2018: El año que puede marcar el futuro del deporte ecuestre

El pasado mes de enero, el 2018 prometía ser un gran año deportivo. La disputa de unos Juegos Ecuestres siempre marca la planificación deportiva de los jinetes de todas las disciplinas. El honor de participar en ellos, e incluso de ganarlos, es perfectamente equiparable a lo que representa ganar una Olimpiada. Por desgracia, se dieron una clase de acontecimientos y situaciones en Tryon que han marcado estos Juegos como los peores de la historia. Ya antes de comenzar, las dudas sobrevolaban a unos organizadores que aceptaron acoger el evento con muy poco tiempo para lo que representa un campeonato de tal envergadura. Efectivamente, llegada la fecha de comienzo faltaban muchos aspectos por pulir y los atletas dieron buena cuenta de ello. Por si fuera poco, a los fallos de organización se sumó la presencia del huracán Florence. Tal era la preocupación por que pudiera pasar por Tryon que varios atletas optaron por no acudir a los Juegos.

Ante tanta duda, solo cabía esperar que desde el primer día todo marchase correctamente para ir disipando la negatividad que cargaba el ambiento. Nada más lejos de la realidad. La competición de raid, que inauguraba los Juegos, acabó siendo un auténtico drama. Para empezar, los participantes no pudieron reconocer el terreno antes de la carrera y eso derivó en que un gran grupo de jinetes se equivocó de camino en el primer bucle. Como consecuencia tuvo que ser suspendido. Una vez retomada la carrera, la proximidad de una fuerte tormenta incrementó la humedad y temperatura del ambiente forzando la cancelación total de la prueba. El recuerdo que quedará será que cincuenta y tres caballos tuvieron que ser ingresados en una clínica por problemas de metabolismo, causados por el clima, y que uno de ellos tuvo que ser sacrificado. Tales acontecimientos han acabado derivando en la creación de un comité especial para investigar los hechos y numerosas dimisiones y despidos en la disciplina.

En doma la gran protagonista fue la alemana Isabell Werth que lo ganó todo con su Bella Rose 2, que volvía a la competición tras cuatro años lesionada. Pero una vez más las inclemencias meteorológicas tomaron protagonismo y obligaron a cancelar la Kuhr del último día. Otra disciplina que se quedaba a medias. El resto de competiciones pudo desarrollarse con bastante normalidad. La gran protagonista fue, sin duda, la alemana Simone Blum. Montando a su fantástica DSP Alice pasó de ser una desconocida a convertirse en la segunda mujer de la historia que se hacía con el oro individual en la categoría de salto de obstáculos.

Una vez terminados los Juegos Ecuestres, la polémica eclipsó al deporte y la FEI terminó por anunciar que serían los últimos Juegos que recogieran todas las disciplinas. De momento no está muy claro que nos deparará el futuro, pero lo que sí sabemos es hemos visto el fin de una de las competiciones ecuestres más prestigiosas de la historia.

 Mientras las competiciones clásicas de la FEI se tambalean, porque el circuito Copa de Naciones aguanta, pero a duras penas, los circuitos de patrocinio privado toman cada vez más protagonismo en la escena mundial. La LGCT/GCL creada por Jan Tops acapara todo el protagonismo de la máxima competición. En 2019 contará con la friolera de veinte etapas y los Playoffs que ha estrenado este año han marcado un antes y un después. No solo ha entrado en el circuito indoor si no que las dotaciones económicas han alcanzado unas cifras que ponen al deporte ecuestre a la altura de deportes como el tenis o el golf. No es de extrañar que muchos jinetes top rechacen entrar en los equipos nacionales para concentrar sus esfuerzos en la Global Champions Tour. La gran paradoja es que Marcus Ehning, único jinete top alemán que no ha renunciado al equipo nacional, ha resultado ser el jinete que más dinero ha ingresado en 2018.

El futuro es incierto y la realidad suele superar a la ficción, pero no parece exagerado pensar que la competición ecuestre afronta años de cambios drásticos. A pesar de que muchos jinetes y demás involucrados en el deporte luchan por mantener competiciones como la Copa de Naciones Longines, las grandes fortunas del mundo están cada vez más presentes en el deporte, y al final siempre serán las que marquen el desarrollo de los acontecimientos. El 2019 va estar marcado por el inmenso alcance de la LGCT/GCL a nivel global. Veremos si la disputa del campeonato de Europa el próximo verano sirve para relanzar las competiciones de equipos nacionales o si terminar por relegarlas a un segundo plano.