Los dioses del Olimpo de PyeongChang (I): Los reyes de la nieve

Si hay que destacar dos figuras, en cuanto a las gestas protagonizadas, nunca vistas antes en la historia de los deportes de invierno, las auténticas reinas de PyeongChang 2018 son la noruega Marit Bjoergen en el esquí de fondo y la checa Ester Ledecka en esquí alpino y snowboard. La primera se convirtió en la más laureada de todos los tiempos con 15 metales. La segunda, por protagonizar un doblete inédito hasta la fecha en el olimpismo.

No pudo tener mejor colofón final Bjoergen, que recibir la última de sus medallas de oro, la ganada en los 30 kilómetros salida en masa femeninos, en medio de la ceremonia de clausura, con todos los ojos puestos en la esquiadora de 37 años. Era la 15ª, dos más que las conquistadas por su compatriota Ole Einar Bjorndalen, ya segundo en la lista, un hito que pasará muchos años sin ser igualado.

Para Ledecka, la empresa era complicada, casi imposible a tenor del hecho de que no se había visto nada igual hasta ahora. Su oro en supergigante (esquí alpino) y en eslalon gigante paralelo (snowboard) rompe una barrera inexplorada hasta ahora. A sus 23 años deja claro que va a ser una de las deportistas a seguir en un futuro.

En el Olimpo de los deportes de nieve tiene su sitio reservado desde hace tiempo Martin Fourcade. El biatleta francés ya suma cinco medallas de oro en su carrera, tres de ellas ganadas en PyeongChang, donde se erigió en el protagonista absoluto de la disciplina. Laura Dahlmeier hizo lo propio en categoría femenina con dos oros en dos bronces en Corea del Sur, ayudando al segundo puesto general de los alemanes en el medallero.

Regino Hernández tiene un lugar destacado en representación de la delegación española. Romper una sequía que se acercaba peligrosamente a los 26 años, bien merece un lugar entre los grandes del deporte de invierno. No llegará en número de medallas a otros nombres con su bronce en snowboard cross, pero el valor sentimental y de desahogo de la presea tendrá presencia en la historia para un país que solamente sabía lo que era disfrutar de los éxitos de la familia Fernández Ochoa.

La juventud de Johannes Klaebo, con tres oros en el esquí de fondo con solamente 21 años, o el oro en halfpipe de la estadounidense de ascendencia coreana Chloe Kim con 17 primaveras en su haber, dejan claro que serán parte del elenco de estrellas que conforme el firmamento de los deportes de nieve en temporadas venideras de camino a los Juegos Olímpicos de Pekín en 2022.

Tampoco falta el ‘tomate volador’, Shaun White, que conquistó su tercera victoria en el halfpipe masculino, tras los oros de Turín 2006 y Vancouver 2010. Todo un ejemplo de pundonor tras una caída cuatro meses antes de los Juegos que puso en duda su actuación en la gran cita olímpica, pero que no acabó con el sueño del ‘rider’ norteamericano.

Muchos nombres y otros tantos que por méritos también merecerían un aparte en el Olimpo de PyeongChang. De los deportes de hielo se hablará en un próximo serial, pero en los de nieve los Juegos Olímpicos en 2018 han brillado con luz propia en una edición que quedará en el recuerdo durante mucho tiempo.