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SheBelieves Cup, el torneo que nos hace creer por fin en la España de Vilda

David Orenes

Publicado 13/03/2020 a las 22:06 GMT

Tuvieron que pasar casi cinco años para ver el primer gran triunfo de la Selección española en la era Vilda. No ha sido fácil el proceso hasta derrotar a una potencia como Inglaterra. Han llovido críticas, hemos visto grandes pasos hacia adelante pero también decepciones y situaciones difíciles. Esta victoria debe servir, sin duda, como impulso y confirmación del crecimiento experimentado.

España, SheBelieves Cup

Fuente de la imagen: Getty Images

“La verdad es que ya teníamos ganas de ganar a Inglaterra. Además a una Inglaterra que está bien trabajada, bien entrenada. Tiene jugadoras de grandísima calidad”, presumió el técnico español, a pesar de que las pupilas de Neville han caído en siete de los 11 últimos enfrentamientos. No hay que olvidar que fueron semifinalistas en el último Mundial y que serán las anfitrionas de la próxima Eurocopa.
Llevaba la Roja sin ganar a Inglaterra desde 2013, un triunfo histórico todavía con Ignacio Quereda como técnico en el debut de la Eurocopa, gracias a un gol de una jovencísima Alexia Putellas en el 93’, la misma que selló el triunfo en la SheBelieves Cup y se marchó con el MVP bajo el brazo. Ha sido en este torneo, más que en ningún otro, donde España ha demostrado que puede y debe estar a la altura de las mejores selecciones del mundo. Por primera vez, vemos en este equipo la capacidad de adaptarse a cualquier situación, de crear peligro, controlar los partidos y asestar golpes severos a sus rivales.
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Alexia Putellas anota el gol en la Eurocopa de Suecia

Fuente de la imagen: Getty Images

Lo vimos contra Japón, de la mano de una Lucía García (qué futuro) que reventó el encuentro con dos golazos saliendo desde el banquillo. Y lo vimos sobre todo ante Estados Unidos, que contexto aparte (sin excesivo rodaje por falta de competición), supuso el subidón de positivismo necesario para el equipo de Jorge Vilda, que volvió a perder (por tercera vez en poco más de un año) pero estuvo más cerca que nunca de firmar un empate histórico, en el primer enfrentamiento en tierras norteamericanas. Solo una falta lateral en el 87’ les privó de un éxito mayor. Los elogios fueron numerosos, sobre todo de las estrellas yankees, que ven un equipo en desarrollo que pronto luchará por títulos.
“En la Copa del Mundo fue muy similar, ya que era muy incómodo porque estamos acostumbradas a tener el balón, a establecer el juego, y contra España a veces sucede lo contrario. Ellas son las que nos sacan del partido", explicó la defensa Becky Sauerbrunn. “Su control sobre el balón y sobre el juego es realmente impresionante", dijo (palabras mayores) la Balón de Oro Megan Rapinoe. La prensa de uno y otro lado del charco fueron por la misma línea.
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España-Estados Unidos

Fuente de la imagen: Getty Images

Ha crecido mucho España desde la llegada de Jorge Vilda, que no ha tenido siempre el apoyo y la aceptación que recibe ahora. El técnico madrileño, hijo de Ángel Vilda (quien fuera preparador físico de Johan Cruyff en el Barça), parecía entonces el sustituto perfecto de Quereda por su experiencia en categorías inferiores (donde acumuló medallas y podios) y la necesidad de una renovación en el vestuario y en las condiciones de las futbolistas. Tras una clasificación inmaculada hacia la Eurocopa, sorprendió en 2017 cuando dejó en casa a las dos mejores jugadoras del país: Verónica Boquete (entonces titular en un PSG que aspiraba a llegar muy lejos en Champions) y Sonia Bermúdez, quien capitaneó una liga histórica para el Atlético con una superioridad individual que recordaba a la de Messi en el Barcelona.
A Vilda le cayó la de pulpo, y con razón. Para colmo, la actuación en Países Bajos fue decepcionante, con una sola victoria (la del debut) y ni un solo gol en los tres partidos siguientes. España cayó ante una asequible Austria en la tanda de penaltis, tras 120 minutos donde apenas fabricó oportunidades de gol. El discurso de Jorge no cambió, si bien reconoció una falta de profundidad que debía solucionarse para el Mundial de Francia. Dos años después parecía haberlo conseguido ante los rivales más débiles, pero no frente a las grandes potencias, con nuevos amistosos que demostraron competitividad sin creatividad ni pólvora.
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Lucía García anota dos goles en el España-Japón

Fuente de la imagen: Getty Images

Sin embargo, cuando llegó la cita, y pese a dejar en Madrid a la MVP del Atlético Ángela Sosa, el seleccionador español comenzó a asumir riesgos. Enamorado del juego de toque y de la sobriedad defensiva, encontró en los jóvenes talentos que curtió en las categorías inferiores la frescura necesaria en los metros finales. Así fue en la fase de grupos, con Nahikari y Lucía García como grandes revelaciones escoltando a una Jennifer Hermoso muy por encima del resto. España firmó 20 minutos colosales ante Alemania, y 70 muy aceptables pese a la derrota. Algo parecido pasó ante Estados Unidos, cuando la mayoría vaticinaba una goleada visto el martillo pilón americano.
Desde entonces, pese a aquella eliminación, vemos a este equipo con otros ojos. Ya no es inexperto y es capaz de quitarle el balón a la campeona del mundo o derrotar a Inglaterra. Tiene futbolistas de primer nivel, pese a que compiten la mayoría en un torneo que se les queda pequeño. Su talento joven va abriéndose paso, pues reúnen la experiencia de los éxitos con la sub-17, la sub-19 y la sub-20 además de la velocidad y el desparpajo que les brinda su edad, dejando fuera a viejas glorias como Amanda Sampedro o Vicky Losada. Esta España de Jorge Vilda, cada vez más hecha, más competitiva y más vertical (por fin) va acumulando requisitos vitales para alcanzar un sueño siempre perseguido: tocar el cielo con los dedos.
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