Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo

Blog Murciego: Sinner está enfermo

Fernando Murciego

Actualizado 08/04/2024 a las 15:01 GMT

El italiano lleva desde finales de la temporada pasada con síntomas muy graves, empeorando cada semana, incapaz de mostrar una evolución en su condición. Su diagnóstico es evidente: no para de ganar partidos, coleccionar títulos, escalar en el ranking y sumar seguidores. ¿Qué le pasa a Jannik Sinner?

Jannik Sinner

Fuente de la imagen: Getty Images

Como si de un sketch se José Mota se tratara, me imagino a Jannik Sinner llegando al hospital con la maleta repleta de trofeos, la cartera rezumando billetes y todos los enfermeros del centro persiguiéndole en busca de una fotografía o un autógrafo. Cuando por fin consigue entrar a la consulta, agobiado y dejando atrás el peaje de la fama, toma asiento y se expresa sin tapujos ante el especialista, preocupado, buscando una solución a todos sus síntomas.
picture

Top 5: Los puntos más espectaculares de la memorable final entre Sinner y Medvedev

“Doctor, vengo porque desde hace meses vengo notando una sensación rarísima. Me dedico al tenis de alta competición, actualmente ocupo el segundo escalón del ranking mundial, posición donde algunos de mis compañeros sufrieron vértigo. ¿Por qué a mi no me pasa? Sé que solo tengo 22 años, que por delante me queda una larga trayectoria y que esta disciplina implica el castigo de perder casi todas las semanas. Sin embargo, he de confesarle una cosa y espero que esto no salga de aquí: tan solo he perdido un partido en el primer trimestre de temporada. ¡Se me ha olvidado lo que era perder! Vengo a su consulta porque me han dicho que usted es uno de los mejores y que realmente puede ayudarme, ahora mismo estoy muy angustiado. ¿Me puede explicar cómo se puede llegar a abril con un Grand Slam, un Masters 1000 y un ATP 500 en la vitrina? ¿Con un balance general de 22-1 y una brecha de más de 1000 puntos en la Race?”
¿Por qué no ha venido antes a verme? Siéntese y siga contando.
“No he tenido días de descanso hasta esta semana, es lo que tiene encadenar semifinales en Indian Wells y título en Miami, mis dos mejores resultados en estos dos torneos. En enero levanté mi primer Grand Slam, en el Open de Australia, donde me avisaron de lo difícil que sería inclinar a Novak Djokovic en las últimas rondas, pero pasé por encima del serbio en semifinales, donde jamás le habían vencido. Luego me fui a Rotterdam, donde mi equipo me informó que lo complejo que sería resetear mi mente, empezar de cero y olvidarme del éxito reciente en Melbourne. ¿Sabe lo que pasó? ¡Que salí campeón perdiendo un solo set en toda el concurso! De hecho, el único partido que he perdido en 2024 lo empecé ganando por 6-1, pero un buen amigo llamado Carlos Alcaraz acabó remontando para demostrarme que no estaba tan enfermo, que quizá podría curarme pronto. Pero claro, luego nos fuimos a Miami y allí volvió a suceder. Otra vez esa sensación de invencibilidad, de ganar a medio gas, de dominar a cada rival independientemente de su estilo. ¿Qué me recomienda?”
¿Físicamente cómo se encuentra?
“Ya no pincho nunca, es otro tema que quería comentarle. Resulta que en los dos últimos años todo el mundo repetía que era un tenista débil, frágil en las grandes batallas, vulnerable cuando el reloj superaba las tres horas. De verdad que he intentado probarme en este aspecto, le juro que he intentando prolongar mis actuaciones para exponerme en esta materia, pero he sido incapaz de encontrar oponentes que no se evaporasen por la vía rápida. En la final del Open de Australia añadí un pequeño hándicap en la final, perdiendo los dos primeros sets y retándome a empujar desde una situación adversa, pero no el desafío no supuso mayor complicación. Ese día me dijeron que saqué matrícula de honor en todas las troncales obligatorias: tenis, físico, táctica y mentalidad. Le prometo que me estoy alimentando como cualquier otro chaval de mi edad, que entreno tantas horas como el resto de compañeros, pero me preocupa verdaderamente haber perdido solamente dos partidos de los últimos 37 que he disputado”.
¿El éxito no le sacia? ¿No se cansa de ganar?
“¡Justo ese es el problema! Desde que gané el pasado verano mi primer Masters 1000 empecé a tener esa sensación de vacío constante, de hambre insaciable, una necesidad imperial de seguir trabajando, mejorando y demostrándome a mí mismo que puedo superar a cualquier rival. ¿Usted lo ve normal? No encuentro satisfacción en ninguna victoria, siempre quiero más. No hay estadística que me levante los pies del suelo, mi cabeza solo piensa en el día a día. Desde Italia no paran de hablar de mí, dicen que apunto a ser el mejor tenista de la historia del país, que romperé todos los números, que pondrán estatuas a mi nombre…
… ¿y bien?
“No me interesan estas cosas, lo único que quiero es jugar a tenis. Mi agente me dice que no me preocupe, que el teléfono no para de sonar con cientos de patrocinadores que se pegan por vincularse a mi perfil. Mis entrenadores están muy contentos, me repiten constantemente lo orgullosos que están de mi trabajo, la evolución que estamos trazando, pero en mi cabeza sigue pesando más la derrota con Alcaraz en Indian Wells que el resto de victorias. Lo que más alegría me dio fue ver a mis padres tan felices el día que ganamos la Copa Davis 47 años después. En ese momento entendí el poder que tengo en mis manos para hacer feliz a la gente, lo que ellos no saben es que nada de esto sería posible sin el cariño de mi familia y mi equipo de trabajo. Ahora mismo, por encimo de cualquier título, lo que nunca querría es fallar a las personas que tanto confían en mí”.
No hace falta que me cuente más. Con mis años de experiencia y apoyado en sus vivencias de estos últimos meses, además de ciertas reflexiones que ha tenido a bien compartir en esta sala, su caso muestra unos síntomas clarísimos de gran campeón, aunque diría que el diagnóstico en su caso es especial.
"¿Qué tengo exactamente, doctor?"
Viendo que es el mejor tenista de 2024, que acumula victorias ante cualquiera de sus rivales, que levanta títulos sin despeinarse, que llevó a su país al mayor éxito de la era moderna, que respeta y confía en sus entrenadores, que físicamente está hecho un toro, que la fama no le perturba, el dinero no le corrompe y, además, mantiene el mismo círculo de confianza a su alrededor, siento decirle que usted sufre el síndrome del futuro número uno del mundo.
[…] ¿Es muy grave?
Necesitaré un tiempo para analizarlo correctamente. De momento voy a recetarle una gira completa sobre tierra batida. Vuelva en verano, ahí sabremos el alcance de su enfermedad.
picture

Top 5: Los mejores puntos del reinado de Jannik Sinner en Melbourne

Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio