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Santiago Deó, presidente de la RFEH, pitó tal día como hoy la final de Barcelona'92

PorEFE

Publicado 08/08/2017 a las 08:17 GMT

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Fuente de la imagen: EFE

Madrid, 8 ago (EFE).- Este martes se cumplen 25 años de la final masculina de hockey de Barcelona'92, en la que Santiago Deó, actual presidente de la Federación Española de este deporte (RFEH), actuó como árbitro en la que fue la tercera de sus cuatro finales olímpicas, en un currículum que abarca seis Juegos.
Dice que fue un partido sencillo, en el que Alemania se llevó el oro después de muchos años, al ganar a Asutralia (1-2) y que entonces, con los diez años de carrera que aún le quedaban como árbitro, no pudo imaginar que 25 años después sería el máximo responsable de la Federación Española.
"Ganó Alemania a Australia, que no ganaba la final desde Múnich 1972, pero fue un partido sin complicaciones, no hubo jugadas conflictivas ni nada. Fueron mis cuartos Juegos de seis. Estuve en Moscú'80, donde pité el partido por el bronce, en Los Ángeles'84, Seúl'88, Barcelona'92 y pité esas finales, en Atlanta'96, aunque allí me resentí de la rotura del tendón de aquiles y tuve que volver, y también en Sydney 2000 arbitré la final".
Lo cuenta con naturalidad. La naturalidad de alguien acostumbrado a vivir el deporte desde dentro. A observarlo desde muchos ángulos, con la experiencia de haber sido parte de la elite del arbitraje mundial del hockey (270 partidos) y considerado el número uno, con reconocimiento de la Federación Internacional (FHIH).
"Te acuerdas de tus primeros Juegos que fueron los de Moscú y fueron lo que fueron por el boicot. Te acuerdas de tu primera final, en Los Ángeles, y la siguiente en Seúl. Después los juegos de tu ciudad, con más responsabilidad porque estás en casa y dices a ver si voy a hacer el ridículo aquí..." comenta en declaraciones a EFE.
Además de tener grabados al detalle ciertos momentos, como cuando iba hacia el estadio para participar en la ceremonia inaugural, Deó explica que Barcelona'92 son los únicos Juegos en los que sólo pudo seguir su deporte, porque "no era fácil desplazarse desde Tarrasa a otras subsedes", aunque todo "estuvo muy bien montado".
"El día anterior vi la final de las chicas pero yo ya tenía la cabeza en lo que tenía que hacer el día siguiente. En la final femenina tuvimos mucha suerte, aquel partido, de diez veces que lo juegas lo pierdes nueve, comenta entre sonrisas al recordar la victoria de España sobre, hasta ahora el único oro olímpico de una selección femenina española.
Deó no tiene dudas sobre el punto de inflexión que supuso para el deporte español Barcelona'92 y admite que ahora echa de menos "la convivencia y la complicidad que había entonces de estar sumando todos a una"."Ese es el ejemplo y la lección que nos dieron los políticos, nadie se salió del guión, esa complicidad que había ya no existe", opina.
Detrás de esa transformación que permitió Barcelona'92, para él están el programa ADO y la figura de Carlos Ferrer Salat, presidente del Comité Olímpico Español entonces, ya fallecido, que "es el artífice".
"El programa ADO ha dado sus frutos. No hay más que ver las medallas que teníamos hasta Seúl, que tuvimos cuatro y parecía algo muy grande. En Barcelona pasamos a 22, no lo hemos repetido pero hemos estado ahí. Con la situación y el dinero que hemos tenido en Río ganamos 17. Hay un antes y un después. El ADO es fundamental, hay que potenciarlo".
Con la misma claridad y entre sonrisas Deó afirma que "si en 2007 llega a saber la crisis que se nos avecinaba" no habría optado a la presidencia de la Federación, aunque presume ilusionado de haber superado la deuda que encontró al llegar.
"Somos un deporte que tiene unas 20.000 fichas y que compite con otros que el que menos tiene son 50.000 o 60.000. Ahora hay diez países que optan a medalla. Argentina es campeón olímpico y Bélgica subcampeón. Eso era impensable. El hockey se ha extendido y es bueno, pero eso nos obliga a trabajar mucho y a invertir en nuestras categorías inferiores, tenemos muy buenos jugadores. Nos acabamos de clasificar entre los ocho mejores del mundo con 8 o 9 jugadores que no estuvieron en Río", explica.
Su diagnóstico sitúa a España "en la elite", algo que considera "un milagro", y lo define como "un equipo que da chispazos de vez en cuando, que quizá no sea un equipo para ganar, pero al que nadie se quiere enfrentar".
"Con las chicas hemos tenido ahora este resultado en la liga Mundial, con un poquito de acierto más nos habíamos metido como los chicos en la ronda final. Pero veo un grupo de 30 o 35 jugadoras que nos van a dar una alegría dentro de poco y en un mes estamos jugando la Copa de Europa. Soy más escéptico con los chicos a corto plazo que con las chicas", concluye un presidente de Federación, experto en arbitrar finales olímpicas.
Olga Martín
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