LGCT Super GP: el deporte ecuestre del futuro

El 2018 ha resultado ser un año que ha marcado un punto de inflexión en el mundo del deporte ecuestre. Por desgracia, este año será recordado como el año en que tuvieron lugar los desastrosos Juegos Ecuestres Mundiales de Tryon, probablemente los últimos que veremos en ese formato, a  esto hay que añadir la incesante desvalorización del circuito Copa de Naciones. Esta histórica competición se mantiene, pero cada vez encuentra más trabas.

La otra cara de la moneda la protagoniza el circuito privado obra de Jan Tops, la LGCT/GCL. Por primera vez la Global Champions Tour se ha adentrado en el mundo de la competición indoor y el resultado no podía ser más satisfactorio. Los LGCT Playoffs de Praga han llevado a nuestro deporte a un nivel impensable no hace tantos años. Las dotaciones económicas alcanzan ya unas cifras comparables a deportes como el golf o el tenis. Este factor seguramente tuvo mucho que ver con el emocionante Super Gran Premio que pudimos ver la noche del sábado.

Los dieciséis ganadores de todos los Grandes Premios de la temporada, o siguientes clasificados si el ganador ya había logrado plaza, se enfrentaron en un Gran Premio a dos mangas contra el crono con dos recorridos distintos. La dureza de la prueba era tal, que del selecto grupo de binomios que tomaban parte, solo dos fueron capaces de completar un recorrido sin faltas.

Peder Fredricson, vigente campeón de Europa, optó por retirarse tras una primera manga en la que sumó nueve puntos y Hansson WL no parecía sentirse a gusto. Así pues, llegamos a la segunda manga con Harrie Smolders y Edwina Tops-Alexander en cero y Shane Breen con un punto. Cinco jinetes llegaban con cuatro puntos, dos con cinco, cinco con ocho y uno con nueve. Tanto Ben Maher como Lorenzo de Luca hicieron cero en la segunda vuelta, lo que les permitía mantener cierta esperanza.

Llegado el grupo en cinco puntos empezó el auténtico drama. El belga Gregory Wathelet estaba completando un magnifico cero que valía el liderato, pero Iron Man van de Padenborre se negó en rotundo a dar el último obstáculo, un imponente muro de Longines. Llegado el grupo de los cuatros la presión iba en aumento y nadie lograba sobreponerse a ella. El holandés Frank Schutter, el aspirante más joven, dio un recital de sangre fría y completó un cero sin prisa a lomos de Chianti’s Champion. Poco duró la alegría ya que el káiser, Lugder Beerbaum, volvió a demostrar que sigue estando entre los mejores. Aun perdiendo una de las cuatro riendas que llevaba durante parte del recorrido, firmó un recorrido sin faltas que ponía el estadio patas arriba.

Shane Breen, que solo había penalizado un punto, vio como Ipswich van de Wolfsakker se venía abajo y se retiró tras varios derribos. Solo quedaban dos y el primero en salir no era otro que el número uno mundial Harrie Smolders. Montando a Zinius, su tercer caballo, se vio obligado a cambiar de ritmo tras un derribo y acabó pie a tierra tras un parón. Hay que decir que el primer día ya se calló del mismo caballo por un parón en el mismo obstáculo. Edwina Tops-Alexander, la única mujer del grupo, salió a la pista dispuesta a mantener su asombrosa racha de victorias. Con un derribo a mitad de recorrido parecía que no iba a llegar en el tiempo necesario, pero la conexión que tiene con la fantástica California no deja de traducirse en triunfos.

Jan Tops no podía haber soñado con un desenlace más perfecto. No solo el primer Super GP había sido un éxito rotundo, si no que fue su mujer la que subió a lo más alto del pódium. Todo es posible y nunca sabremos qué puede pasar en los próximos años, pero es muy posible que hayamos sido testigos de una de las grandes pruebas de las temporadas que vienen.