Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

Plata de J. A. Hermida

PorEFE

Publicado 28/08/2004 a las 04:00 GMT

El español José Antonio Hermida ha ganado la medalla de plata en la prueba masculina de bicicleta de montaña de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El oro ha sido para el francés Julien Absalon y el bronce para el holandés Bart Brentjens. El francés Migu

ATENAS, 28 de agosto. - Hermida, que el martes cumplió 26 años y que venía de haber ganado con autoridad, hace un mes, el campeonato de Europa en la localidad polaca de Walbrzych, no dejó que su condición de favorito le sobrepasase. El gerundense afrontó la carrera relajado e incluso se permitió bromear instantes antes de la salida con el alemán Ludo Fumic, que tomó la iniciativa tras el pistoletazo de arranque y entró en cabeza en la primera curva. En los primeros compases de la prueba, Hermida circuló en octava posición, pero el circuito comenzó a hacer la selección natural y tras la primera vuelta pasaron en cabeza de carrera el francés Absalon y el holandés Bart Brentjens -que lograría la medalla de bronce-; con el italiano Marco Bui a dos segundos y Hermida a once.
Los cuatro de delante pronto se constituyeron en un cuarteto con el que llegaron a enlazar por momentos los otros dos franceses, Martínez -el campeón de Sydney- y Jean Christoph Peraud Tras la tercera de las siete vueltas, Martínez atacó de forma infructuosa y acto seguido Hermida lanzó un demarraje al que sólo pudo responder Absalon. Una después, con Ludo Fumic ya retirado, el francés pasó por línea de meta con tres segundos sobre Brentjens y Hermida, que en la quinta sufrió una caída que le recordó el contratiempo de Sydney hace cuatro años, cuando otro tropezón evitó que hubiese mejorado un más que meritorio cuarto puesto final. La caída supuso que Brentjens pasase a ser segundo, a 31 segundos de un Absalon que se distanciaba de sus rivales, con Hermida a un minuto y con el belga Roel Paulissen -al que el catalán temía casi tanto como al ganador- rodando cuarto, a sólo once segundos del ciclista de Puigcerdá.
Martínez 'rompió' tras la quinta vuelta y dio por concluido el intento de mantener el título de Sydney. La caída se quedó en una herida y en un susto, y, por fortuna también se convirtió en una inyección de adrenalina: Hermida superó de nuevo a Brentsens y a falta de un giro estaba a un minuto y ocho segundos de un Absalon que ya rodaba seguro hacia el triunfo y con una ventaja de seis segundos sobre el holandés; con Paulissen ya alejado, a casi un minuto. Absalon, de 23 años, cruzó la línea de meta señalando al cielo en memoria de su padre, fallecido en enero de 2001; y Hermida -a quien su amigo Iván Raña, campeón del mundo y doble campeón europeo de triatlón sirvió en los avituallamientos- no tuvo problemas para asegurar la plata. Hoy logró la décima medalla olímpica para el ciclismo español, la quinta en estos Juegos, después de las cuatro que se ganaron en la pista: las dos platas de Joan Llaneras en puntuación y de José Antonio Escuredo en keirin; el bronce en persecución individual de Sergi Escobar y la medalla de ese mismo metal que de nuevo Escobar capturó junto a Asier Maeztu, Carlos Castaño y Carles Torrent en la persecución por equipos.
En Barcelona'92, José Manuel Moreno abrió el melón al imponerse en el kilómetro contrarreloj, cuatro años antes del histórico 'doblete' en la contrarreloj en carretera de Atlanta, en la que Miguel Induráin ganó el oro y Abraham Olano la plata. Y hace cuatro años, en Sydney, España se embolsó el oro de Llaneras y el bronce de Marga Fullana, también en bicicleta de montaña. Ese día, Hermida fue cuarto y se quedó fuera de un podio que tenía al alcance. Hoy temió de nuevo por el puesto de medalla, que en esta ocasión no se le escapó, lo que le provocó un superávit de energía, aún a pesar de haberse desgastado a tope, al entrar en meta, donde su puesta en escena fue apoteósica. Amigo de otro ciclista (pero de carretera), Juan Antonio Flecha -ganador hace una semana de la clásica de Zúrich (Suiza)-, que cuando vence hace el gesto del arquero; Hermida escenificó esta vez al pistolero del lejano oeste: simuló pegarse un tiro y se dejó caer en el suelo pasada la línea de meta. Su alegría era tan grande que durante la rueda de prensa -donde fue aplaudido por los representantes de los medios de comunicación por hablar en español, francés e inglés- se le escaparon varias veces las lágrimas. Cuatro años después, en Atenas se sacó la espina de no haber capturado medalla olímpica en Sydney.
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio