Freixa, el líder castigado

El 21 de agosto de 2008, a dos minutos de acabar la semifinal contra Australia, Santi Freixa metió a España en la final olímpica de Pekín con un penalti córner. Lo hizo después de haber mandado alto una opción anterior y con un lanzamiento al revés de como había dicho a sus compañeros que iba a tirar.

Aquel gol marcó un momento histórico del hockey español. Freixa (Terrasa, 1983) agrandó su figura, se reivindicó como un jugador determinante en aquel equipo que Maurits Hendriks moldeó para llegar a lo más alto, pero nadie imaginó que sería el último en los Juegos y que la mala suerte iba a cebarse con él.

"El gol de Santi es de Santi. Quizá les he podido enseñar el inicio, pero ahora la fuerza la tienen ellos y deciden", dijo entonces Maurtis Hendriks, orgulloso de aquel chaval que se atrevió a marcharse a Holanda, donde se juega el mejor hockey, y a compartir vestuario con grandes como Jamie Dwyer o Taeke Taekema.

Olímpico en Atenas 2004 y subcampeón en Pekín 2008, "Gugu" Freixa se quitó con aquel tanto en Pekín la amargura que le había dejado perderse el Europeo de un año antes por la rotura del menisco derecho, aunque su calvario no había hecho más que empezar. Sus lesiones, siempre en vísperas de la competición, le han llevado a pasar por el quirófano como tendrá que hacer en los próximos días para recomponer su cúbito izquierdo.

Después de romperse el menisco izquierdo en la Copa de Europa de clubes de 2007 que le impidió ir al Europeo de Manchester 2007, en agosto de 2009, en un amistoso con India previo al Europeo de Holanda, se chocó con el portero rival y se destrozó la rodilla "buena", la izquierda. Se pasó la temporada en blanco, tuvo que ver el Mundial de India 2010 por televisión, y aunque pertenecía al Amsterdam, donde jugó cuatro temporadas y volverá la próxima, se trasladó a Barcelona para recuperarse.

"Ha sido un proceso muy largo. Intenté llegar al final de la temporada pasada, no pude y aceptar mentalmente que no puedes, es duro. Cuando estás fuera ves lo que realmente te pierdes", dijo días antes de volver a competir tras el año en blanco. Londres 2012 era otra oportunidad para él. Llegó con el equipo hace una semana y al día siguiente (25), en el primer minuto del primer amistoso con Alemania un bolazo le causó una fisura en un pie. "Para Pakistán voy a estar seguro", se empeñaba Freixa, que estuvo entre algodones hasta el partido de ayer.

No fue titular. Saltó al campo después, pero al final de la primera parte los Juegos se acabaron para él. Sus gestos de dolor no presagiaban nada bueno tras chocar contra el pakistaní Muhammad Irfan y caer. Lo intentó, con más ganas que fuerza. Volvió en la segunda parte con un vendaje que sólo maquilló unos minutos su grave lesión. Freixa es peleón, pero no pudo seguir. Aun así, desde la banda y con el brazo en cabestrillo, cuestionó el uso del vídeo árbitro en contra de la selección a la que capitanea desde marzo de 2010, después del Mundial de India, y recoger el brazalete que portaron allí Pol Amat y Rodrigo Garza, con quien vivió en Holanda la bonita sensación de ser amigos y rivales.

La baja de Freixa es un mazazo para España, que pierde sin él su sonrisa, su fuerza y ese empeño de ayudar a los demás que plasma también su colaboración en el proyecto solidario "Stick for India", donde viaja todos los años en su tiempo de vacaciones.