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La final de los puños

Eurosport
PorEurosport

Publicado 13/05/2009 a las 08:00 GMT

Corría el 5 de mayo del año 1984. El Athletic Club era dueño y señor del fútbol español. Antes de jugar esta final de Copa se había proclamado por segundo año consecutivo campeón de Liga. Del otro lado estaba el Barça de Schuster, Maradona, Lobo Carrasco y César Menotti.

Físico contra individualidades. El partido fue un calco de esta simple comparación. Los bilbaínos pronto empezaron a lanzar balones al área de Urruti y a anticiparse a cualquier intento de mover el balón del Barça. Así llegó el único gol. Un centro desde la izquierda lo aprovechó Endika para bajarla con el pecho, pisar área y batir por bajo al mítico portero blaugrana. El resto fue un quiero y no puedo del Barça ante un equipo demasiado férreo.
Había muchas rencillas sobre el campo. Todos sabían que la final iba a ser bronca. Meses antes Goicoetxea cazó a Maradona y le partió el tobillo. El entonces joven argentino no olvidó y tenía entre ceja y ceja tomarse algún tipo de venganza. Otro joven, pero alemán y con una imponente melena rubia era la otra estrella culé. A éste hacía falta calentarle poco. Los de Clemente le buscaron, forzaron su amarilla tras una dura entrada en el centro del campo y acabó respondiendo a la grada bilbaína devolviendo con saña una botella que cayó al césped.
Y es que las tribunas y los fondos del Bernabéu eran totalmente rojiblancos. Una nube de ikurriñas y banderas rojas y blancas cubría este escenario. El ambiente y esas enseñas estaban bastante agitadas y sólo hizo falta el pitido final de Franco Martínez para que las gradas estallaran y los jugadores hicieran lo propio, pero no de alegría precisamente.
El 'Chato' Núñez y Maradona empezaron a intercambiarse insultos, y éstos dieron paso a las agresiones. Sola, un suplente del Athletic se acercó a la nube de empujones y patadas y recibió un rodillazo del que es considerado Dios en el fútbol. Quedó tendido inconsciente en el suelo. Clos y 'Tarzán' Migueli también empezaron a repartir, Sarabia y De Andrés tampoco se cortaron con las patadas. La lucha y el esperpento continuaron varios minutos y la imagen de Dani, capitán bilbaíno, levantando la Copa se quedó en una imagen furtiva.
Maradona fue el más salpicado en todo este asunto, incluso ronda la leyenda, nunca confirmada ni desmentida, de que una vez en vestuarios el argentino dijo "todos los vascos son unos hijos de puta" y Alesanco, vasco pero jugador del Barça, se levantó a darle un tortazo. Incluso 'Goiko' le acusó de fingir los cortes en su pierna tras el partido.
Las sanciones quedaron en meras anécdotas, según toda la prensa de la época. Además Clemente amenazó con no dejar a sus jóvenes valores vestir la camiseta de la selección española si eran muchos los partidos que iban a caer de sanción. El acta del partido no reflejó nombres ni apellidos en las agresiones, así que sólo quedaron en tres meses de inhabilitación contando desde ese día.
Maradona se fue del Barça y no cumplió su amenaza de ir a jugar "cuando fuera preciso" a San Mamés. El Athletic levantó su último título y, afortunadamente, no se han vuelto a producir unas escenas tan lamentables en nuestro fútbol.
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