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Opinión | Los jueves de Luis Villarejo: Ferran, Gavi y el día después

Luis Villarejo

Actualizado 07/10/2021 a las 16:05 GMT

La FIFA, con Gianni Infantino al frente, quiere acabar con la proliferación de todos aquellos que esquilman clubes y jugadores en la última década, con una elegancia pasmosa. Licenciados del sablazo que huelen el miedo de ejecutivos ávidos de fichar para salvar su puesto. Un puñado de denominados agentes estrella, que inexplicablemente, de repente, quieren ganar más que sus propios representados.

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El mundo al revés. Infantino pide transparencia. Quiere protección para clubes y futbolistas. Y censura con firmeza la opacidad imperante en los traspasos.

Es urgente rehabilitar la figura profesional del agente de toda la vida, el hombre de fútbol de siempre, el intermediario honesto que vivía con su 5 o 10 por ciento máximo de comisión, la tarifa plana del mundo del fútbol. Tarifa ya suculenta con ese porcentaje.

Los datos son demoledores. Las comisiones de los agentes pasaron de los 131,1 millones de dólares en 2011 a los 640,5 en 2019. Por tanto, no extraña la exposición del nuevo CEO del Barça, Ferran Reverter quien apunta ya que las comisiones del siglo XXI de intermediarios no habituales caminaron ya entre el 20 y el 33 por ciento de las cifras globales.

La FIFA va a poner orden muy pronto. Las cifras son escalofriantes. Y va a aplicar un sistema regulado y transparente para los agentes. Impondrá una comisión máxima de un 10 por ciento. Además de garantizar que el dinero en concepto de solidaridad y compensación a los clubes formadores aumente como corresponde.

El fútbol español siempre tuvo agentes ordenados. Gente seria, en su mayoría. Alberto Toldrá, uno de los pioneros, referencia del sector y de los más más afamados en la década de los años 90, llamaba con humor a este oficio ‘el palitroque’.

Él, en su momento, junto a otro hombre inteligente como Ginés Carvajal, llevaron las exitosas carreras profesionales de futbolistas como Raúl, Cañizares, Albelda, Mendieta, Urzaiz... con un feedback de ida y vuelta sensato, profesional y humano.

Era entonces normal incluso que los agentes no exigieran dinero al futbolista por llevar sus asuntos, sino que facturaban por supuesto sus futuros traspasos. Pero de repente, ha irrumpido una generación de paracaidistas que juegan a su vez con un puñado de futbolistas extraños que les han dado un poder ilimitado y que están dispuestos a ceder su patrimonio por elegir el club de sus vidas.

Este miércoles hemos visto a Donnarumma ser pitado en San Siro jugando con la selección italiana frente a España. Silbado por su público, en su casa. El pasado verano dejó el AC Milan, el club que le vio crecer, y se fue gratis al PSG. Imperdonable para el público del Milan. Inolvidable su falta de lealtad según los italianos. Raiola, su agente, según publicó Calciomercato, pidió 20 millones de euros de comisión por la renovación de su jugador. No todo vale en el paisaje del fútbol. Donnarumma tendrá todo el dinero del mundo en el banco, pero jamás podrá olvidar la noche de pitos de su país. Seguro que lo ocurrido le invita al menos a la reflexión.

Este sistema perverso y diabólico, como todo en la vida, puede cambiar de un día para otro. De Bruyne ha dado el primer paso. Ha cambiado el mapa. Y se ha permitido el lujo de renovar con el Manchester City sin apelar a un intermediario de nueva ola. Con sus números de Big Data él sólo ha convencido al City de su alto rendimiento y ha conseguido ser el futbolista mejor pagado del club y de la Premier con cerca de 24 millones de euros anuales.

Los intermediarios top, ahora tendrán un control. La FIFA tutelará las transacciones económicas y ayudará a los clubes a no ser explotados. El asilvestrado mundo del fútbol necesita orden. La pandemia ha dejado tocado el sistema, los salarios son exorbitados y alguien, con autoridad, debía poner coto a una inflación exponencial, absurda y arbitraria, en un mar de tiburones. Vuelve el 5 o el 10 por ciento, de comisión máxima que tampoco está mal.

En el día después del gran triunfo de España ante Italia en la Nations Cup, con Ferrán y Gavi pletóricos, ambos coinciden en un denominador común. Sus respectivos agentes son españoles. Héctor Peris guía el camino de Ferrán Torres e Iván De la Peña vigila el devenir de Gavi, el niño futbolista. Héctor e Iván manejan los asuntos de dos joyas y con sentido común, y sin estridencias, llevarán con seriedad el camino de dos trayectorias que merecen mucho la pena. Luis Enrique vio la jugada, apostó por una dupla que junto a Yeremi y a Bryan Gil dan rigor y energía a una selección que no tiene miedo a nadie.
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