¿Qué ha cambiado de la histórica Selección de Del Bosque a la actual?

Del fútbol de control a la verticalidad, del famoso ‘tiki-taka’ a las contras rápidas, de un conjunto de contrastadas estrellas a uno de jóvenes promesas. La selección española ha variado mucho desde que aquel equipo de ensueño y leyenda consiguiera hacerse con dos Eurocopas y un Mundial. Ya no son Villa y Torres los que asustan a los zagueros rivales, lo son Ansu Fati y Oyarzabal, la magia ya no la ponen Xavi e Iniesta, lo hace Thiago. Solo dos piezas clave de aquella histórica generación siguen manteniendo su rol: Sergio Ramos y Sergio Busquets.

Si algo caracteriza a la actual selección española es la meritocracia, y eso es algo que viene implícito con el actual seleccionador. Luis Enrique ya ha aclarado varias veces que no se ‘casa’ con nadie y que llamara a los que mejor vea en ese momento independientemente de su nombre o jerarquía.

Esta nueva filosofía, que no reinaba en épocas pasadas, ha fomentado que veamos muchas caras nuevas en el combinado español en muy poco tiempo. Desde Eric García o Pau Torres a José Campaña, Mikel Merino, Ansu Fati o Adama Traoré.

A falta de tener consagrados jugadores internacionales como en antaño, Luis Enrique está apostando por componer un combinado donde jóvenes jugadores que están sobresaliendo en sus respectivos equipos y que, poco a poco, evidencian que pueden llegar a ser esas indiscutibles piezas que ahora mismo aún no han alcanzado a ser.

Para este paso también es fundamental que estas futuras y no tan lejanas estrellas tengan a un técnico como el gijonés, que les fomente, apoye y reprima cuando sea necesario.

Los estilos de juego dependen en gran medida del seleccionador y de las piezas con las que cuenten. Sin embargo, el modelo de Luis Enrique ha fulminado de un plumazo ese fútbol control guardiolesco que caracterizaba a la España de Del Bosque y Julen Lopetegui.

Dejando de lado aquella generación, en la que Iniesta y Xavi trasladaban la exitosa fórmula culé a la sala de máquinas de la ‘roja’, el estilo del dominio de la posesión y el control se extendió a posteriori con jugadores como Isco o Thiago.

Sin embargo, el seleccionador asturiano ha apostado por un estilo de juego mucho más directo en el que jugadores rápidos como Adama Traoré o Ansu Fati pueden lucir mucho más. Esto no quiere decir que se renuncie a la calidad, en la sala de máquinas el talento lo ponen Thiago, que no ha podido estar en esta convocatoria por su positivo por covid-19, Ceballos o Canales, pero sí es cierto que la velocidad de juego y la verticalidad ofensiva es algo que no acostumbra la antigua selección española.

Si queda algún resquicio de la gloriosa época pasada en la actual Selección, esos son Sergio Ramos y Sergio Busquets. El capitán de España, a sus 34 años, sigue siendo el líder de la zaga y del equipo, lo que le convierte en una pieza absolutamente indiscutible en el esquema de Luis Enrique.

Algo similar ocurre con Sergio Busquets. A pesar de que no atraviesa su mejor momento con el Barcelona, aporta un valor en la medular que va más allá de edades o momentos de forma.

Además, ambos son jugadores que han ganado absolutamente todo tanto en sus respectivos equipos como en la Selección, por lo que son un ejemplo para que sus compañeros más jóvenes aprendan de compartir vestuario con dos absolutas instituciones futbolísticas españolas.

La selección española ha pasado de ser uno de los mejores equipos de la historia del fútbol a un ambicioso y prometedor proyecto en el que predomina la juventud y el desparpajo de unos jugadores que están llamados a tumbar la puerta del fútbol mundial en unos años, la meritocracia de su entrenador y dos pilares fundamentales como son Sergio Ramos y Sergio Busquets que facilitan la adpatación y transición a las nuevas generaciones.