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Blog Murciego: Casper el silencioso

Fernando Murciego

Publicado 06/10/2021 a las 08:52 GMT

No es suficiente con sumar 47 victorias. No es suficiente con haber jugado cinco finales y haberlas ganado todas. Ni siquiera con romper su techo y convertirse en el primer noruego en pisar el top10. Pese a todo esto, nadie habla de Casper Ruud, pero hoy mismo lo solucionamos.

Casper Ruud domina la finale contro Cameron Norrie

Fuente de la imagen: Getty Images

Los méritos dentro de la pista y la repercusión en los medios de comunicación son dos vehículos que no tienen por qué cruzarse en ningún momento del trayecto. Por mucho que el tenista se empeñe en hacer bien su trabajo, atraer al foco mediático no depende de sus triunfos. Esto es precisamente lo que le está ocurriendo actualmente a Casper Ruud, una de las raquetas que más ha evolucionado en 2021, aunque la prensa no siempre lo recoja. El noruego no solo se ha quitado todas las etiquetas que le habían puesto sobre la espalda, sino que empieza a demostrar un potencial para luchar por los objetivos más altos del circuito. Aunque ahora mismo nadie lo sepa, el de Oslo está cada día más cerca de dar el golpe, un golpe tan silencioso como contundente.
El debate se escapa a cualquier tipo de simpatía o afinidad con el jugador, ya que tenemos suficientes pruebas y evidencias para pensar que la figura de Casper está a un telediario de romper todas las quinielas. Empezando por lo más importante, la de los títulos. El noruego acumula ya cinco trofeos en la presente temporada, más que cualquier otro jugador. Campeón en Ginebra, Bastad, Gstaad, Kitzbühel y San Diego, cinco torneos de categoría ATP 250 que confirman que la base de la pirámide la tiene ya súper controlada. Pero Ruud ha brillado también en escenarios mayores, alcanzando las 47 victorias en estos últimos nueve meses de calendario, solo por detrás de Tsitsipas (51) y Medvedev (48). Alguno estará alucinando con estos datos, pero ya lo avisamos al principio del artículo: poco se está hablando de este hombre.
Por supuesto, cuando a uno se le caen las victorias y los títulos, la primera consecuencia se ve reflejada en el ranking. Aquí hay que ponerse en pie y aplaudir la hazaña de Casper, convirtiéndose en el primer noruego de la historia en pisar el top10 de la clasificación mundial. ¿Se imaginan el ruido que se hubiera generado si Aliassime, Sinner, Alcaraz o Kyrgios lograran algo así? Aún sabiendo que ya hubo otros canadienses, italianos, españoles o australianos que escalaron hasta allí. Pero Ruud es noruego, un país con menor tradición, de gente introvertida, fría en el trato y con una discreción absoluta en su vida personal. Hablando en lenguaje periodístico: un perfil que no vende igual. Sea más o menos carismático, nuestro función sigue siendo la de contar lo que pasa, muy por encima de la de filtrar o catalogar. Y si Casper Ruud empieza el año 27º y en septiembre se pone 10º, nuestra labor debería ser gastar la tinta que el diestro se ha ganado sobre la pista. Lo lean 40 o lo lean 400.
El relato parece sosegado y sin polémica, pero tiene también una arista reivindicativa. Seguro que muchos recuerdan aquellas palabras de Nick Kyrgios criticando a Casper por ser un especialista en polvo de ladrillo, un terrícola que se ahoga en el resto de las giras […] ¿Estás seguro, Nick? ¿De verdad creen que un terrícola se había plantado en el top10 ganando solamente en una superficie? ¿Un terrícola habría ganado el título en San Diego perdiendo tan solo dos juegos en la final? ¿O habría debutado en la Laver Cup con triunfo sobre Reilly Opelka en condiciones hard indoor? El salto del noruego es un grito al cielo para que nunca vuelvan a situarle en un contexto contrario a su evolución. Por cierto, ¿se imaginan dónde estaría Kyrgios si el circuito entero se jugara en arcilla? Su última victoria dataría de mayo 2019. En cuanto a Ruud, de los 47 triunfos cosechados esta temporada, 17 fueron sobre cemento. Tiene tan poca vida esta guerra que el tenista de Oslo se siente vencedor sin necesidad de haberse visto envuelto en titulares polémicos, él prefiere centrarse en su camino y seguir coleccionando trofeos.
"Sé que voy a subir a la octava posición de la Race y es divertido porque Sinner y Hurkacz son los chicos más cercanos. En estas dos semanas todos hemos ganado un torneo así que la competencia será feroz. Los tres somos los que estamos más cerca de lograr las últimas dos posiciones, aunque todavía quedan algunos grandes eventos como Indian Wells, donde hay 1.000 puntos en juego, y también París y Viena. No puedo relajarme de ninguna manera y pensar que clasificaré seguro, creo que Hubert y Jannik pueden hacerlo fenomenal, así que debo mantener el nivel. Debemos tener una competencia fuerte, quien se clasifique será porque lo merece. Esta victoria realmente me ayuda en un tramo de la temporada que no se me ha dado bien históricamente, creo que debería organizarse San Diego más veces en octubre en los próximos años”.
Las palabras de un tipo tranquilo, orgulloso con su rendimiento pero ambicioso con lo que viene. ¿No les suena esta película? En el verano de 2019, un hombre empezó a encadenar victorias como si no hubiera un mañana, pisando la final en Washington, Montreal y ganando en Cincinnati, así hasta firmar su primera final de Grand Slam. Se llamaba Daniil Medvedev, ya era top5 mundial, pero tuvo que poner contra las cuerdas a un tal Rafa Nadal en Flushing Meadows para acaparar algo de atención por parte de la prensa. Al final, el tiempo lo ha terminado colocando como lo que es, un número 1 del mundo de no ser por el ranking congelado de puntos. Por favor, por mucho que tenga un nombre que invite al chascarrillo y a pasar inadvertido, no hagamos lo mismo con Ruud. Apunten su nombre para la temporada 2022, dará que hablar.
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