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O'Sullivan: De padres...

Eurosport
PorEurosport

Actualizado 15/12/2012 a las 15:58 GMT

Tras conseguir su cuarto título de campeón del mundo de snooker en el Teatro Crucible de Sheffield pudimos ver a Ronnie O’Sullivan recogiendo el trofeo, con su hijo Ronnie Jr. en brazos en actitud muy cariñosa y cercana. Hace tan solo unos años el actual Ronnie Sr. era Ronnie Jr.

ronnie o'sullivan, crucible, 2012

Fuente de la imagen: Reuters

No es que sea nada raro que los vencedores de los torneos de snooker saluden a su familia justo al acabar una final. Lo realmente poco habitual es el nivel de cercanía entre los dos Ronnies durante la entrevista y la ceremonia de entrega de trofeos. Un nivel de cercanía que ilustra y nos acerca a algunas de las claves de uno de los caracteres más peculiares, originales y enigmáticos del deporte profesional, el de Ronnie “The Rocket” O’Sullivan.
Desde su infancia, O’Sullivan ha estado siempre muy unido a su familia, muy especialmente a su padre. Curiosamente, el que es casi unánimemente calificado como el jugador con más talento de la historia del snooker, atribuye ese talento, que para los demás es “innato”, a la educación recibida del inicial Ronnie Sr. Para él su facilidad para el juego no es innata, sino debida a las enseñanzas paternas.
Sin despreciar la importancia de su padre o la opinión del propio jugador, parece difícil atribuir la totalidad de su talento para el snooker a la enseñanza. No se sabe de muchos padres capaces de conseguir que su hijo haga su primera centena a los 10 años o su primer 147 a los 15. Ronnie O’Sullivan fue siempre un jugador adelantado a su edad, que rompió innumerables récords de precocidad, muchos de los cuales se mantienen en la actualidad.
Sin embargo, esa trayectoria juvenil llena de éxitos tuvo que enfrentarse a un duro contratiempo cuando su padre, su maestro, su ejemplo, su guía, fue encarcelado cuando Ronnie tenía tan solo 16 años. Lo que para cualquier joven de su edad supondría un duro mazazo debió verse multiplicado en el caso del joven O’Sullivan. No sólo porque él tenía una relación particularmente estrecha con su padre, en la cual se entremezclaban lo personal y lo profesional, sino también porque, fundada o infundadamente, Ronnie ha venido considerándose, al menos parcialmente, responsable del encarcelamiento de su padre durante 20 largos años.
Por lo que puede saberse, y cuenta el propio O’Sullivan en su autobiografía, Ronnie Sr. se vio envuelto en una pelea de bar en el transcurso de la cual uno de sus oponentes resultó muerto por un golpe en la cabeza con una botella. A partir de ese momento, calificar el hecho de asesinato, homicidio involuntario o imprudencia temeraria modificaría significativamente la sentencia y la duración de la condena. Lo que el reciente campeón del mundo sostiene en su autobiografía es que su fama de futura estrella del snooker influyó decisivamente en la particular dureza del fallo.
Independientemente de cuáles fueran los hechos, y de si efectivamente la fama de Ronnie influyó o no, la sensación de que fue así debió de incrementar el efecto del ya de por sí traumático hecho de ver a su padre encarcelado durante veinte años. A juzgar por sus resultados, O’Sullivan pudo asimilar los hechos y convertirse en uno de los más grandes jugadores que ha dado el snooker, aunque nunca sabremos si hubiera podido alcanzar un nivel incluso superior o si esta circunstancia hizo que desarrollara todavía más sus impresionantes cualidades para el snooker.
Lo que sí sabemos es que ha mostrado siempre un carácter al menos particular, diferente... El propio jugador está convencido de que su personalidad le ha impedido conseguir mayores logros en el mundo del snooker profesional. ¿En qué medida ha influendo su carácter?, ¿hasta qué punto ha sido debido a la “pérdida” de su padre?, ¿hasta qué punto es una combinación de ambas cosas? Nunca podremos saberlo.
Sin embargo, sí que ha quedado claro a lo largo de los años que la personalidad de The Rocket es original, particular, atractiva, mediática. Posiblemente es el jugador más admirado pero también el más despreciado de su generación y posiblemente de la historia del snooker. Ha sido tildado de antideportivo, de falta de educación, de mal comportamiento durante sus partidas; pero también de genial, capaz de golpes imposibles, de extrema deportividad en algunos casos,…Tan dispuesto a cubrirse la cabeza con una toalla durante el juego de su rival como de consolar cariñosamente a un rival al ganarle por un resultado abultado.
Fue desposeído de un título por dar positivo en el control antidopaje posterior a la final, es un apasionado corredor aficionado, entregó un frame con más puntos en la mesa que diferencia en el marcador “para no hacer perder el tiempo a su rival”, es el autor del break máximo más rápido de la historia, fue padre por primera vez poco después de los 20 años, ha atravesado momentos de depresión, ha sido la estrella joven más fulgurante y también el campeón del mundo de más edad desde 1978, el jugador más brillante y el mayor enemigo de sí mismo. Este es Ronnie “The Rocket” O’Sullivan profesional del snooker.
En todo este proceso algo se mantiene constante: nunca ha dejado de ser un celoso defensor de su familia, que ocupa para él el primer lugar en sus prioridades. Ha dejado de participar en varios torneos para poder pasar más tiempo con ellos y, después de proclamarse por cuarta vez campeón del mundo, ha anunciado que se tomará un descanso de varios meses para estar con sus hijos y para reflexionar sobre si sigue o no en el circuito.
Tuvo que pasar muchos años separado de un padre al que estaba muy unido. Cuando su padre fue liberado de la cárcel, a finales de 2010, ese hecho, a la vez alegre y de una gran carga emocional, le supuso una significativa caída en sus resultados. Una vez asimilada la nueva situación, y con la decisiva colaboración del psicólogo deportivo Dr. Steve Peters, la temporada 2011-2012 ha sido la del retorno del gran O’Sullivan, del mejor Ronnie, del insuperable The Rocket.
Ronnie Antonio O’Sullivan es un personaje diferente, fiel a sí mismo, a su manera de ser y de pensar, firme en sus convicciones. Proviene de una familia muy unida que pasó por un momento muy difícil y quiere para sus hijos una familia tan unida como la suya. Pero quiere también ser un padre presente en la vida de sus hijos. No se resigna a que sus hijos tengan que sufrir un padre ausente como el que la cárcel le impuso a él. Esa es posiblemente la constante en tanta contradicción, la aspiración a estar siempre cerca de sus hijos, como estuvo tras la final del Campeonato del Mundo en el Teatro Crucible, celebrando la victoria con el pequeño Ronnie Jr. mejilla con mejilla, emocionado.
Sólo él sabe si seguirá sorprendiéndonos con su imprevisible forma de jugar. Esperemos que sí por el bien del snooker.
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