El adiós de Takanohana

Se retira el luchador de sumo más importante y con más carisma de las últimas décadas. Se va el hombre que ayudó a revitalizar el deporte nacional japonés. Se despide el mejor Yokozuna de la era moderna después del mítico Chiyonofuji. Hasta siempre, Takanohana. José Luis Corral, experto en sumo de Eurosport TV, analiza la carrera de un mito.

MADRID, 23 de enero.-Era poco menos que la crónica de una retirada anunciada, una agónica despedida que empezó a fraguarse en Mayo de 2001 durante el Natsu Basho disputado en la meca del sumo, el Kokugikan de Tokio. En aquel torneo, el Yokozuna (el grado más alto en el deporte del sumo) se lesionó en la rodilla en el último de los 15 combates que habitualmente se disputan, pero tuvo la dignidad y los arrestos necesarios para honrar su condición de Gran Campeón y presentarse al día siguiente de nuevo en el dohyo (el ring de lucha) para jugarse el título en el obligado desempate ante su homólogo Musashimaru.

El propio Takanohana ha revelado que tuvo que hacer de tripas corazón aquel día incluso para mantenerse de pie, pero aun así peleó y ganó al otro Yokozuna, logrando su vigésimo segundo yusho (título). Dos meses después se ponía en manos de uno de los cirujanos más reputados de Europa para intentar recomponer sus deteriorados ligamentos sobre un quirófano de París. A partir de ahí vino el calvario, las ansias por reaparecer y por verle de nuevo en acción... una dura y larga rehabilitación que pareció terminar el pasado mes de Septiembre cuando volvió a subirse de nuevo al dohyo del Kokugikan.

En ese Torneo de Otoño, el Aki Basho de Tokio, Takanohana pareció estar en condiciones de prolongar su trayectoria deportiva durante algunos años más, pues incluso estuvo a punto de ganar el campeonato. Pero, a la conclusión del mismo, el Yokozuna confirmó que había vuelto a recaer en la lesión y que no estaría en el último basho de 2002 en Fukuoka.

La presión pública, y también institucional de la Asociación Japonesa de Sumo (el órgano dirigente del sumo en aquel país), hizo que Takanohana se viera obligado a reaparecer en Enero, sin la potencia física que una vez tuvo y que –él lo sabía- nunca más volvería a tener. Tres derrotas en la primera mitad de ese Hatsu Basho le hicieron replantearse seriamente la situación y convenir que es mejor retirarse con honor que recibir una obligatoria ‘recomendación oficial’ de retirada.

El pasado 20 de Enero, mientras el Yokozuna Takanohana anunciaba públicamente su adiós, todo Japón se conmovía. Hijo del antiguo Ozeki Wakanohana (actual Futagoyama Oyakata), Koji Hanada fue el promotor más leal y más resolutivo que ha tenido la Nihon Sumo Kyokai en los últimos tiempos. Junto a su hermano Wakanohana, otro ex Yokozuna retirado, dio lustre a las últimas décadas del siglo XX gracias al famoso factor “Taka-Waka”. Ellos dos y el Yokozuna hawaiano Akebono nos hicieron disfrutar de la que puede haber sido Tercera Edad de Oro del Sumo. Ahora ya no queda ninguno de ellos.

El futuro se observa incierto. El único Yokozuna en activo es otro hawaiano, Musashimaru, al que por cierto las lesiones tampoco le están tratando demasiado bien últimamente. El proyecto más ilusionante a corto plazo también es extranjero, de Mongolia concretamente, y se llama Asashoryu. Este mes de Enero puede convertirse en Yokozuna gracias a la magnífica trayectoria que ha consechado recientemente. Asashoryu puede ser el relevo para Takanohana, pero nunca su sucesor.

A rey muerto, rey puesto. Eso deben pensar los dirigentes de una Nihon Sumo Kyokai ávida por encontrar la gasolina necesaria que siga llenando el depósito de un deporte como el sumo que, al menos en Japón, parece ir últimamente al ralentí. Glosar en estas líneas la trayectoria de Takanohana sería interminable y, seguramente, injusta. Al menos, los aficionados españoles hemos podido disfrutar de él, y con él, estos últimos años a través de Eurosport. Gracias, Yokozuna.