¿Qué pasó con... Mazinho?

Thiago Alcántara triunfa en el Bayern de Múnich de Pep Guardiola, siendo una referencia en el centro del campo del conjunto bávaro y uno de los principales protagonistas en la Bundesliga del año pasado. Rafinha, por su parte, llegó a su casa, el FC Barcelona, tras una temporada de enjundia en el Celta de Vigo de Luis Enrique, quien avaló su vuelta al club blaugrana en la presente. Ambos deben sus trayectorias, en parte, a la figura de su padre, una estrella en los años 90.

Iomar do Nascimento, también conocido como Mazinho, fue un reconocido centrocampista brasileño de buen toque de balón y bastante recorrido en la medular. Sus inicios comienzan en Vasco de Gama, donde coincidió con Donato, Romario o Bebeto como jugadores más relevantes. En el 'Vascao', logró ganar el Brasileirao, al igual que haría años después en Fluminense con Wanderlei Luxemburgo.

En 1990 dio el salto a Italia tras destacar en la Copa América de Brasil de 1989, donde consiguió el cetro continental. Comenzó en el Lecce, entrenado por Zbigniew Boniek y coincidiendo con jugadores como Antonio Conte en la medular del campo. Allí cambió su posición del lateral derecho al mediocentro. El equipo descendió y el brasileño fue vendido a la Fiorentina, donde no tuvo mayor trascendencia a pesar de ser un fichaje avalado por Lazaroni, un técnico habitual en su trayectoria.

El punto de inflexión en su carrera fue la Copa del Mundo de 1994. El centrocampista formó centro del campo con Dunga, Mauro Silva y Zinho, una medular tachada de defensiva ante la creatividad que tenía el ataque. Lograron el cetro dorado ante Italia en los penaltis, pero una de las imágenes más recordadas sería aquella celebración con Bebeto y Romario.

Después del éxito, confirmaría su llegada al Valencia de la mano de Parreira, seleccionador del Brasil campeón. Sin mayor trascendencia en el conjunto ché, a palabras del propio exjugador, su mejor etapa la pasó en el Celta de Vigo, recordado por meter al equipo vigués en Europa y por su vínculo con la afición celeste. Una lesión de rodilla precipitó su retirada en el Vitoria, tras pasar antes por Elche.

Tras un escueto paso por los banquillos entrenando al Aris de Salónica, su vida laboral está destinada al confort de sus hijos, concretamente siendo representante de Thiago y de Rafinha. En más de una entrevista, aseguró que verlos jugar al fútbol le ayudó a sobrellevar su salida de los terrenos de juego.

Desde Barcelona, Mazinho se encarga de llevar todo lo pertinente a lo futbolístico, sobre todo por en razones contractuales y también publicitarias. Por el momento, solo trabaja con la representación de Thiago y Rafinha, aunque valora la opción de representar a más jugadores.