Polémica en la celebración

Minutos antes de que Pablo Sarabia levantase al cielo de Rumanía el título de campeón de Europa, se vivió en el estadio de la Concordia de Chiajna una imagen poco habitual. El seleccionador, Ginés Meléndez, se acercó al centrocampista Juan Muñiz, que portaba una bandera de Asturias y se la retiró cuando el grupo se preparaba para hacer el pasillo al trío arbitral y a los rivales.

En los últimos años, en los que las diferentes selecciones nacionales han cosechado infinidad de títulos, ha sido habitual ver a los deportistas celebrar la victoria con las diferentes banderas de sus respectivas comunidades autónomas. Son los casos de Villa o Mata, también con la asturiana, Pedro con la canaria, los futbolistas del Barcelona con la catalana, Sergio Ramos con la andaluza o, más recientemente, Iker Muniain con la ikurriña vasca tras ganar el Europeo Sub21.

El hecho es que, tras el pitido final del colegiado, no hubo ninguna bandera de ninguna comunidad autónoma hasta que Muñiz se enfundase la Cruz de la Victoria. El resto de miembros del equipo celebraban el triunfo sin banderas o con la rojigualda de España.

Esta costumbre había provocado más de un debate en la calle en el que partidarios y detractores intercambiaban opiniones, pero nunca había ido más allá. El gesto del seleccionador ha sido criticado por la contundencia con la que arrebató la bandera al centrocampista del Sporting de Gijón, quien quitó hierro al asunto tras el partido indicando que "no le di importancia. Tras el partido nos dimos un gran abrazo por la victoria".

De hecho, Twitter se hizo eco de lo sucedido entre Meléndez y Muñiz y pronto se creó un hashtag denominado #GinesFacts en el que se ironizaba lo sucedido y el posible origen de la fobia del seleccionador a la bandera asturiana.

A la llegada de los campeones a España, el seleccionador, que abandonará este puesto para hacerse cargo de la coordinación de las diferentes selecciones, se quiso defender de las acusaciones y se mostró favorable de evitar polémicas.

"No voy a entrar en polémicas, sólo son normas de la Federación", así de rotundo se mostró el técnico al ser preguntado por el conocido incidente, que, según él, forma parte de las directrices establecidas desde dentro de la propia Federación Española de Fútbol.