Los jueves de Luis Villarejo: Xavi, al rescate

Del portero, Dimitrievski (1,5) al Tigre Falcao (2,5), pasando por Saveljich (600.000) Isi Palazón (1,5) y el maestro Oscar Trejo (800.000), el Rayo es el club más rentable de Europa en alto rendimiento. Sólo el salario de Coutinho ya es superior a esa cifra global de todo el Rayo. Por eso no hay nadie que pueda con el fútbol.

El fútbol es atractivo y seductor precisamente porque no entiende de ricos ni de pobres. Vallecas siempre vio a su equipo con orgullo de ser el aguafiestas de los grandes. Fue matagigantes en el año 78, época donde Chus Landáburu aprovechaba su efecto desde el córner para marcar goles olímpicos como rosquillas. Era el Rayo de Mora, Anero, Uceda, Tanco y Rocamora. Una alineación que recitaban de memoria los niños que se bajaban en el metro de Portazgo los domingos por la mañana y compraban sus entradas por 50 pesetas. Era asequible así poder ver en directo a Johan Cruyff en Madrid.

El Rayo del siglo XXI es un festival con Andoni Iraola al frente. Iraola es de esos entrenadores cuyos equipos se ve que son diferentes con sólo ver su actitud. Presión alta y robar balones como hizo Oscar Trejo a Busquets, buscando el pase interior a Falcao, la gran receta del Rayo que saca petróleo así todas las semanas.

Iraola es un tipo futbolero de verdad. Muy futbolero. Hay una foto hermosa que se guarda en San Mamés. Fue el día que visitó Raúl con el Schalke 04 el estadio del Athletic. Iraola subió la grada del antiguo San Mamés para acompañar a Raúl a depositar un ramo de flores en el famoso busto de Pichichi, que ahora por cierto está a la entrada del túnel de vestuarios del estadio nuevo. Es una tradición histórica que conserva el Athletic. Flores para Pichichi de aquellos clubes que juegan por primera vez en San Mamés. Era la primera visita del Schalke. Puro fútbol. Y ahí estaba Iraola, frotándose con los aficionados en la grada de forma natural, al lado de Raúl.

Iraola se fue luego a Nueva York a jugar con David Villa en el City. Quería probar nuevas aventuras antes de sentarse en un banquillo. Y tras su etapa en el Mirandés, el Rayo ha acertado con un entrenador que propone fútbol divertido y al que han regalado este año el caramelo de Radamel Falcao. El Tigre no pudo nunca ganar al FC Barcelona con el Atlético de Madrid y ahora con su gol ayer mandó a la lona a un equipo en formación, que se muestra como un flan a la hora de definir con futbolistas jóvenes, muy buenos, pero que aún no son decisivos. Debutar de juvenil es una cosa, ser determinante, otra bien diferente.

Ronald Koeman fue un valiente. A pecho descubierto puso a niños futbolistas en el campo con Gavi y Nico al frente, que enseguida ya son internacionales con la absoluta y la sub ‘21. Koeman fue víctima estos días de meneos execrables cuando abandonaba conduciendo su coche a la salida del Camp Nou. Cafres sin memoria, que no respetan a ídolos como Koeman que hicieron felices a sus padres. Ronald Koeman siempre estuvo solo. Es muy difícil trabajar en esas condiciones, sabiendo que tu oficio no tiene hoja de ruta.

¿Y ahora qué?. Los focos apuntan a Xavi, que es feliz en Qatar. He podido ver trabajar a Xavi en Doha y nunca le vi tan contento. Ha podido trabajar en su equipo de trabajo con su familia, con su hermano, su gente de confianza. Y ha aprovechado para crecer en metodología, la gran asignatura que expande la Aspire Academy, que comenzó a crecer con Roberto Olabe, ahora artífice del éxito de la Real Sociedad.

Xavi no quiso dar el paso la primera vez. El tren no suele pasar dos veces para este tipo de cargos. El sabe que es un privilegiado. El Barça llama a su puerta por segunda vez. Es su hora. El FC Barcelona se equivocaría con un entrenador de transición.

Necesita jerarquía y credibilidad con urgencia. Xavi le dará seguro ese plus de liderazgo. Joan Laporta sabe que no puede confiar en más interinos. Xavi Hernández creció con las ideas de Johan Cruyff, el aura de Pep Guardiola y el juego de posición. Pero en su libreto, en su hoja de ruta, Xavi bebió de otras fuentes, entre ellas las de su admirado Luis Aragonés.

Se viene una nueva generación, que dirían los argentinos. Un grupo de entrenadores jóvenes que van a asaltar los clubes de LaLiga. Xavi abrirá el camino.