ATP 250 Ginebra | La vuelta de Federer a la tierra batida, dos años después

Para Rafa Nadal, Roger Federer es uno de los mejores jugadores de tierra batida de la historia, aunque en su palmarés únicamente haya 11 títulos, el último en Estambul 2015 y un Roland-Garros en 2009. La presencia del manacorí ha eclipsado e impedido al helvético el que pudiera engrosar su cuenta sobre una superficie en la que comenzó su carrera tenística, y que, en comparación con la pista dura y la hierba, no le ha traído los mismos resultados.

Ya son casi dos años en los que el ganador de 20 Grand Slams no sabe lo que es competir sobre el polvo de ladrillo, acortando su temporada sobre la tierra en los últimos compases de su carrera al extremo en una superficie en la que siempre se ha encontrado con la imponente figura de Rafa Nadal por delante. Precisamente el español fue su último verdugo en las semifinales de la cita parisina en 2019, cediendo claramente en tres mangas en un día, en el que el balear no estaba por la labor de hacer prisioneros, camino del que sería su duodécimo título (3-6, 4-6 y 2-6).

A lo largo de su carrera, el porcentaje de victorias de Federer baja al 76,1% en partidos disputados en tierra batida (223-70), por el 82% total, y es la superficie donde menos títulos ha conquistado, entre las tres en las que se disputan torneos en la actualidad. Sin embargo, a pesar de parecer no tener un especial interés sobre la arcilla, mantiene su compromiso por intentar dar la campanada en Roland-Garros, pero, sobre todo, coger ritmo de competición para lo que viene a posteriori, la hierba, donde Roger es dueño y señor.

Al borde de los 40 años edad, que cumplirá el próximo 8 de agosto, su vuelta al circuito tras una doble operación de rodilla que le dejó en el dique seco durante más de una temporada entera dejó dudas, con una victoria ante Daniel Evans y una derrota frente a Nikoloz Basilashvili en Doha, y únicamente la congelación de los puntos del ránking a causa de la pandemia le permite mantenerse dentro del top-10 mundial.

El sistema ha sido criticado por el propio Federer, que, en la previa de su debut en Ginebra, aseguró que “debería estar el 800 del ránking”, sin embargo, parte como el principal cabeza de serie en un cuadro donde se medirá al español Pablo Andújar este martes. Todas las miradas estarán puestas en el estado de su rodilla y su físico, que dejó más dudas que certezas hace dos meses. El camino de Roger hacia Roland-Garros arranca en casa para el suizo, que mira con envidia sana el gran juego desplegado por Rafa Nadal y Novak Djokovic, “tengo las ganas para volver a competir de un jugador joven”.