Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

A Djokovic se le rompió el corazón

Álvaro Ferreres

Actualizado 01/12/2017 a las 17:59 GMT

Es inevitable no sentir cierto recelo hacia lo que representa Novak Djokovic. El archienemigo de Rafa Nadal. Ese tenista que fue capaz de ganarle siete finales consecutivas y que dinamitó el binomio Rafa-Roger. Sampras tuvo a Agassi y Borg a McEnroe. Nadal tiene a Federer. Pero al suizo se le mira con respecto. Con veneración. La química con Djokovic funciona en otros parámetros.

Novak Djokovic

Fuente de la imagen: Eurosport

Los Nadal-Djokovic escuecen. Quizá esa sea la razón por la son muchos los que olvidan que tras el deportista y la rivalidad hay un tipo formidable. Bajo la vis cómica que acompaña a Novak Djokovic se esconde un hombre comprometido. Un niño serbio que vivió en primera persona el conflicto de los Balcanes y que fue, como tantos otros, un refugiado. Hoy es embajador de UNICEF y en esta entrevista pudimos ver las secuelas que aquella tragedia, que tuvo la desgracia de vivir, dejaron en su corazón.
Minuto 26'13''
"La mirada de esta gente fue algo inimaginable. La primera impresión fue dolor, inseguridad, tristeza… Todas esas emociones juntas. Estaban como idos. No sabían lo que estaba pasando. Vale estaban ahora allí, pero no sabían dónde iban a estar después. ¿Qué va a pasar? ¿Qué será de nuestras vidas mañana? Así que entré en una pequeña área para niños y les observé. Entonces uno de los voluntarios me animó a que me uniera a ellos. Pero no sabía cómo reaccionar. Quería estar allí, pero al mismo tiempo no quería meterme en su espacio. Podía sentir lo que estaban sintiendo por lo que estaban pasando. Entonces empecé a interactuar con ellos y diez minutos después estaba jugando con un par de niños, divirtiéndonos juntos. Era Increíble. Y entonces alguien me tocó la espalda. Era uno de los miembros de UNICEF y venía con la madre de uno de los niños con los que estaba jugando. Era una niña de aproximadamente dos años. Y me dijo que su madre había venido a recogerla y que era hora de marcharse. Y pensé. ¿Dónde van a ir? ¿Qué va a pasar? Fue demasiado para mí. ¿Dónde iba a ir? Esa madre con un niño de seis años y una niña de dos. Se iban. Dios sabe dónde. Andando. Sin hogar. Sin nada. Y se suponía que tenía que decir algo ante la cámara. Pero no podía. Es una de esas cosas que te rompe el corazón”.
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio