a la selección anfitriona, pese a ganar sus dos primeros partidos frente a Hungría y Francia, respectivamente. Cayeron por la mínima ante Italia en la tercera jornada y fueron los transalpinos los que lograron una mejor clasificación para la siguiente fase, donde entonces Kempes y compañía lideraron un grupo donde también estaba presente Brasil para acabar siendo campeones ante Holanda.

El Mundial celebrado en la República Federal Alemana se inició para el anfitrión con un partido contra sus vecinos de la República Democrática de Alemania, donde ganaron los del Este en un histórico partido.

A partir de ahí, los Beckenbauer y compañía se rehicieron para ser segundos de ese grupo inicial y, esta vez sí, ganar sus tres partidos del segundo grupo ante Yugoslovia, Suecia y Polonia, respectivamente.

Esta mirada a la historia enseña que no por ser segundos de grupo no se puede cosechar el mayor éxito en un Mundial, donde se trata de ir de menos a más sin mirar esa clasificación ni cómo se ha gestado. Tres precedentes históricos para que España se convenza de que siendo segundos, también se puede ser campeona del mundo. Incluso se puede llegar a una final acabando el grupo en tercer lugar, como le sucedió a la Argentina de Maradona en Italia 1990, clasificada para las eliminatorias por ser la mejor tercera.

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